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Las Razas Humanas por Richard McCulloch Las especies humanas están bendecidas con una gran variedad y una gran diversidad. Su rica diversidad es el resultado de su distribución global, que hizo que las diferentes poblaciones humanas estuvieran geográficamente separadas y de ese modo, se reprodujeran aisladas. El aislamiento reproductivo permite que ocurra la divergencia - el proceso de evolución deivergente - provocando que las poblaciones aisladas evolucionen en diferentes direcciones, desarrollando sus propios conjuntos distintivos de razgos y características genéticas. La evolución divergente es el proceso por el cual nuevas formas vivientes son creadas por la división y la separación de la vida en diferentes ramas. La evolución humana ha sido testigo de la ramificación divergente. El nombre genérico comúnmente usado para referirse a las poblaciones genéticamente diferentes, ramas o divisiones humanas - que comparten un ancestro biológico común y un conjunto de rasgos y características únicas, genéticamente transmitidos y que les distinguen de otras poblaciones, es "Raza". Pero en las especies humanas, como en cualquier especie que goza de un enorme grado de variedad, la constante ramificación y división que caracteriza el proceso de evolución divergente, ha creado muchos niveles diferentes de ramas y divisiones, cada una poseyendo razgos genéticos que les distinguen de las otras ramas o divisiones al mismo nivel. Para propósitos de exactitud taxonómica, cada uno de estos niveles debería tener su propio nombre y definición específica. El primer o más elevado nivel se llama Especie, y es simple y objetivamente definido como incluyendo todas aquellas poblaciones que son capaces de mezclarse mutuamente y producir una descendencia absolutamente fértil, y que efectivamente se mezcla bajo condiciones de cercanía y extenso contacto. El término Raza es comúnmente usado para referirse a una rama o división de la especie, que posee rasgos genéticos que le distinguen de las otras ramas y divisiones en el mismo nivel. Sumado a esta definición, será también aquí definido como incluyendo solo a aquellas personas que son capaces de reproducción mutua, sin pérdida, disminución o alteración significativa de los rasgos genéticos racialmente distintivos de ninguna de sus estirpes originales. Los rasgos genéticamente transmitidos que distinguen una raza de otra división, al mismo nivel (o sea, otras razas) no deberían ser disminuidos o perdidos por la reproducción dentro de la raza. Si los rasgos racialmente distintivos se pierden o disminuyen por una reproducción endógena, entonces el grupo poblacional es, al nivel de la división, demasiado amplio e incluyente para ser exactamente definido como una raza. Si es demasiado estrecho para ser definido como una especie, debido a que no incluye a todas aquellas poblaciones capaces de mezclarse, entonces está en un nivel entre raza y especie, el que será descrito aquí como una subespecie. La gran diversidad existente en la especie humana hoy, es el producto de más de 100.000 años de evolución divergente. Muchos de los detalles específicos de aquella evolución, aún no son perfectamente conocidos o entendidos, pero el registro de fósiles indican que el género Homo desarrollado en Africa, y durante unos 1.8 millones de años atrás (la edad de los restos fósiles encontrados en la isla de Java, en Indonesia) se difundió a través de mucho de Eurasia, donde se desarrolló en una variedad de arcaicas poblaciones regionales. La evidencia genética del ADN mitocondrial indica que las moderna especie humana también se originó en el Africa sub-Sahariana, donde comenzó a diverger en diferentes poblaciones, alrededor de 180.000 años atrás. Unos 100.000 años atrás algunas de estas poblaciones habían emigrado fuera del Africa sub-Sahariana y se habían dispersado a través de Eurasia y Noráfrica, reemplazando a las arcaicas poblaciones regionales (el modo de aquel reemplazo, y si - y hasta qué grado - los humanos modernos pudieron haberse asimilado con las poblaciones arcaicas, son aún objeto de debate). Hace unos 40.000 años atrás, la ramificación o división evolucionaria divergente de la especie humana, había producido cinco líneas o subespecies que aún existen - Los Congoides y Capoides del Africa sub-Sahariana, los Australoides de la India, Sudeste Asiático, Indonesia, Nueva Guinea y Australia, los Mongoloides de Asia nororiental (expandiéndose después del 20.000 A.C. hacia América, y reemplazando a los Australoides en el Sudeste Asiático e Indonesia, después del 4.000 A.C.) y los Caucasoides de Europa, Noráfrica y Asia occidental (parcialmente reemplazando a los Australoides de la India, después del 8.000 A.C., a los Mongoloides en América, después de 1492, y a los Australoides de Australia, después de 1788). Estas subespecies se ramificaron o dividieron a su turno, en razas separadas, y estas razas se ramificaron a su turno, en subrazas, como parte del continuado proceso de evolución divergente. Las diferentes razas son a menudo popularmente definida y nombradas (a menudo inexactamente) por el color de piel, pero como este sistema está basado en solo una diferencia genética, cuando miles están involucradas, se tiende a distorsionar la realidad de la raza y las diferencias raciales. En el sistema de clasificación racial delineado a continuación, los nombres asignados a las varias subespecies y razas están, con unas pocas excepciones, basadas en regiones geofráficas que están, o presumiblemente estaban, en o cerca del centro de su área de origen y desarrollo evolutivo. Descripción de la clasificación racial humana
Las diversas razas de la especie humana delineadas anteriormente, todas tienen su territorio geográfico, que ha sido histórica y exclusivamente suyo, al que uno se puede referir como su hogar racial, y está estrechamente identificado con la raza que lo habita. Entre la mayoría de estos exclusivos hogares, hay zonas "clinales" - áreas de contacto entre diferentes territorios raciales - Estas fronteras raciales son frecuentemente áreas de contacto interracial y de asimilación, donde las razas adyacentes se funden unas con otras, creando poblaciones racialmente mestizas o híbridas, de tipo intermedio, llamadas "clinés" raciales. La raza Dravidiana de la India y Sri Lanka, creada por la mezcla de poblaciones Caucasoides (Indicos o Nor-Indicos) y Australoides (Veddoides) locales, y la raza Etiópica de Etiopía y Somalía, creada por un mestizaje de las razas Caucasoides (Mediterráneas) y Congoides locales, son ambos clinés raciales muy antiguos - de a lo mejor 10.000 años de antigüedad - que se han estabilizado en razas distintas de tipo intermedio. Los clinés raciales de más reciente formación, donde las mezclas raciales no están aún estabilizadas, incluyen las poblaciones de muchos países Latinoamericanos y Caribeños, que fueron creados durante los últimos 500 años, por la asimilación de varios elementos Caucasoides (mayoritariamente Mediterráneos), Congoides y Amerindios. La población de México, por ejemplo, es cerca de un 5 % Caucasoide, 30 % Amerindia y 65 % "Mestiza", un término español para las personas de ancestro mixto Amerindio-Caucasoide (el mismo término es utilizado para las personas de ancestro mixto Filipino-Caucasoide). La multirracialización de las poblaciones de Norteamérica y, más recientemente, de Europa, ha comenzado a transformarlas en clinés raciales. Como se discutió en otros ensayos de este sitio, este proceso de transformación racial eventualmente provocará la efectiva extinción o desaparición de los tipos raciales Europeos en las áreas afectadas, a menos de adecuadas medidas preservacionistas sean llevadas a cabo para prevenirlo. |