Esqueleto del Paleolítico superior en Lagar Velho y emergencia humana moderna en Iberia

Cidália Duarte, João Maurício, Paul B. Pettitt, Pedro Souto, Erik Trinkaus, Hans van der Plicht, and João Zilhão

Abstracto

El descubrimiento de un antiguo entierro humano del Paleolítico Superior en el Abrigo do Lagar Velho, Portugal, ha proporcionado evidencia sobre los primeros humanos modernos de Iberia meridional. Los restos, el esqueleto mayoritariamente completo de un niño de 4 años enterrado con conchas perforadas y ocre rojo, está fechado en el 24.500 + AC. El cráneo, mandíbula, dentadura y postcráneo, presentan un mosaico de caracteres de primeros humanos modernos Europeos y Neandertals. El hueso temporal posee una eminencia yuxto-mastoide de talla intermedia. El mentum osseum maxilar y el tamaño y proporciones dentales, respaldados por los caracteres maxilares ramales, orientación radial tuberósea y curvatura diafisial, así como las proporciones púbicas alinean al esqueleto con los primeros humanos modernos. Las proporciones corporales, reflejadas en las longitudes tibio-femorales y robusticidad diafisial más el desplazamiento condilar tibial, así como el retroceso simfisial maxilar y las inserciones musculares tóraco-humeral, alinean al esqueleto con los Neandertals. Este mosaico morfológico indica una mezcla entre Neandertals regionales y primeros humanos modernos, dispersos por el sur de Iberia. Establece las complejidades de la emergencia durante el Pleistoceno tardío de los humanos modernos y refuta los modelos estrictos de reemplazo de los orígenes humanos modernos.

Introducción

Durante la década pasada se ha vuelto aparente que las transiciones evolutivas biológicas y culturales humanas, entre los últimos humanos arcaicos (Neandertals) y los primeros humanos modernos, y entre el Paleolítico Medio y el Paleolítico Superior, ocurrieron relativamente tarde en la mayor parte de Iberia. Está ahora comprobado que el Paleolítico Medio de la mayoría de Iberia al sur de los Pirineos, duró hasta cerca del 30.000 AC, posiblemente en fecha tan tardía como el 28.000 AC, y que las etapas iniciales del Paleolítico Superior se sabe que ocurrieron más al norte (el Chatelperroniano y el Auriñaciense temprano) nunca estuvieron presentes en esta región. Es más, la evidencia paleontológica humana de Zafarraya, en el sudeste de España, indica que la tecnología del Paleolítico Medio tardío de esta región, era el producto de las poblaciones Neandertal. Esta evidencia ha llevado a hipótesis como porqué los Neandertal del Paleolítico Medio sobrevivieron en el callejón sin salida de Iberia, entre 5 a 10 mil años después de haber sido reemplazados (mediante los procesos históricos que fueran) en todo el resto de Europa. El modelo "Frontera del Ebro" sugiere que la cuenca del río Ebro en España septentrional, representaba una barrera biogeográfica y ecológica para la difusión de las innovaciones del Paleolítico Superior, desarrolladas por poblaciones Neandertal posteriores hacia el norte (el Chatelperroniense) y, subsecuentemente, a la dispersión de los primeros grupos de humanos modernos en Europa occidental.

Incluso aunque ambos, el Paleolítico Medio tardío y el Paleolítico Superior temprano son crecientemente bien conocidos y cronológicamente situados al sur de la "Frontera del Ebro", restos humanos de diagnóstico asociados con las industrias del Paleolítico Superior temprano en esta región, han sido escasos. Por lo tanto, el descubrimiento de un entierro infantil del Paleolítico Superior temprano en gran parte intacto, en el Abrigo do Lagar Velho, en Portugal, se añade significativamente a nuestro conocimiento de la biología y prácticas funerarias de los más tempranos humanos modernos Ibérico y arroja luz sobre la naturaleza de la transición de los Neandertal hacia sus sucesores en una de las últimas fronteras humanas arcaicas.

El Abrigo Do Lagar Velho

El sitio arqueológico consiste de depósitos dentro de fisuras horizontales y a lo largo de la base actual de un acantilado de caliza en el extremo sur del valle Lapedo, cerca de Leiria, en el centro-oeste de Portugal (lat 39° 45' 25" N, long 8° 43' 58" W). El sitio fue dañado por una remoción de tierra en 1992, exponiendo una secuencia del Paleolítico superior y llegando a unos pocos centímetros del entierro, a lo largo de la base del acantilado. El 28 de noviembre de 1998, el sitio fue descubierto por J.M y P.S., quienes también encontraron la mano izquierda y los huesos del antebrazo del niño en una fosa. La siguiente semana, C.D. y J.Z. confirmaron la presencia de depósitos Paleolíticos y un entierro humano. Una excavación de emergencia dirigida por J.Z. efectuada entre el 12 de diciembre y el 7 de enero de 1999, en el marco de la cual, el entierro fue exhumado por C.D. Análisis paleontológicos por C.D. y E.T. comenzaron el 4 de enero de 1999.

El esqueleto del niño, Lagar Velho 1 (Figura 1), estaba sobre su espalda, paralelo a la base del acantilado, con la cabeza hacia el este y el costado izquierdo contra el acantilado. El cráneo y la mandíbula estaban dañados por la remoción de tierra, pero la conservación del hueso temporal izquierdo y la mandíbula, indican que el cráneo giraba hacia la fachada del acantilado. El colapso y el plegamiento in situ de las costillas derechas, sugieren que el tórax estaba girado de manera similar. La pelvis estaba horizontal, y los pies tenían las plantas flectadas y estaban cruzados. El esqueleto y el sedimento contenido estaban fuertemente teñidos con ocre rojo, pero la alteración del sedimento se detuvo en el borde externo del esqueleto, sugiriendo una envoltura alrededor del cuerpo. Huesos animales verticalmente orientados y piedras delineaban los sedimentos teñidos de ocre; la datación del radiocarbono de uno de tales huesos, proporcionó un resultado que es consistente con la hipótesis que esto representa las características de un entierro intencional y no una disposición natural de componentes depositados, provocados al cavar una fosa sepulcral.

Figura 1
Lagar Velho 1 in situ, con el cráneo dañado y los elementos del antebrazo izquierdo ya removidos.

El único ítem arqueológico de diagnóstico en el entierro fue una concha de Littorina obstusata perforada, hallada cerca de la vértebra cervical; esta es idéntica a aquellas halladas en el Nivel Jb de un sitio cercano en Gruta do Caldeirão (Tomar) fechadas en 26.020 AC ± 320 (OxA-5542). Entierros similares con conchas perforadas y/o dientes y una capa de ocre, son conocidos particularmente en el Gravettiense de Europa, especialmente en Gran Bretaña (Paviland), Italia (Arene Candide, Barma Grande, Caviglione, Ostuni) y República Checa (Brno, Dolní Vstonice).

Los 2-3 metros superiores del relleno del refugio fueron removidos en su mayor parte y el actual nivel del suelo representa la superficie de una secuencia estimada de 3 a 4 metros, de un estrato del Paleolitico Superior temprano y posiblemente del Paleolítico Medio. Un grueso residuo colgante de 60 cm. se conserva dentro de una fisura, abarcando desde la pared posterior del refugio y contiene una secuencia proto-Solutrense (nivel 6) hasta un Solutrense Medio (nivel 9). En Portugal, ensambles de diagnóstico con fragmentos de puntas de hoja de laurel, datan de alrededor del 20.000 al 20.500 AC., y las fechas proto-Solutrenses hacia alrededor del 21.500 AC. Fechación de radiocarbono del carbón del nivel 9, proporcionaron una fecha de 20.200 AC ± 180 (OxA-8419), y muestras de carbón del nivel 6 proporcionaron resultados de 21.180 AC ± 240 (OxA-8420) y 21.380 AC ± 810  (Sac-1561); una estratigrafía menos confiable del nivel 6 entregó la fecha de 22.180 AC ± 180 (OxA-8418).

La posición del entierro, 2.5 metros bajo el residuo proto-Solutrense, así como sus semejanzas arqueológicas a los entierros Gravettienses en otras partes, sugieren una edad de varios miles de años antes. Esta inferencia es respaldada por la fechación del radiocarbono, por medio de la espectrometría de aceleración de masas, del carbón - 24.860 AC ± 200 (GrA-13310) - y de los restos de Cervus elaphus - 24.660 AC ± 260 (OxA-8421) y 24.520 AC ± 240 (OxA-8423) - directamente asociados con el sepulcro y de una vértebra de una sección semiarticulada de una columna vertebral de Oryctolagus cuniculus - 23.920 AC ± 220 (OxA-8422) - inmediatamente sobre las piernas. El entierro, por lo tanto, ocurrió entre el 24.000 y el 25.000 AC, y probablemente entre el 24.500 y el 25.000 AC.

Edad y Talla Corporal

Los restos son los de un joven (figuras 1 & 2). Todos los dientes deciduales (di2 derecho a dm2 izquierdo más dc1 y dm2 izquierdo) tienen raíces apicales cerradas, indicando una edad media mínima de 3.0 años. El I2 está casi en Crc; el C1 está en C3/4; el P4 está en Cco; el M1 y M1 están en R1/4; y el M2 está en Coc (nomenclatura establecida por Moorrees et al). Los niveles de calcificación para los últimos cuatro dientes proporcionan edades medias (masculina/femenina) de 3.4/3.5, 3.9/3.9, 4.9/4.8 y 4.9/4.5 años, utilizando los estándares Euro-Americanos. La estimación promedio es de 4.2 años postnatales, y el probable rango va de 3.5 a 5.0 años.

Figura 2
Vista lingual de la mandíbula y dentición, mostrando los grados de desarrollo dental, el retroceso simfisial y el prominente tubérculo lateral derecho (barras blancas y negras = 1 cm. cada una)

El fémur derecho más completo tiene una longitud intermetafisial de 198 mm. más grosor epifisial proximal y distal de 10.0 mm. y 13.3 mm., respectivamente. Sumando esto y redondeando debido a la ausencia de cartílagos epifisiales, tenemos una longitud interepifisial de 225 mm. Estimaciones a partir de los rangos modernos de longitudes femorales promedio Euroamericanas de 4 a 18 años, predicen longitudes femorales adultas de 450 mm. (hombre) y 410 mm. (mujer). Estos valores están bajo los promedios para adultos hombres (478.0 ± 21.4 mm; n = 13) y mujeres (427.3 ± 19.0 mm; n = 9) Europeos del Paleolítico Superior temprano, pero dentro de los rangos de variación; los valores están cerca de los promedios para los hombres (443.3 ± 18.7 mm; n = 11) y mujeres (400.3 ± 14.2 mm; n = 3) Neandertal.

CONSIDERACIONES MORFOLÓGICAS

Materiales y Métodos

Este análisis preliminar de Lagar Velho 1 se relaciona con sus afinidades morfológicas a los humanos arcaicos tardíos del noroeste del Viejo Mundo (Neandertals) versus los primeros humanos modernos. La muestra de este último consiste predominantemente de restos Auriñacienses y Gravettienses, de entre el 20.000 y el 30.000 AC. Dada la ausencia de restos humanos juveniles del Paleolítico Superior temprano, las comparaciones también involucran a los primero humanos modernos del Paleolítico Medio del Cercano Oriente (Qafzeh-Skhul). Los recientes datos humanos comparativos están incluidos como apropiados, las muestras derivadas de los especímenes fósiles en las estimaciones proporcionales postcraneales, se basan en las distribuciones de residuos brutos de las principales líneas de eje reducidas para las muestras humanas recientes, y se expresan en z cantidades.

El Hueso Temporal

La región mastoide es el hueso temporal izquierdo está conservada con ligero daño. Tiene una clara eminencia yuxtomastoide, que se extiende al mismo nivel de la marca del proceso mastoide. Los tamaños relativos de estos dos procesos son intermedios entre Neandertal juveniles con sus eminencias yuxtomastoides mayores, y los primeros humanos modernos con sus procesos mastoides más proyectantes.

La Mandíbula

La simfisis maxilar anterior tiene el completo desarrollo de un mentum osseum (figura 3). Hay un tubérculo simfisial muy prominente con un tubérculo lateral excepcionalmente protrucido a cada lado. Estos se combinan para crean una incisión maxilar anterior profundamente excavada. La línea media del tubérculo simfisial se extiende superiormente hacia los alveolos. Para cualquier criterio, esta configuración simfisial es un prominente desarrollo de una "barbilla", claramente distinta del modesto desarrollo de estos elementos en Neandertals de edad similar, e incluso pronunciada para un humano moderno de desarrollo comparable.

Figura 3
Vista anterior de la símfisis maxilar mostrando el desarrollo del mentum osseum. Altura simfisial = 24.7 mm.

Esta configuración simfisial anterior se combina con un retroceso posterior de la simfisis anterior, indicada por un ángulo simfisial anterior (o del plano alveolar a la línea infradental-pogoniónica) de 89º. Está cerca del promedio para Neandertals juveniles (90.3° ± 4.4°; n = 7) y bajo el de humanos recientes de edad similar (101.5° ± 4.7°; n = 15).

El cuerpo y el ramus tienen un plano alveolar modesto, un foramen mental bajo la dm1, un foramen maxilar abierto (en forma de V), una incisión maxilar simétrica y una ausencia del tubérculo pterigoide medial superior (a pesar de la rugosidad para el músculo pterigoide medial). Estos caracteres o alinean al espécimen con los humanos recientes o no discriminan entre los dos grupos.

La Dentición

Los restos dentales deciduales no tienen alteraciones patológicas macroscópicas y atricción incisal mínima. Los diámetros de la primera corona molar (gráfico 1) son similares a aquellos de los Neandertal y los primeros humanos modernos, quienes no difieren significativamente en estas dimensiones. El ancho I2 muestra una gradual disminución desde los Neandertal hasta los humanos de Qafzeh-Skhul, y de los primeros humanos del Paleolítico Superior hasta los Europeos actuales, y Lagar Velho 1 encaja entre los promedios de las dos últimas muestras. Los humanos arcaicos tardíos y los primeros humanos modernos difieren más en sus proporciones dentales anteriores a posteriores, que en las dimensiones dentales absolutas, y los anchos relativos I2 versus M1 de Lagar Velho 1, calzan con los primeros humanos modernos y se apartan de los Neandertals.

Gráfico 1
Métrica comparativa dental permanente.

Los Restos post-Craneales

Al menos cada uno de los huesos largos principales estaba conservado en el esqueleto apendicular de Lagar Velho 1, con solo el radius careciendo de una longitud intermetafisial completa (figura 4). Las longitudes intermetafisiales máximas (lado izquierdo de todo excepto el fémur) son; para el húmero, 143 mm; para la ulna, 122.5 mm; para el fémur, 198 mm; y para la tibia, 155 mm. Las clavículas no están lo suficientemente conservadas para proporcionar longitudes, y las porciones mayores de la pelvis, también.

Figura 4
Vista anterior de los huesos largos (barras blancas y negras = 1 cm. cada una).

El fémur derecho tiene un ángulo cuello-corporal de 128º. Este valor es similar a los valores de los Neandertals juveniles (Roc de Marsal 1, 130°; La Ferrassie 6, 132°) y pre-adolescentes (Teshik-Tash 1, 128°), y el juvenil humano anatómicamente moderno de Skhul 1 (131º). Los ángulos cuello-corporales disminuyen con la carga locomotiva normal durante el desarrollo, de tal modo que (basados en una muestra Amerindia reciente) debiera disminuir en un 2 % entre los años juveniles y adultos. El valor adulto predecible para Lagar Velho 1 (125º) es similar a los valores de los Neandertals (121.0° ± 4.7; n = 9) y los primeros Europeos del Paleolítico Superior (118.8° ± 6.0; n = 13), pero inferior a los valores de Qafzeh-Skhul (133.2° ± 2.6; n = 6). El fémur derecho tiene un ángulo bicondilar metafisial de 8º. El mayor grosor epifisial medial distal (13.3 mm. versus 12.7 mm.) sugiere que el ángulo bicondilar articular era ligeramente más elevado. Estos valores son alcanzados por los humanos actuales alrededor de los 4-5 años de edad. Este patrón se refleja en la orientación metafisial tibial aproximada; el ángulo de retroversión medial metafisial (12º) es cercano a los ángulos articulares de la tibia de los Neandertals (15.0° ± 2.2; n = 5) y primeros hombres del Paleolítico Superior (15.8° ± 5.3; n = 8) maduros.

Estos ángulos indican que los niveles de carga locomotora eran similares a los de los homínidos del Pleistoceno Tardío y humanos no-urbanos recientes de Europa. En combinación con la aparente ausencia de lesiones patológicas en los restos dentales y piernas, estos ángulos indican un comportamiento locomotor activo y normal para Lagar Velho 1, en el contexto de poco o ningún estrés de desarrollo sistémico. Como resultado, es posible considerar otras proporciones de sus extremidades inferiores, como reflejo de la morfología esquelética normal.

Los humanos antiguos y modernos son principalmente distintos de los humanos arcaicos en la relativa poca extensión mediolateral de sus huesos púbicos, y este contraste aparece tempranamente en el desarrollo. Una comparación del ancho púbico (acetábulosimfisial) con la longitud femoral muestra un patrón regular de desarrollo (r2 = 0.857), con el Neandertal de La Ferrassie 6 cayendo significativamente sobre la distribución humana actual (gráfico 2). La longitud púbica de Lagar Velho 1 está dentro de la distribución humana reciente, pero es aún relativamente alta para un humano moderno.

Gráfico 2
Puntajes z basados en residuos brutos de la línea principal de eje reducida de las muestras de humanos recientes bajo temperaturas frías, para fémur y tibia del joven de Lagar Velho 1, Neandertal y humano anatómicamente moderno de Qafzeh-Skhul.

Los Neandertals y los primeros humanos modernos Europeos contrastan en la longitud de la tibia, en relación al fémur. Es más, las diferencias en esta proporción corporal ecogeográficamente definida (en la que los Neandertal son hiper-árticos y los primeros humanos del Paleolítico Superior, sub-tropicales) aparecen tempranamente en el desarrollo entre los humanos modernos y los Neandertals, y permanecen estables durante los siguientes milenios. La longitud metafisial tibial versus la longitud intermetafisial diafisial femoral, proporciona una estrecha relación lineal entre las variables para el rango etario (2-8 años) en una muestra humana moderna de temperatura fría (r2 = 0.983), con Skhul 1 cayendo sobre la línea, y La Ferrasie 6 y Lagar Velho 1 cayendo significativamente bajo los humanos recientes (gráfico 2). Dadas las proporciones hiper-árticas versus tropicales de los Neandertal, versus los restos adultos de Qafzeh-Skhul, la separación de los especímenes de La Ferrassie y Skhul es esperable. Sin embargo, la baja posición de Lagar Velho 1 es sorpresiva, dada la tibia relativamente larga de todos los primeros humanos Europeos del Paleolítico Superior conocidos.

Estos contrastes en las proporciones en los segmentos de las extremidades adultas, se combinan con los Neandertal poseyendo troncos muy anchos y los troncos de Qafzeh-Skhul y el Paleolítico Superior Europeo temprano, siendo bastante esbeltos. Como resultado de las contrastantes masas corporales (y por lo tanto, la línea de soporte de peso) relativas a las longitudes femorales y especialmente tibiales, los Neandertals parecen haber tenido robustas diáfisis de piernas, mientras que en aquellos primeros humanos modernos, parecen haber sido gráciles. Sin embargo, las aparentes diferencias en hipertrofia estructural, desaparecen una vez que las proporciones corporales son tomadas en cuenta. Consecuentemente, dado que la hipertrofia diafisial madura se refleja en gran parte de las trayectorias de desarrollo, es predecible que los Neandertals y los primeros humanos modernos inmaduros, tuvieran una hipertrofia diafisial femoral y tibial similar, una vez que las proporciones corporales fueran incorporadas al análisis. En otras palabras, cualquier diferencia significativa en hipertrofia diafisial debiera reflejar primariamente contrastes en proporciones corporales (talla relativa de tronco en relación al fémur, y talla relativa de tronco más proporciones del segmento piernas para la tibia) y sólo secundariamente, diferencias en la robustez de las extremidades inferiores.

En la comparación de la circunferencia femoral media con la longitud (figura 5), Lagar Velho 1 y los tres especímenes Neandertal (La Ferrassie 6, Roc de Marsal 1, and Teshik-Tash 1) caen significativamente sobre la distribución de los humanos recientes (gráfico 2). Los primeros humanos modernos de Qafzeh-Skhul son más modestos en sus posiciones. En la comparación tibial (figura 5), el antiguo human moderno de Skhul 1 está en el medio de la distribución humana reciente (reflejando los efectos competitivos de las proporciones corporales lineales y la hipertrofia Homo del Pleistoceno), y La Ferrasie 6 está bien por sobre la distribución humana reciente (reflejando la combinación de hipertrofia y proporciones corporales hiper-árticas). Lagar Velho 1 está más allá del espécimen Neandertal, claramente aparte de los humanos modernos. Por lo tanto, o Lagar Velho 1 tenía fémures y tibias excepcionalmente robustas, o (más posible), compartía el tronco hiper-ártico y proporciones de extremidades inferiores de los Neandertals.

Figura 5
Longitud intermetafisial (inferior). Circunferencia radial versus longitud diafisial intermetafisial femoral (superior) y versus tibial; hexágonos negros, Lagar Velho 1; pentágonos grises, Neandertals Europeos; cuadrados grises, humanos de Qafzeh-Skhul; triángulos vacíos, humanos modernos de clima frío.

El plano tibial está dorsalmente desplazado 20 mm. de los cóndilos medios hacia la tuberosidad tibial anterior, un patrón visto entre los Neandertals y asociado con el incremento del quadriceps femoris moment del brazo, para compensar la elevada masa corporal de las proporciones longitudinales de las piernas. Este patrón respalda aún más la inferencia de una masa troncal relativamente elevada en Lagar Velho 1.

El húmero izquierdo tiene una clara torsión diafisial y una prominente cresta a lo largo de la inserción pectoral mayor, que lleva al tubérculo anterior mayor. Hay rugosidad para las ligaduras pectorales mayores, y la cresta crea un marcado sulcus intertubercular y una elongación ante-lateral y post-medial de la sección cruzada diafisial. Esta morfología diafisial humeral próxima implica hipertrofia de la musculatura tóraco-humeral, un patrón visto en los Neandertal pero generalmente poco desarrollada entre los primeros humanos modernos.

El radio tiene una cresta inter-ósea en línea con la tercera dorsal de la tuberosidad radial. La posición ante-medial resultante de la tuberosidad radial contrasta con la posición directamente medial de la mayoría de los Neandertals, tanto, que la orientación hallada aquí está presente en el 26.9 % de los Neandertals (n = 13) pero en el 100 % de los primeros humanos Europeos del Paleolítico Superior (n = 23). Al mismo tiempo, el radio tiene una pequeña curvatura lateral, característica de los radios de los primeros humanos modernos, pero diferente a la mayoría de los radios de los Neandertal maduros e inmaduros.

Discusión

Estas consideraciones morfológicas proporcionan una impresión mixta del esqueleto humano del joven del Paleolítico Superior de Lagar Velho 1, en relación a los Neandertals y primeros humanos modernos del noroeste del Viejo Mundo. Está sepultado en un modo distintivamente del Paleolítico Superior temprano, pero es morfológicamente un mosaico de caracteres de Neandertals y primeros humanos modernos.

El desarrollo de la eminencia yuxtomastoide temporal es intermedia entre estos dos grupos. El mentum osseum maxilar y las proporciones dentales le alinean completamente con los primeros humanos modernos. Este alineamiento es respaldado por los discretos caracteres ramales maxilares, la orientación de la tuberosidad radial, la curvatura radial y el ancho púbico relativo. Las proporciones longitudinales femor-tibiales y la hipertrofia de las extremidades inferiores (robustez diafisial femoral y tibial y el desplazamiento tibial condilar posterior) indican proporciones corporales hiper-árticas Neandertal, distintas a las de los primeros humanos Europeos del Paleolítico Superior. Sumado a esto, la símfisis maxilar retrocede hacia un ángulo arcaico, y las inserciones musculares tóraco-humerales son más similares a aquellas de los Neandertals.

Las proporciones corporales de los Neandertals Ibéricos no son conocidas, pero todos los Neandertals Europeos, incluyendo al Châtelperronian St. Césaire 1, tienen proporciones corporales hiper-árticas. Por lo tanto, es posible que los Neandertals Ibéricos tuvieran proporciones corporales similares o, dado el clima glacial más temperado del litoral meridional de Iberia, tuvieran proporciones adaptadas al frío menos extremas. Todos los restos humanos del Paleolítico Superior temprano Europeo tienen proporciones corporales sub-tropicales, fueran medidas directamente o inferidas por medio de la escala diafisial femoral y tibial. El clima de la 3ª etapa oxígeno-isotópica más moderado de Iberia meridional, versus el clima conocido para Francia sudoccidental o Europa central, hacen poco probable que las proporciones corporales adaptadas al frío, inferidas de Lagar Velho 1, sean el producto de la selección climática regional. Ellas solo pueden indicar afinidades a los Neandertals.

A pesar que algunos de estos rasgos son desarrolladamente plásticos, los patrones maxilares y dentales así como las proporciones corporales eco-geográficamente vinculadas, parecen ser resistentes a las perturbaciones medioambientales y evolutivamente estables al menos en lo concernientes a milenios. Por lo tanto, ellos son marcadores apropiados para inferir el ancestro de Lagar Velho 1.

Hay dos explicaciones lógicas para el mosaico morfológico visto en Lagar Velho 1. Podría representar el patrón ancestral (plesiomórfico) para los humanos Europeos del Pleistoceno Tardío, o podría ser el resultado del mestizaje entre humanos arcaicos tardíos y primeros humanos modernos Europeos. La primera explicación puede ser rechazada por la presencia de un rasgo derivado (autapomórfico) únicamente de los humanos modernos, su desarrollo del mentum osseum, respaldado por su posición cronológica después de la presencia de ambos, Neandertals y primeros humanos modernos, en Europa.

Por lo tanto, el mosaico morfológico del niño de Lagar Velho 1 indica mestizaje entre los primeros humanos modernos expandiéndose por Iberia, y poblaciones locales de Neandertals. Tal mosaico morfológico, con estados de caracteres distintivos de cada grupo ancestral (dominio direccional), más configuraciones intermedias (aditivas) o divergentes (sobre o subdominio), caracterizan a híbridos entre subespecies, especies y géneros de primates y carnívoros. No se sabe si algún patrón de mosaico sería predecible, dado los patrones morfológicos ancestrales especificados, ni se sabe cuán estable el patrón es posible que haya sido en el tiempo. Sin embargo, el mosaico visto en Lagar Velho 1 conforma los patrones conocidos de hibridación.

Es más, la fechación del sepulcro en muchos milenios después del probable período de transición desde los Neandertal a los primeros humanos modernos en Iberia (28-30 mil años antes de nuestra era), más la persistencia de un mosaico morfológico para aquel período de tiempo, indica que este niño no era el resultado de un raro mestizaje Neandertal/humano antiguo, sino el descendiente de poblaciones extensivamente mezcladas. Parece no haber mejores medios para explicar porqué, a pesar de compartir una cultura material similar e idénticas prácticas funerarias con el Gravettiense del resto de Europa, Lagar Velho 1 es anatómicamente tan distinto.

La presencia de tal mestizaje respalda la hipótesis de una mezcla variable entre los primeros humanos modernos dispersos por Europa y las poblaciones locales de Neandertals. Se contrapone a la interpretación que, en Europa occidental, esta transición involucró la extinción sin descendencia de los Neandertals y su completo reemplazo por los primeros humanos modernos dispersos, con sistemas tecnológicos y socioculturales más elaborados.

Las implicaciones más amplias de este hallazgo son múltiples. Primero, significa que el grado de abruptuosidad en complejos socioculturales y tecnológicos alrededor del tiempo de transición desde el Paleolítico Medio al Superior, necesita decir un poco más sobre el grado de continuidad bio-demográfica humana. Segundo, la localización geográfica y la posición temporal de la transición no necesita acotarse al grado en el cual hubiera mezcla entre las poblaciones locales arcaicas y los primeros humanos modernos. Tercero, es inapropiado aplicar una distinción de especie con implicaciones estrictas de aislamiento reproductivo a los Neandertals versus los primeros humanos modernos. Y cuarto, pueden ser rechazadas las hipótesis sobre un completo reemplazo de poblaciones de humanos arcaicos tardíos por humanos anatómicamente modernos, tuviera lugar fuera del área principal (presumiblemente Africana) de los humanos modernos. Es por lo tanto necesario ir más allá de los modelos categóricos que han sido usado comúnmente para caracterizar las transiciones de arcaicos tardíos a primeros humanos modernos y del Paleolítico Medio al Superior, y reconocer los complejos procesos regionales, temporales, humanos y biológicos, así como las trayectorias históricas que tuvieron lugar.

Conclusión

El entierro humano del Paleolítico Superior temprano en Lagar Velho, Portugal, proporciona evidencia sobre las prácticas sepulcrales y la biología humana de estas poblaciones humanas del Pleistoceno Tardío. El entierro, con ornamentación de conchas perforadas y ocre rojo, es similar a los Gravettienses en otras partes de Europa. Los restos faciales y apendiculares proporcionan un mosaico morfológico, con el mentum osseum maxilar y proporciones dentales, así como ramal maxilar, caracteres antebraquiales y talla púbica, alinean al espécimen con los primeros humanos modernos Europeos. La región mastoide es intermedia; sin embargo, las proporciones de longitud femor-tibial e hipertrofia de las extremidades inferiores, reflejan proporciones corporales árticas, y estos caracteres, junto con el retroceso simfisial maxilar y la hipertrofia muscular tóraco-humeral, indican afinidades con los Neandertals. Este mosaico indica una mezcla entre humanos arcaicos tardíos y humanos anatómicamente modernos en Iberia, refutando las hipótesis de completo reemplazo de los Neandertals por los primeros humanos modernos, y subrayando las complejidades de los procesos culturales y biológicos, y los eventos que estuvieron involucrados en la emergencia humana moderna.

Contribución de Erik Trinkaus, 26 de abril de 1999,
Volumen 96, Edición 13, 7604-7609, 22 de junio de 1999