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Descubrimiento de antiguo esqueleto levanta dudas sobre derechos

Los huesos de 9.300 años de un hombre encontrado el verano pasado en un parque a lo largo del río Columbia en Kennewick, Washington, son el centro de una controversia que gira alrededor de los derechos de los Amerindios y la investigación sobre el origen de los primeros Americanos. A menos que se alcance una solución de consenso a este callejón sin salida, parece probable que el esqueleto pasará sus días en la corte, en una renovada colisión entre ciencia y religión.

Mientras tanto, el esqueleto que es calificado en los informes noticiosos como el "Hombre de Kennewick" o el "Hombre de Richland" permanece bajo custodia federal, en los Laboratorios Nacionales Battelle del Pacífico Noroeste en Richland, Washigton, de acuerdo a James Chatters de Paleociencia Aplicada. Un antropólogo forense y arqueólogo, el Dr. Chatters fue llamado por los oficiales locales después que el esqueleto fuera encontrado el 28 de julio por dos hombres que asistían a una carrera de botes. El área es administrada por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EE.UU.

Las tribus Amerindias están demandando que se les permita sepultar los huesos, antes que mayores análisis científicos sean hechos. "Nuestra tribu no fue apropiadamente notificada", dijo Armand Minthorn, jefe religioso de las Tribus Confederadas de la Reservación India Umatilla. "Y si lo hubiéramos sido, esta difícil situación habría sido evitada".

El esqueleto, con solo unos pocos huesos del pies menos, es prácticamente el más antiguo alguna vez hallado en el Pacífico Noroeste, de acuerdo a Chatters, quien añade que el único material esquelético más antiguo en la región, consiste de restos humanos fragmentarios de esqueletos cremados, de Marmes Rockshelter, en el río Palouse, al sudeste de Washington, que datan del 10.300 A.C. Los huesos de Kennewick, le dijo Chatters a los reporteros, contienen secretos para la vida humana, como si hubiera vivido cuando los últimos glaciares de la Edad del Hielo estaban retrocediendo en el continente. Tales huesos antiguos ofrecen una rara oportunidad, dice, para aprender más sobre los primeros habitantes de Norteamérica, sobre dónde provenían y cómo llegaron acá.

El esqueleto ha pasado por solo limitados análisis. La fechación del colágeno óseo de un pequeño dedo, el quinto metacarpial izquierdo, hecho por la Universidad de California, en Riverside, entregaron una fecha no ajustada de radiocarbono de 8.410 + 60 años (UCR 3487). La edad ajustada indica que el esqueleto tiene alrededor de 9.300 años de antigüedad, más antiguo de lo que Chatters había inicialmente creído. Él concuerda que sería aconsejable una mayor datación. "Un solo examen de la muestra no es suficientemente normal para algo de esta antigüedad" dijo Chatters en una reciente entrevista telefónica.

Sin embargo, análisis preliminares de Chatters y otros dos antropólogos proveyeron de intrigante información. Este antiguo Americano aparentemente murió de una infección causada por una punta de proyectil de basalto, incrustada en su costado derecho. Chatters dice que era una punta Cascada, un proyectil con forma de hoja de sauce, de 6 cms. de largo por 3 cms. de ancho, con una base redonda y bordes aserrados. La edad del radiocarbono del esqueleto sería consistente con la más antigua frontera temporal adscrita para la tradición de las puntas Cascada.

Hasta que la herida y su causa fueron encontradas, el esqueleto parecía pertenecer a un hombre de nuestra era, de ancestro Europeo. En una carta al forense local, Catherine J. MacMillan, de la Agencia Bone-Apart en Ellensburg, Washington, escribió "Quedé sorprendida cuando examiné el hueso pélvico y la punta de proyectil asociada a él". Reexaminando el cráneo, sin embargo, ella estuvo de acuerdo con su identificación inicial: "Varón Caucásico". La Dra. MacMillan es profesora emérita en la Universidad Central del Estado de Washington.

Grover S. Krantz, antropólogo físico de la Universidad del Estado de Washington, llegó a similares conclusiones tras estudiar el esqueleto, en el estudio de Chatters, durante una hora, el 30 de agosto. "El esqueleto es imposible de comparar con ninguna de las tribus Amerindias occidentales" escribió en un informe a Chatters, el 2 de septiembre. Pero, dijo, el tipo de cuerpo alto sí concuerda con el de los recientes Amerindios de las Grandes Llanuras, y con derivaciones más antiguas al este del río Mississippi. El Dr. Krantz dijo que los científicos tienen evidencia que la entera meseta de Columbia fue despoblada hace 9.000 años atrás, y nuevamente repoblada unos miles de años más tarde, por gente de alguna otra parte.

"Los descendientes del Hombre de Richland no emigraron ni retornaron", le dijo a Chatters. "Claramente el Hombre de Richland perteneció a una cultura nativa que ya no existe, y una que no dejó descendientes vivos". Él expresó su opinión que la NAGPRA (Acta de Repatriación y Protección de Tumbas Amerindias) de 1990, no tiene más aplicabilidad sobre el esqueleto, que si estos fueran los restos de un individuo Chino dejado atrás por alguna antigua expedición. "La filiación racial del esqueleto continúa siendo un problema que debiera ser estudiado, no ignorado, si estamos decididos a entender la antigua prehistoria de América" dijo el Dr. Krantz.

Otros detalles revelados por los análisis iniciales indican que el hombre:

Tenía 1.54 mts de estatura y entre 45 y 50 años de edad;

Tenía un cráneo y rostro alargado y angosto, y una nariz muy larga;

No tenía una zona aplanada en la nuca que pudiera sugerir que había sido acarreado en una cuna portátil cuando niño;

Había sufrido graves fracturas de costilla que dejaron los huesos izquierdos imposibilitados de cicatrizar y provocaron que su brazo izquierdo se atrofiara.

No tenía artritis en sus piernas y columna inferior, indicando que no había acarreado mucho peso.

El estudio del esqueleto paró abruptamente cuando el Cuerpo de Ingenieros lo requisó, después que las Tribus Confederadas de los Umatilla, las Tribus Confederadas Colville, la Tribu Nez Perce, y la Nación India Yakama, lo reclamaran acogiéndose a los términos del NAGPRA. La tribu Colville indicó su predisposición a que el esqueleto fuera mayormente estudiado, pero las otras querían que fuera vuelto a inhumar inmediatamente.

Cuando parecía que el esqueleto estaba en peligro extremo de perderse para cualquier estudio posterior, numerosos científicos entablaron una demanda legal buscando autorización para examinar el esqueleto, y para bloquear la implementación del NAGPRA, exigiendo una completa revisión de toda la evidencia relativa, de acuerdo al abogado Alan L. Schneider de Portland. Como parte de la demanda, los científicos habían conseguido una orden legal solicitando que el Cuerpo de Ingenieros debía darles unos 14 días de aviso antes de retornar los restos a los Amerindios. Tal aviso, dijo Schneider, dejaría el asunto en la corte para audiencias posteriores.

Dutch Meier, jefe de relaciones públicas del Cuerpo de Ingenieros en Walla Walla, Washington, dice que ambos lados parecen polarizados sobre el asunto. "No se siente que haya un punto intermedio", dijo Meier a National Public Radio.

Los individuos demandantes en el documento son Robson Bonnichsen, director del Centro para los Estudios sobre los Primeros Americanos; C. Loring Brace, Universidad de Michigan; George Gill, Universidad de Wyoming; C. Vance Haynes, Universidad de Arizona; Richard Jantz, Universidad de Tennessee; Douglas Owsley y Dennis Stanford, Instituto Smithsoniano; y D. Gentry Steele, Universidad A & M de Texas.

El problema, dijo el Dr, Bonnichsen al New York Timer, es una batalla sobre quién controla el pasado de América. Y muchos Amerindios creen que el pasado debe permanecer con ellos y no con los científicos.

En una columna editorial del New York Times, del 2 de noviembre, el novelista M. Scott Momaday escribió que los Indios deben, como un asunto de "identidad, dignidad y espíritu", utilizar la poderosa herramienta legal del NAGPRA para combatir las injusticias previas.

Minthorn le dijo al New York Times que la historia oral de los Umatilla, llega hasta los 10.000 años. "Sabemos cómo empezó el tiempo y cómo el pueblo Indio fue creado. Los científicos pueden decir lo que quieran. Ellos están siendo irrespetuosos". En un documento sobre la posición tribal, Minthorn añadió que muchos Indios de la meseta del río Columbia no creen que sus ancestros emigraran desde otro continente. "De nuestras historias orales, sabemos que nuestro pueblo había sido parte de su tierra desde los inicios de los tiempos".

"Tampoco estamos de acuerdo con la noción que este individuo es Caucásico", continuó Minthorn. "Creemos que los humanos y los animales cambian a través del tiempo para adaptarse a su medioambiente. Y nuestros ancianos nos decían que los pueblos Indios no siempre lucieron del modo que lo hacen hoy".

Aparte de exigir la re-inhumación inmediata, Minthorn dijo que las políticas, procedimientos y creencias religiosas tribales prohiben los exámenes científicos sobre restos humanos. "Tenemos una responsabilidad de proteger todos los entierros humanos, sin importar la raza".

Mientras el debate da vueltas, el Cuerpo de Ingenieros está revisando un creciente número de solicitudes de otros individuos y grupos que buscan participar del caso, de acuerdo a Meier. Él no dijo cuantas de tales aplicaciones están siendo revisadas, pero indicó que podría tomar "semanas o meses" alcanzar una determinación.

A Chatters le gustaría ver más exámenes no-invasivos del esqueleto, tales como detalladas mediciones craneales y documentación sobre la patología dental y esquelética. Un completo estudio de ADN podría colaborar con la comprensión de la historia genética de los Norteamericanos, y la información dietaria sería posible con estudios isotópicos. Chatters también nota que las radiografías y fotografías para estudios posteriores serían útiles.

"No veo porqué no podemos arreglarlo de ambos modos, para así poder obtener el conocimiento y ellos tengan el esqueleto", dijo Chatters, con evidente frustración en su voz. "Esto no fue un asunto polarizado. Lo veo como algo que nos ha juntado".

Minthorn está escéptico sobre aquellos que hablan de compromiso. "Les recordamos que no solo este individuo está comprometido, sino nuestras creencia religiosas una vez más han sido comprometidas".

George Wisner
Mammoth Trumpet