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Razas y Diferencias Físicas

Las diferencias físicas entre las razas son tan asombrosas como las diferencias mentales

Por William Robertson Boggs

Todo el mundo reconoce las razas. Africanos, Europeos y Asiáticos pueden ser distinguidos a simple vista debido a que las razas difieren demasiado obviamente unas de otras. A pesar que los diferencias son popularmente referidas como "color de piel", como si esto fuera donde empiezan y terminan, el color es uno de los menos importantes modos en que las razas difieren.

A pesar que numerosas diferencias físicas están bien establecidas y son fáciles de medir, a menudo son completamente desconocidas para el público en general. A lo mejor esto es porque el efecto acumulativo de una lista de diferencias físicas pueden dar una impresión de lejanía aún más poderosa que las aseveraciones sobre las diferencias mentales.

Así como una vez fue universalmente aceptado que las razas difieren en inteligencia, así el estudio de las diferencias físicas fue alguna vez enteramente respetable. Algunos investigadores del siglo XIX, sin embargo, esperaban encontrar justificaciones para la esclavitud y no todos eran buenos científicos. Incluso en la revolución contra el "racismo", los buenos datos del pasado han sido arrojados juntos con los malos, y el estudio de las diferencias físicas se han desvanecido.

Los datos modernos ahora disponibles confirman muchos de los puntos de vista del siglo XIX. La mejor evidencia sugiere que las razas difieren marcadamente en cosas tales como promedio de madurez, tamaño cerebral, densidad ósea, susceptibilidad a las enfermedades y a lo mejor, incluso, la personalidad.

Las razas difieren en color de piel debido a los diferentes niveles de producción de melanina. Todas las razas tienen aproximadamente el mismo número de melanocitos, o células que fabrican melanina, pero difieren en cuán activamente las células crean melanina. El color es uno de los menos importantes caracteres en los que las razas difieren.

Cualquiera que haya visto a un Africano albino sabe realmente cuán trivial diferencia racial es el color de piel. El albino puede efectivamente lucir más extraño para un Europeo que un Africano normal, porque los caracteres negroides y el cabello apretadamente ensortijado se ve incongruente en una persona de piel clara. Nadie confundiría al albino con un Europeo. Del mismo modo, los Africanos occidentales, los Indios Dravidianos y los aborígenes Australianos son todos "negros", pero son racialmente muy diferentes.

El color tiene un efecto fisiológico: tres y media veces más los rayos ultravioletas del sol pasan a través de la piel de los blancos que a través de la piel de los negros. La piel clara es benéfica en las regiones septentrionales donde los blancos evolucionaron, debido a que los rayos ultravioletas convierten el ergosterol del cuerpo en vitamina D. La piel oscura protege contra el sol tropical.

Adaptación al Clima

Hay otras características raciales que son obviamente adaptaciones a los climas en los que las razas evolucionaron. Muchos pueblos del Africa oriental tienen miembros y cuerpo alargados que disipan fácilmente el calor. Los Asiáticos del norte, por otro lado, han evolucionado en un clima frío. Sus cuerpos son más bajos, tienen cabello oscuro y grueso, y el pliegue epicántico que le da a los Asiáticos ojos almendrados, se piensa que es para reducir el reflejo de la nieve y el hielo. Una nariz plana está menos expuesta al frío, y la virtual ausencia de cabello facial significa que la condensación de la respiración del hombre no se congelará en su barba y enfriará su rostro. Todas estas características son más obvias en los Asiáticos que viven en los climas más fríos.

Algunas diferencias raciales no son tan fácilmente explicables. La Feniltiocarbamida (FTC) es un químico que puede ser sintetizado en el laboratorio. Para algunas personas, tiene un fuerte y ácido sabor, pero para otros no tiene sabor en absoluto. 70 % de los aborígenes Australianos pueden saborear la FTC, pero solo un 13 % de los indios Navajo pueden. Un 50 % de los blancos y alrededor de un 38 % de los Japoneses pueden saborearla.

Por las razones que sean, las razas no huelen igual. Los negros y los blancos tienen olores fuertes pero diferentes, y mucho Asiáticos apenas si tienen olor. Los Coreanos no tienen glándulas productoras de olor bajo sus sobacos y los Japoneses tienen muy pocas. Los Japoneses del siglo XIX encontraron a los Europeos tan malolientes que incluso hoy, una corriente expresión Japonesa para cualquier cosa Occidental significa "que apesta a manteca".

A pesar que no siempre estén dispuestos a decirlo, los anatomistas deportivos encontraron diferencias físicas que dan a las diferentes razas ventajas en diferentes deportes (ver artículo "Que Gane el Mejor" de octubre de 1992). Los Blancos y los Africanos occidentales, por ejemplo, difieren en proporciones de grasa corporal, ancho de caderas, grosor de muslos, densidad ósea y proporción de músculos de torsión rápida y lenta. Incluso los Africanos occidentales y orientales difieren en importantes formas que explican el porqué ellos triunfan en diferentes deportes.

Debido a que los negros tienen huesos tan densos, son menos exitosos y es menos probable que sean campeones de natación. Sin embargo, sus huesos son más resistentes a la vejez. Después de pasar los treinta, los hombres blancos pierden alrededor de un 2.5 % de su masa ósea cada año. Los negros pierden menos del 1 %. La pérdida de masa ósea se acelera grandemente bajo condiciones de ausencia de gravedad, por lo que los negros probablemente sobrevivirían viajes espaciales más prolongados que los blancos.

Los estudios han encontrado repetidamente que los hombres negros tienen más de la hormona masculina testosterona en su sangre que los blancos. La testosterona está directamente relacionada a la agresividad física y sexual, pero también se combina significativamente con la inteligencia. Los hombres que son inteligentes pero que tienen elevados niveles de testosterona son más proclives a ser exitosos, social y profesionalmente, que los hombres inteligentes con menores niveles de testosterona. Los hombres que no son inteligentes pero que tienen elevada testosterona son más proclives a ser criminales que los hombres inteligentes con baja testosterona. Los elevados índices criminales entre los negros son consistentes con la baja inteligencia y la elevada testosterona.

A pesar que los militantes igualitaristas - más notablemente, Steven Jay Gould en su libro de 1981, "La Errónea Medición del Hombre" - han tratado de desacreditar la evidencia, está bien establecido que el tamaño cerebral promedio difiere de raza en raza. Un estudio por K. L. Beals, publicado en "Current Anthropology" de 1984, informó que una investigación sobre 20.000 cráneos muestra que la talla promedio de la bóveda cerebral en Asia es de 1.380 centímetros cúbicos, mientras que en Europa es de 1.362 centímetros cúbicos y en Africa es de 1.276 centímetros cúbicos. Otros estudios han encontrado que los cerebros de los negros Americanos son aproximadamente un 8 % más ligeros que aquellos de los blancos Americanos.

Los estudios de tamaño y peso cerebral pueden ser difícil de rebatir porque los investigadores a menudo no tienen acceso a suficientes cráneos o cadáveres que puedan ser usados, y porque podrían usar diferentes técnicas de medición. Un estudio de 1989 superó estas dificultades usando escáners de resonancia magnética para determinar la capacidad craneal. Se descubrió que el tamaño cerebral tenía una correlación positiva de alrededor de 0.3 con la inteligencia.

Tampoco es sorpresa que los huesos dentro de los cuales los cerebros residen pueden ser marcadamente diferentes. Un niño podría distinguir entre los cráneos de los Esquimales y de los Lapones tan fácilmente como él podría diferenciar calabazas de zapallos. Los cráneos de los aborígenes Australianos tienen características no encontradas en ninguna otra raza, pero que son comunes en fósiles de pitecantropos. Los huesos del cráneo son el doble de gruesos con respecto a los de cualquiera otra raza (10 mm. versus 5 mm.), y el cráneo tenía un pesado frontal y líneas de sutura parietal típicas de los pitecantropos. Los dientes y la mandíbula inferior de los aborígenes son también mayores que los de las otras razas, y más similares a los de nuestros remotos ancestros.

Es poco conocido que los Africanos tienen gemelos idénticos con una frecuencia el doble de los Europeos - quienes a su turno los tienen el doble de frecuente que los Asiáticos. Algunas poblaciones Africanas tienen gemelos idénticos siete veces más frecuentemente que los blancos. Los negros también tienen períodos de gestación menores que los blancos o Asiáticos. Para la 39ª semana, el 51 % de los bebés negros han nacido pero solo un 33 % de los blancos. Para la 40ª semana, las cifras son un 70 % y un 55 %. La gestación más breve parece ser una característica de los negros, independiente del estátus social o el acceso a la medicina.

El profesor J. Philippe Rushton de la Universidad de Western Ontario, quien probablemente ha estudiado más extensivamente los índices de maduración que cualquier otro, informa que el rápido desarrollo de los negros continúa después del nacimiento. Muchos bebés Africanos y Afroamericanos pueden sostener sus cabezas erguidas cuando los bebés blancos y Asiáticos casi nunca pueden hacerlo. La edad promedio en la que los niños negros caminan es a los 11 meses, comparado a los 12 meses para los blancos y 13 meses para los Asiáticos.

El profesor Rushton han descubierto que los negros alcanzan la madurez sexual más temprano que los blancos. Para la edad de 12 años, un 19 % de las niñas negras tienen completado el desarrollo de senos y vello púbico, cuando solo un 2 % de las chicas blancas lo tienen. Las mujeres Afroamericanas menstrúan a más temprana edad que las mujeres blancas. Luego tienen relaciones sexuales por primera vez a una edad promedio que es dos años menor que la de las blancas.

A pesar que ha sido por largo tiempo sujeto de vulgar especulación, las razas sí parecen diferir en el tamaño de sus órganos sexuales. Los mejores datos parecen haber sido recopilados en 1979 por P. H. Gebhard and A. B. Johnson. Ellos efectivamente midieron y descubrieron que los mitos populares eran correctos: los negros están mejor dotados que los blancos. En extensas entrevistas también descubrieron que los hombres negros al menos reconocen estar menos restringidos que los blancos en su predisposición a cometer adulterio, proclividad a frecuentar prostitutas y en número de parejas sexuales.

De alguna manera, diferencias semejantes han sido descubiertas entre blancos y Asiáticos. Incluso tras controlar la talla corporal, los Daneses tienen testículos que son proporcionalmente el doble del tamaño de los Chinos. Los blancos también se estima que producen el doble de número de espermatozoides al día que los Asiáticos.

La maduración más temprana y la actividad sexual precoz entre los negros puede tener un precio biológico. En los EE.UU. los negros, en promedio, tienen expectativas de morir seis años antes que los blancos. Los elevados índices de homicidio, accidentes y enfermedad contribuyen a esta diferencia, pero es enteramente posible que los negros también tengan una duración de vida más corta.

Diferencias Médicas

Nuestra sociedad generalmente se mantiene en silencio sobre las diferencias físicas entre las razas, pero la información sobre ellas ocasionalmente surge en las nuevas informaciones sobre enfermedades. El alcoholismo, por ejemplo, parece golpear a las diferentes razas en diferentes grados. Los Asiáticos (y los Amerindios con quienes ellos están relacionados) reaccionan más fuertemente al alcohol que los blancos. Más Asiáticos que blancos muestran una reacción alérgica al alcohol y por lo tanto no beben, mientras que muchos Amerindios parecen tener una predisposición biológica al alcoholismo. Curiosamente, los Asiáticos son el doble de proclives que los blancos a sufrir de mareo.

En los EE.UU. las diferencias médicas más frecuentemente reportadas conciernen a blancos y negros. Es muy bien sabido que solo los negros sufren de anemia de la célula falciforme, por ejemplo, una condición que ayuda al cuerpo a resistir la malaria, y es por lo tanto un beneficio en la jungla Africana.

La mayoría de las diferencias médicas conocidas, sin embargo, parecen afectar a los negros. Las mujeres negras son el doble de proclives a tener ataques cardíacos que las mujeres blancas o Hispánicas, y sufren efectos posteriores más dañinos. Los negros son tres a cuatro veces más proclives a tener bebes con peligroso sobrepeso. Esto podría ser debido a una mala dieta, una salud general pobre o escasa atención médica, pero algunos estudios indican que incluso cuando estos factores son ecualizados, los bebés negros son más proclives a tener sobrepeso.

Las enfermedades hepáticas son 18 veces más comunes entre los negros que entre los blancos. Dejado sin tratar, el SIDA mata a los negros más rápidamente que a los blancos o Hispánicos, y los negros no responden tan bien a la droga AZT como los pacientes de otras razas. El glaucoma golpea a los negros cinco veces más a menudo que lo hace con los blancos. Aparece más temprano, y la probabilidad de tener la enfermedad no parece ser afectada por estátus social o disponibilidad de atención médica.

Los negros son también dos veces proclives que los blancos de sufrir de alta presión, y cinco a siete veces más proclives a tener presión peligrosamente alta. Esto es a menudo atribuido a las presiones del "racismo", pero la fisiología es ciertamente parte de la causa.

Un estudio en la Universidad de Maryland descubrió que cuando los estudiantes blancos y negros eran reunidos por edad, dieta, estado físico e historial médico, y se les proporcionaba un stress suave - sus manos eran colocadas en hielo por 30 segundos - los negros reaccionaban contrayendo sus vasos sanguíneos (una reacción hipertensa) por al menos 10 veces más rato que los blancos. Investigaciones en Barbados han demostrado que los negros de ancestro mixto son más proclives a tener elevada presión sanguínea si sus ancestros maternos más que paternos eran Africanos.; los genes pasados desde la madre parecen de algún modo estar envueltos. Una razón para la elevada presión sanguínea entre los negros parece ser su relativa incapacidad para secretar sodio, por lo que una dieta con demasiada sal puede ser más peligrosa para los negros que para los blancos.

Por largo tiempo se ha sabido que las transfusiones de sangre y los transplantes de órganos funcionan mejor entre gente de una misma raza. Hasta la Segunda Guerra Mundial, los bancos de sangre eran rutinariamente segregados por raza debido a esta razón. La clasificación por raza fue finalizada cuando se descubrió que era "racista", pero los bancos de sangre están restituyendo la segregación.

La distribución de tipos sanguíneos comunes es diferentes de raza a raza, y algunos raros tipos son únicos para ciertas razas. Solo los negros tienen sangre U negativo; solo los blancos tienen sangre Vel negativo o Lan negativo. El Dr. W. Laurence Marsh del Banco de Sangre de Nueva York justifica la clasificación racial: "No tiene sentido monitorear a 100.000 blancos por U negativo cuando ninguna persona blanca con U negativo ha sido alguna vez descubierta".

El hígado y otros órganos son clasificados en razas por razones similares. Cerca de un 20 % de los negros son tan genéticamente incompatibles con los blancos que ellos rechazan órganos de todos los pacientes blancos.

El Origen de las Especies

Claramente, todas estas diferencias no pueden ser pasadas por alto con la noción tan de moda que la raza no es más que un asunto de color de piel. Nadie sabe por cuánto tiempo las diferentes razas han estado evolucionando independientemente, pero podría ser necesario volver un millón de años o más atrás para encontrar un ancestro común para todas las razas. Claramente, un gran proceso de divergencia ha tomado lugar durante todo ese tiempo.

En su magistral trabajo, "Raza", John Baker sugiere que ciertos grupos raciales ya son tan diferentes unos de otros que ya no son, técnicamente hablando, una misma especie. Ciertas mezclas entre familias extremadamente alejadas - Bosquimanos y Europeos, por ejemplo - se sabe que solo han producido retoños femeninos, o en algunos casos híbridos que no podrían aparearse exitosamente entre ellos. Estos son bien conocidos signos de una desconexión que es tan vasta como para llegar a una separación entre especies diferentes.

Efectivamente, de acuerdo al Dr. Baker, en el pasado prehistórico las diferentes razas y subrazas probablemente evitaban el mestizaje y se comportaban como si fueran de especies diferentes. Él subraya que en la naturaleza, los animales que no son más diferentes entre ellos que los Europeos septentrionales y los Europeos meridionales, nunca se mezclan mutuamente. Es solo bajo la domesticación que un caballo, por ejemplo, puede ser mezclado con un asno. El hombre es, por supuesto, el más domesticado de los animales. Como el antropólogo francés Paul Broca lo subrayó, "El hombre, especialmente el hombre civilizado, es de todos los animales, el menos exclusivo en sus parejas".

El desarrollo separado es, para utilizar una frase de Charles Darwin, el origen de las especies. Los simios y los humanos tuvieron una vez un ancestro común, pero son ahora especies distintas. Del mismo modo, las diferencias raciales son los primeros pasos de la naturaleza hacia la creación de nuevas especies. Dejadas a su arbitrio por el suficiente tiempo, las diferentes razas de hombres se habrían vuelto tan diferentes que ya no habrían podido producir retoños fértiles. Esto bien podría haber pasado si los efectos domesticantes de la civilización hubieran llegado más tarde, o si los descubrimientos y los viajes no hubieran provocado que pueblos aislados tuvieran contacto unos con otros.

Una de las grandes ironías de la actual búsqueda de la "diversidad" - la mezcla forzosa de los pueblos más disímiles posibles unos con otros - es que es un destructor de la diversidad. Es solo a través de la separación que la naturaleza puede producir aquella culminación de la verdadera diversidad: nuevas especies.