beringia

Investigación genética sugiere que el hombre estaba en Beringia, hace 34.000 años atrás

Un segundo estudio vincula a los antiguos Eurasiáticos con los Paleo-Amerindios

Basados en estudios del ADN mitocondrial (ADNmt) de 145 Chukchi y Eskimales Siberianso, grupos aborígenes de Chukotka, cinco investigadores genéticos han sugerido que los primeros Americanos estaban probablemente en Beringia, aproximadamente hace 34.000 años atrás. En un artículo publicado en el American Journal de Genética Humana (volumen 63, páginas 1473-91, 1998), ellos reportan que sus análisis sobre la cantidad y la forma de diversidad en el ADNmt de sus sujetos, cuando fueron sometidos a análisis de secuencias genéticas, y las presunciones sobre cuánto tiempo necesita la cantidad de diversidad observada para desarrollarse, los lleva a la conclusión que los ancestros de sus sujetos estaban en Beringia mucho antes que la más antigua evidencia arqueológica.

Una investigación separada publicada en otro ámbito del mismo diario (American Journal de Genética Humana; volumen 63, páginas 1852-61) propone que un extraño marcador genético - conocido en la literatura como el "haplogrupo X", encontrado en algunos Amerindios así como en muestras Europeas - indican un antiguo vínculo entre los Paleo-amerindios y los Europeos. Los autores teorizan que el haplogrupo X se originó en Asia occidental hace 30.000 años atrás y se expandió a baja frecuencia, hacia el oeste en Europa y a través de Asia.

En el primer informe, los investigadores Yelena B. Starikovskaya y Rem I. Sukernik de la Academia Rusa de Ciencias en Novosibirsk, Theodore G. Schurr, Andreas M. Kogelnik and Douglas C. Wallace de la Universidad Emory, proponen un origen dual para los Paleo-amerindios. Entre sus muestras de las 145 personas de Chukotka, 140 individuos portan los haplogrupos A, C y D, que son todos conocidos en las poblaciones Amerindias de toda América, pero los otros cinco son caracterizados como G, que es predominante en algunas poblaciones Kamatchkanas y no es conocido en América. Los investigadores compararon sus nuevos datos de los pueblos Articos con los antiguos análisis de las muestras Norteamericanas. Sus resultados indican al menos una tan grande cantidad de diversidad en las poblaciones Americanas como en las Siberianas. Esto sugirió que los ancestros de las actuales poblaciones Americanas habían dejado los confines septentrionales posiblemente hace más de 35.000 años atrás. La ausencia en las muestras Chukotkanas del haplogrupo B, que es común en las poblaciones Amerindias de las partes meridionales de Norteamérica así como en Centroamérica y las porciones septentrionales de Sudamérica, les sugirieron que B llegó a América como una población fundadora aparte. Y debido a que el haplogrupo B muestra menos diversidad que los otros tres haplogrupos - técnicamente, menores porcentajes de divergencia secuencial - implica que las poblaciones que lo portan tienen un arribo más reciente en América, que las poblaciones que portan A, C, y D.

Mientras este artículo se basa en el trabajo hecho por el equipo de Emory sobre la década pasada, es inusual al hipotetizar vínculos entre las poblaciones identificadas a través de sus haplogrupos y las poblaciones definidas por tecnologías de herramienta. Aquí, los investigadores hipotetizaron que una población ancestral de Beringia, portando los haplogrupos A, C y D, primero emigraron a América alrededor de 35.000 años atrás, a través del corredor de Alberta, y sus descendientes son aquellos conocidos en la cuenca del Amazonas, alrededor de 16.000 años atrás, así como en Chile meridional 13.500 años atrás. Ellos piensan que la población portando el haplogrupo B, en contraste, podría haber sido asociado con la cultura Clovis y su rápida expansión alrededor de 11.000 años atrás. Alternativamente, los investigadores sugieren que el haplogrupo B podría estar asociado con una migración costera que sucedió después del inicial poblamiento por gente con haplogrupos A, C y D. Los investigadores no sugieren otra alternativa que pudiera ocurrírsele a muchos arqueólogos: que la migración costera sucedió primero (con gente portando A, C y D), y la posterior migración (de Clovis y otros) provino por medio de una ruta terrestre y trajo el haplogrupo B. Un punto adicional que da una levemente distinta variación a algunos escenarios del poblamiento de América, es el que este grupo de investigadores ve en las poblaciones Na-Dene, vestigios de la original población de Beringia que se quedó en los confines septentrionales, y que luego, en una época posterior, emigró a América.

El segundo informe, "ADNmt del haplogrupo X: ¿Un antiguo vínculo entre Europa/Asia occidental y Norteamérica?", también tiene un grupo de seguidores entre autores de la Universidad Emory (Michael D. Brown, Seyed H. Hosseini, Jon C. Allen, Theodore G. Schurr, and Douglas C. Wallace) así como los investigadores afiliados con el Departamento de Genética de la Universidad de Roma (Antonio Torroni, Rosaria Scozzari, and Fulvio Cruciana), y con el Seminario de Matemáticas de la Universidad de Hamburgo (Hans-Jürgen Bandelt). Su investigación presenta un detallado análisis de algunas características genéticas de 22 "haplogrupos X Amerindios y 14 ADNmts X Europeos". Lo que ellos encontraron fue que el ADN Europeo y Amerindio no son el mismo - y esta diferencia elimina cualquier afinidad debido a la contaminación - sino que comparten "un antiguo ancestro común". De este modo, el equipo ha concluido que el haplogrupo X representa un quinto haplogrupo fundacional de ADNmt. A pesar que los investigadores aún no han podido identificar definitivamente este haplogrupo X en ninguna muestra antigua de ADN, parece ser en parte debido a que el ADN antiguo está altamente degradado, por lo que no presenta suficiente información para caracterizarlo definitivamente. En efecto, su trabajo de investigación identifica numerosas muestras posibles de ADN antiguo que podrían, si fueran más completas, ser categorizadas. Por lo tanto, la búsqueda por muestras de ADN antiguo adicional podrían resultar cruciales.

Un importante segundo punto importante es que su examen del ADN moderno en las muestras de la población Amerindia contemporánea, ha mostrado al haplogrupo X solo en los pueblos septentrionales - Ojibwa, Sioux, Nuu-Chah-Nulth, Yakama - y en los Navajo, una población Amerindia sudoccidental relacionada con otras poblaciones Atabasco-parlantes del Noroeste. Un tercer punto importante es que el haplogrupo X no ha sido identificado en los Asiáticos - ni de Siberia ni de otra parte de Asia - pero los autores advierten que una investigación más extensiva de muestras Asiáticas, y de muestras Europeas, se requieren para deducir completamente los orígenes del haplogrupo X y determinar el significado de su presencia coyuntural, en forma ligeramente diferente, en Europeos y Amerindios.

A pesar que los arqueólogos y los biólogos moleculares pueden no estar de acuerdo sobre el mejor modo de vincular sus sets de datos, es posible que todos concuerden que finalmente, esta es una meta apropiada, y una es evidente en esos dos recientes informes genéticos.

Roberta L. Hall
MAMMOTH TRUMPET VOL 14, NO. 2 (1999)