incorrecto

Correcto e Incorrecto

Por Richard Lynn

El Sr. Lynn es un profesor de psicología en la Universidad del Ulster en Irlanda del Norte.
Vol. 47, National Review, 20 de marzo de 1995, pág. 70.
El Animal Moral: ¿Por Qué Somos Del Modo Que Somos? Por Robert Wright (Pantheon, 467 páginas, 27.50 dólares).

Robert Wright intenta explicar que el hombre es un animal moral en términos de la "psicología evolutiva", una naciente disciplina académica basada en el principio que los humanos están programados por la evolución para asegurar la duplicación de sus genes. Ellos hacen esto principalmente teniendo y cuidando vástagos y ayudando a sus congéneres y otros miembros de su grupo racial o étnico.

La psicología evolutiva es por lo tanto nada más ni nada menos que la más familiar sociobiología, pero el Sr. Wright dice que prefiere no utilizar ese término a causa de sus connotaciones conservadoras. Creo que eso es un error. Las connotaciones de un conjunto de conocimientos no puede ser cambiado simplemente al darle un nuevo nombre.

Su tratamiento tiene dos méritos y tres debilidades. El primero de sus méritos es que el Sr. Wright ha correctamente discernido que el modelo sociobiológico del comportamiento humano es un gran avance por sobre su predecesor, la teoría del determinismo cultural, que sostenía que nuestro comportamiento está enteramente determinado por el medio ambiente cultural en el cual somos criados. Las luminarias de esta teoría eran personas como Margaret Mead y B. F. Skinner, quienes creían que los humanos eran infinitamente maleables.

El segundo mérito del libro del Sr. Wright es que él entrega un preciso recuento de algunas de las principales proposiciones de la sociobiología. Por ejemplo, él está consciente de las diferencias entre los hombres y mujeres. Contrario a las aserciones de los deterministas culturales, la sociobiología enseña que los hombres y las mujeres son psicológicamente distintos. En primer lugar, los hombres son por naturaleza más promiscuos que las mujeres porque de este modo ellos pueden incrementar el número de sus vástagos; lo mismo no es posible para las mujeres, quienes al tener muchas parejas no se aseguran una ventaja evolutiva.

Sin embargo, el libro del Sr. Wright también posee tres debilidades. La primera de estas es que las conclusiones de la sociobiología son mostradas a través de cristales color rosa. El Sr. Wright asevera que la sociobiología enseña que los humanos son naturalmente buenos, porque están biológicamente programados para ayudarse unos a otros ¡Qué tranquilizador!

Esto, sin embargo, es una profunda incomprensión del mensaje de la sociobiología, que más bien dice que los seres humanos son animales amorales o inmorales. La sociobiología enseña que los humanos están programados para promover la supervivencia de sus propios genes y que ellos ayudan a otros solo si esto posibilita que sirva para objetivos genéticos. Un mucho mejor título para el libro habría sido El Gen Egoísta, pero como esto ya ha sido utilizado por Richard Dawkins, el Sr. Wright debiera llamar su libro El Animal Amoral.

Debido a su deseo de promover el punto de vista que la sociobiología enseña que los humanos son animales naturalmente morales, el Sr. Wright omite o sumariamente pasa por alto aquellas proposiciones de la sociobiología que demuestran que los seres humanos son más bien un desagradable animal. La primera de estas es que los machos humanos están biológicamente programados para estratificar sus sociedades en jerarquías de estátus. Los machos compiten para llegar a ser los perros líderes, o al menos ser los perros del medio. Los perros líderes acomodan privilegios en primer lugar para ellos mismos. Ellos combaten los desafíos de los perros inferiores, y mantienen su estátus por medio de la astucia, el temor inculcado y la fuerza bruta.

Los sociobiólogos han demostrado que estas jerarquías de estátus están presentes entre todos los animales sociales y que el macho que lucha por estátus está programado por la hormona testosterona. No es particularmente edificante el ver a los machos poderosos cogiendo y asegurando el botín mayoritariamente para ellos mismos, pero la sociobiología enseña que este es el modo en que los hombres actúan.

El segundo mayor aspecto en el cual difícilmente somos animales morales es en nuestra propensión a matarnos unos a otros. Como animales, los humanos son particularmente proclives a matarse mutuamente, particularmente en conflictos grupales y guerras. Efectivamente, nuestros únicos rivales en este aspecto en el entero reino animal son las hormigas.

Los sociobiólogos han concluido que la propensión humana a la guerra e incluso el genocidio está biológicamente programada. La explicación es que si nosotros podemos exterminar a otros grupos, podemos mudarnos a su territorio. Estos significa que va a haber más de nosotros y nuestros genes, y menos de ellos y sus genes. Esto es particularmente en el caso cuando el grupo rival pertenece a una raza diferente de la nuestra, debido a que sus miembros tienen pocos genes en común con nosotros. Esto difícilmente beneficia al "animal moral". El Sr. Wright presenta una versión sanitizada de la sociobiología en la cual mucho ha sido suprimido.

La segunda debilidad del libro del Sr. Wright yace en su discusión de las implicaciones de la sociobiología con la teoría política. Como la sociobiología se desarrolló en los 70's fue rápidamente evidente que confirmaba el punto de vista conservador de la naturaleza humana. Si los machos humanos están biológicamente programados para competir por un rango en las jerarquías de estátus, la implicación es que las utopías igualitarias adoradas por la Izquierda liberal, en la cual todos los hombres son iguales, no funcionan. Ellas están contra la naturaleza humana. Los conservadores siempre han sospechado esto, y la sociobiología corrobora su visión.

Similarmente, la sociobiología enseña que el ideal de una sociedad multirracial en la que todas las razas viven en armonía, es otro sueño imposible de la Izquierda liberal. Los humanos están biológicamente programados para los conflictos grupales, particularmente entre razas que están genéticamente diferenciadas. La sociobiología enseña que podemos olvidarnos del ideal de armonía racial. Lo mejor que podemos hacer es tratar de mitigar el conflicto racial de la mejor manera posible.

Los académicos de la Izquierda liberal estaban entre los primeros en darse cuenta que la sociobiología tenía implicaciones profundamente conservadoras para la teoría política. Esta es la razón por la cual ellos montaron una vigorosa campaña contra ella, proclamándola una seudo-ciencia fascista. Curiosamente, el Sr. Wright no apoya esta conclusión. Una y otra vez él asegura que la sociobiología no corrobora la teoría política conservadora. Pero esto no es una posición desde la cual argüir por lo que le resulta imposible usarla como respaldo.

El problema intelectual para la Izquierda liberal ahora es tomar esto en cuenta y reagruparse. Sus miembros están en la misma posición que la Iglesia tras la publicación del "Origen de las Especies". El libro de Darwin apareció para demostrar que mucho de la Biblia es absolutamente incorrecto y que por lo tanto era una seria amenaza a la fe Cristiana. Algunas personas reaccionaron a esto intentando suprimir las implicaciones del Darwinismo - la estrategia de Robert Wright. Otros se dieron cuenta que la única esperanza era aceptar la teoría y descartar aquellas creencias que obviamente no eran más sostenibles.

La Izquierda liberal se enfrenta al mismo problema con la sociobiología. Su tarea es tomar en serio las conclusiones de la sociobiología en relación al lado oscuro de la naturaleza humana y pensar por medio de cuáles de sus agendas puede ser atacada. Este libro está lejos de alcanzar el objetivo.

La tercera y posiblemente la más fundamental de las debilidades del libro, es su fracaso al explicar la paradoja que, mientras la sociobiología enseña que el hombre tiene una inherente propensión a actuar egoístamente, el hombre es sin embargo un animal moral. La mayoría de los seres humanos desarrollan una conciencia que enfila su comportamiento en incontables direcciones. Por lo que el problema para alguien que escribe un libro titulado "El Animal Moral" es explicar como se adquiere la conciencia.

Desafortunadamente para el Sr. Wright, la sociobiología no intenta explicar cosas como estas. Para entender como los humanos desarrollan una conciencia uno debiera desviarse hacia la teoría del condicionamiento Pavloviano, que dice que los padres condicionan a sus hijos mediante la aprobación y la desaprobación para que se comporten de modo aceptable, o hacia la teoría modeladora, que dice que los niños adoptan a sus padres como modelos para un amplio rango de comportamientos y valores. Si Robert Wright deseaba explicar porque el hombre es un animal moral único, él escogió la teoría incorrecta.