Preguntas más frecuentes y
"Pregunta: ¿Cómo es que en algunas poblaciones humanas, los genes homocigotos recesivos han reemplazado a los genes homocigotos dominantes de sus ancestros, para su apariencia física externa? En épocas tan lejanas como 1950, el genetista William Boyd enumeró alrededor de 20 localizaciones genéticas para características de apariencia externa, que son homocigotos recesivos para los Asiáticos típicos y/o Europeos, pero son homocigotos dominantes para los Africanos. Estos genes recesivos incluyen las 6 a 8 localizaciones genéticas para color de piel claro, los genes para los ojos azules, ojos grises, cabello rubio, cabello rojo, labios delgados, cabello liso, marca del sacro, ausencia de vello facial (barbas), forma nasal angosta y algunas otras. Los famosos académicos J.B.S. Haldane (quien publicó en 1924), R.A. Fisher y S. Wright, todos ayudaron a desarrollar las aproximaciones matemáticas para la genética de poblaciones con relación a la selección, y probaron (entre otras muchas cosas) que se requerirían 1.001.741 generaciones (o sea, alrededor de 25 millones de años para los humanos) para que un par de genes autosomales dominantes fueran enteramente reemplazados de manera natural por un nuevo par de genes recesivos en una población ideal (yendo desde una frecuencia genética de 0.01 % a 99.99 %) si la ventaja selectiva mejorada fuera un 1 % mayor por generación (lo que es una ventaja ligeramente grande) para el nuevo carácter genético recesivo sobre el antiguo carácter genético dominante, pero la línea Euro/Asiática de humanos se separó aproximadamente de la línea Africana, unos meros 100 mil años atrás, y debemos tener en cuenta alrededor de 20 localizaciones genéticas recesivas distintas para la apariencia, no solo una. Los mecanismo de deriva genética (incluyendo el efecto fundacional), migración y flujo genético, han sido todos invocados para explicar el rápido cambio genético observado en pequeñas poblaciones de antiguos humanos, pero como una explicación para los cambios observados en la apariencia racial exterior humana, tal razonamiento está bajo presión. Las apariencias externas de los Euro/Asiáticos parecen tener muy poca, o ninguna, ventaja efectiva con relación a la selección natural sobre la especificada para los genes Africanos reemplazados, sino claramente un extraordinario y poderoso mecanismo selectivo ha estado trabajando. Una solución parcial para el problema de cómo las diferentes razas del hombre se transformaron externamente en lo que son ahora, fue propuesta en 1931 por el científico y escritor Sir Arthur Keith, quien apunó al aislamiento tribal y la predisposición humana para el conflicto, la competencia y la guerra contra aquellos que parecen ser diferentes de nuestra propia tribu (o sea, el "prejuicio instintivo") fue posiblemente la mayor causa, con esto, la expulsión o exterminio de pueblos con ciertos genes reduce muy rápidamente la frecuencia de aquellos genes en una población, pero para los años 50 de la post-guerra aquel pensamiento se había vuelto políticamente inaceptable, como lo demuestra el firme rechazo de Boyd hacia esa idea - aunque al menos él se toma el tiempo de discutir la hipótesis con holgura en su famoso libro de 1950 "Genética y las Razas Humanas", que en muchos aspectos es el modelo para ·Historia y Geografía de los Genes Humanos" de L. Luca Cavalli-Sforza (1994). Puede que no nos guste la famosa aseveración de Robert Ardrey que todos nosotros somos "Simios Asesinos" en nuestro corazón (Génesis Africano, 1961), y el sólido respaldo para esa tesis proporcionado por Konrad Lorenz y Raymond Dart, pero todo en nuestro horripilante historial de continua guerra desde la Gran Muralla China hasta el Holocausto, atestigua de nuestra naturaleza inherentemente xenofóbica. El rompecabezas de la apariencia racial es evitado en la mayoría de las clases de evolución hoy, invocando la hipótesis de Loomis (1967) que el color claro de la piel entre Europeos y Asiáticos, existe debido a que estas poblaciones no pudieron obtener suficiente luz solar para estimular la producción necesaria de vitamina D en su piel, en aquellos terriblemente sombríos continentes septentrionales de Europa y Asia. A pesar que esta teoría nunca ha sido bien respaldada por la investigación científica, ha sido repetida tan a menudo y es tan políticamente confortable, que se ha transformado en un dogma y un hecho indisputable en las mentes de muchos estudiantes casuales de la evolución. En realidad, numerosas objeciones válidas han sido hechas a la teoría sobre la influencia de la vitamina D en el color claro de la piel:
¿Y qué hay de la "selección sexual"? A menudo ha sido propuesta como la razón para que las diferencias raciales existan, sin mencionar que las mujeres rubias y de ojos azules, pero tales mujeres de piel blanca son catalogadas como horrendas y repulsivas para los nativos de Nueva Guinea. La belleza es un concepto relativo y efectivamente es una actitud racista el asumir un tipo de humano como inherentemente más hermoso que otro, aunque nuestros conceptos individuales de atractivo sexual humano parecen ser sinónimos con gente que parece ser similar a nuestro conjunto de normas internas como las implantadas desde nuestra niñez - o sea, generalmente encontramos a aquellos que no son de nuestra "tribu" menos atractivos que aquellas personas que se asemejan más a nosotros (por supuesto, siempre hay excepciones - algún grado de mestizaje es seguramente ventajoso a veces para una tribu de humanos). Darwin, en su libro de 1871 "El Ancestro del Hombre, y la Selección en Relación al Sexo", afirmó que la diferenciación en la apariencia racial en los humanos, se debía a lo que él denominó "selección sexual", pero una lectura más atenta a aquel libro demuestra que para los humanos, él considera el conflicto y la guerra (incluyendo el genocidio) como parte de la "selección sexual", un término que él efectivamente usa para cualquier otra cosa que no sea la "selección natural", el otro de sus dos mecanismos de selección. Por lo que la idea de 1931 de Sir Keith sobre cómo las diferentes razas se transformaron en lo que son hoy, realmente se originó con Darwin, y el genio intuitivo de Darwin ha resultado ser correcto por lo que sabemos sobre la genética que controla la apariencia humana. Tres otros interesantes factores que afectan la apariencia humana deben ser considerados: 1) el clima, 2) la neotenia y 3) la inteligencia. Todos estos factores deben ser considerados en conjunto con el conflicto tribal en orden a entender completamente como llegamos a vernos como hoy nos vemos, y se debe entender que estos factores se han entremezclado con un tejido de deriva genética, efectos fundacionales, migración, flujo genético y aislamiento geográfico.
Sin embargo, preservar la ventaja intelectual de una tribu exitosamente en expansión es un problema difícil, debido al mestizaje con una tribu de menor intelecto diluye y disminuye la ventaja genética de la dotada tribu en expansión, de este modo finalizando eventualmente la expansión. Las soluciones a este problema siempre han abarcado desde el genocidio a la limpieza étnica, pero siendo capaces de visualmente identificar la herencia genética de la prole, el excluir la prole resultante de cruzas intertribales fue siempre de gran valor para las tribus genéticamente dotadas y en expansión, permitiendo la continuación de esto hasta que la tribu encontraba a una tribu genéticamente más avanzada (o sea, generalmente, más inteligente) o alguna barrera geográfica significativa. Por eso es que los genes autosomales recesivos para la apariencia física externa tienen una ventaja sobre los genes dominantes en una tribu genéticamente avanzada: la introducción de un gen dominante no-tribal puede ser fácilmente detectable visualmente en la prole, de este modo permitiendo métodos de exclusión para operar y por lo tanto, evitar que el linaje genético de las tribus fuera diluido. Ejemplo: para que un niño tenga ojos azules, los genes recesivos para los ojos azules, deben ser heredados de ambos padres. Un niño con ojos oscuros sería inmediatamente reconocido como no-tribal en una tribu de ojos azules. El niño podría ser posiblemente expulsado (y en algunos casos, muerto) por una antigua tribu de ojos azules en expansión, de este modo preservando la integridad genética de la tribu. Este ejemplo puede parecer totalmente absurdo en el actual mundo civilizado, pero la evolución racial humana retrocede hasta al menos 200 mil años, mucho antes que el comportamiento humano civilizado se desarrollara. Si la discriminación en color de ojos parece demasiado exagerada, consideremos el color de piel. Tan recientemente como 100 años atrás, el nacimiento de un niño de piel oscura en una mujer blanca, típicamente resultaba en el ostracismo por parte de su molesta familia, y a veces se cometía infanticidio. Los otros rasgos recesivos de la apariencia de los actuales Europeos y Asiáticos fueron posiblemente usados también de una manera similar para la identificación tribal, para así ser responsables de sus actuales distribuciones geográficas en frecuencia genética. Eventualmente, múltiples rasgos (o sea, blancos de ojos azules y cabellos rubios por ejemplo, a pesar que hay muchos otros) eran usados para la identificación tribal en los siempre crecientes períodos de conflicto entre las tribus. A lo mejor el más eficiente rasgo para la identificación tribal es el color de piel, en que un sistema poligenético (6 a 8 pares de genes están involucrados) de genes recesivos para la piel clara, permite la identificación visual de un retoño tribal mixto teniendo solo una pequeña cantidad de ancestro racial genético dominante para la piel oscura - los "octoroons" son así revelados por el sistema de color de piel, aunque no serían detectados muy a menudo en un sistema genético único como el color de ojos. El uniforme del color de piel fue, sin dudas, utilizado por los guerreros de las tribus en conflicto, del mismo modo que los modernos uniformes militares son usados para distinguir a ejércitos opuestos - antes y ahora, los individuos utilizando el uniforme del grupo derrotado podían ser identificados y tratados de acuerdo a eso por los ganadores. Como consecuencia general, las tribus o razas que se han expandido exitosamente y desplazado a otras tribus o razas, es posible que sean caracterizadas por: 1) genes para la apariencia que son homocigotos recesivos para los correspondientes genes de la tribu o raza desplazada, y 2) por el rasgo que proporcionó a la tribu victoriosa la ventaja ganadora sobre la tribu desplazada. En los pasados 200 mil años de conflicto tribal entre humanos (y los pasados 3 millones de años para todos los homínidos) el carácter que confería ventajas victoriosas ha sido a menudo un mayor nivel de inteligencia, pero a veces también ha sido la resistencia a las enfermedades, la agresividad, la ventaja numérica, la superioridad tecnológica y una variedad de otras diferencias. Sin embargo, el papel de la inteligencia en este asunto no debiera ser subestimado; el registro fósil del dramático incremento en la capacidad craneal de los homínidos, respalda este punto de manera bastante convincente, así como las diferencias en promedio de coeficiente intelectual de los actuales grupos raciales. Los límites geográficos eventualmente detuvieron las expansiones de los Europeos y los Asiáticos (junto con un empate general en sus puntos de contacto mutuo) y el desierto del Sahara protegió a los restantes Africanos de una mayor penetración por parte de los Euro/Asiáticos, de este modo resultando en la distribución de las tres mayores razas, como las encontramos en la actualidad. Finalmente, la llegada de la civilización y la reducción significativa de las barreras geográficas han hecho del mundo una vasta fuente de mestizaje, en la cual la entera variación genética de la humanidad - supuestamente está - lentamente mezclándose en todas sus 100 mil localizaciones genéticas, no solo aquellas que codifican nuestra apariencia. Todos nosotros somos mezclas genéticas en algún grado, y nuestras variadas apariencias demuestran muy bien ese punto. Y por eso, muy breve y obviamente incompletamente, es que las razas humanas lucen del modo que lucen hoy". |