LAS RAZAS "Nadie debe tomar
a la ligera el asunto de la raza. Es la clave de la
historia mundial y es precisamente por esta razón que la
historia escrita a menudo adolece de claridad. Esta
escrita por gente que no entiende el asunto de la raza y
lo que pertenece a ella. Lenguaje y religión no hacen
una raza, solo la sangre lo hace". "...Las varias
razas, cuando son cuidadosamente comparadas y medidas,
difieren mucho unas de otras, como en la textura del
cabello, las proporciones relativas de todas las partes
del cuerpo, la capacidad de los pulmones, la forma y
capacidad del cráneo, e incluso las convolusiones del
cerebro. Pero sería una tarea interminable el
especificar los puntos de diferencia. Las razas también
difieren en constitución, en aclimatación y en
predisposición a ciertas enfermedades. Sus
características mentales son igualmente muy distintas,
no solo en lo que parecerían ser sus emociones, sino
parcialmente en sus facultades intelectuales. Todos los
que han tenido la oportunidad de comparar, deben haber
sido sorprendidos por el contraste entre los taciturnos,
e incluso melancólicos aborígenes sudamericanos, y los
parlanchines negros de corazón alegre". "Hay escasas
instancias que las cuales una cultura foránea ha sido
impuesta sobre un pueblo, por medio del poder y la
autoridad externa. Y en algunas de estas es que tenemos
la oportunidad de observar y distinguir claramente las
influencias de las cualidades raciales y culturales,
respectivamente. Tal ejemplo podemos verlo en Haití,
donde los franceses, en su temprano entusiasmo por los
ideales de la libertad, la igualdad y la fraternidad,
impusieron a una población de raza negra, mucho de su
cultura europea occidental, incluyendo el cristianismo,
el lenguaje francés y la escuela; y entonces, tras un
breve período, retiraron su mano controladora y dejaron
así a la gente, generosamente obsequiada con una cultura
extraña, para que labraran su propio destino. Los
resultados son conocidos por todo el mundo. A grandes
rasgos: un rápido retroceso al barbarismo, con
frecuentes estallidos de vudú, canibalismo y otras
salvajes prácticas; y una vida política que solo puede
ser igualada con los imaginativos esfuerzos de una ópera
cómica ". "...Todas las
grandes civilizaciones del pasado se volvieron decadentes
porque la raza creadora original desapareció, como
resultado de la contaminación de la sangre...
Desafortunadamente, el ser nacional alemán no está
basado en un tipo racial uniforme... Al lado del tipo
nórdico, encontramos el europeo oriental; al lado del
oriental está el dinárico, el tipo occidental
mezclándose con ambos, e híbridos entre todos ellos.
Eso es un grave lastre para nosotros". "Solo
recientemente se pensaba que era propio pretender que
todos los seres humanos eran casi iguales, pero en
efecto, cualquiera que pueda usar sus ojos sabe que el
promedio del comportamiento humano difiere enormemente de
país a país". "Si una nación
con un conjunto genético más avanzado, más
especializado, o de cualquier manera superior; en vez de
exterminar, se mezcla con una tribu inferior, entonces
comete un suicidio racial, y destruye la obra de miles de
años de aislamiento biológico y selección
natural". "El nivel de
conocimiento en los EE.UU. es menor que en Japón, debido
al considerable número de negros, portorriqueños y
mexicanos". "...Hay menos
diferencia entre el ADN mitocondrial de los perros
domésticos, lobos (sus progenitores salvajes) y los
coyotes, que la que hay entre los varios grupos étnicos
de los seres humanos". "Francis Galton
(1869), en su libro Hereditary Genius, reconoció
que la inteligencia estaba principalmente determinada
genéticamente, y que las diferencias raciales en
inteligencia, podían ser calculadas por los números de
los individuos intelectualmente sobresalientes,
producidos en relación al tamaño de la población.
Usando este método, Galton concluyó que la Atenas del
siglo V A.C., había tenido a la población más
inteligente que haya alguna vez existido. Los escoceses
de las tierras bajas puntearon alto, seguidos por los
ingleses; los africanos lo hicieron muy bajo, y los
aborígenes australianos incluso más bajo. Galton
propuso una cuantificación para estas diferencias que
(en términos de escala intelectual contemporánea)
colocaban a los ingleses con un promedio de C.I. de 100,
a los africanos con un prmedio de 79, y los aborígenes
australianos con un promedio de 69". "...El estándar
promedio de la raza negra está dos grados más abajo que
el nuestro... (los escoceses de las tierras bajas y los
ingleses de los campos septentrionales) están
decididamente a una fracción del grado superior de un
inglés corriente. (Los griegos del 500 A.C. estaban)
casi dos grados más alto que nosotros mismos, tanto como
nuestra raza es superior al negro africano". "...La mayoría de
los académicos desdeñan el tópico de las diferencias
raciales y avitan activamente las explicaciones
genéticas para los fenómenos observados. El argumento
toma a menudo la forma de: "El antropólogo
Marvin Harris generosamente asegura que las
civilizaciones africanas y amerindias eran
"totalmente comparables" con las civilizaciones
de Egipto, Mesopotamia y el valle del Indo. Es cierto,
pero Harris está comparando niveles de desarrollo
africanos y amerindios entre los siglos XV y XIX, con
antiguas civilizaciones que alcanzaron esos niveles
muchos miles de años antes". "... (Usando el
registro de ADN, L.L.) Cavalli-Sforza y sus co-autores
(1988-1993) encuentra que el inglés difiere de los
daneses, alemanes y franceses, en unos meros 21-25 puntos
de distancia genética; en tanto que ellos difieren de
los indios norteamericanos en 947 puntos, de los bantúes
africanos en 2.288 puntos, y de los pigmeos m'butis en
2.373. Un antiguo y dedicado creyente del
medioambientalismo con respecto a las razas y coeficiente
intelectual, Cavalli-Sforza rinde pleitesía en unos
pocos y obligados párrafos a la cruzada contra el
"racismo", pero concluye que los datos
recabados que él presenta, demuestran que los
"euroasiáticos del norte" - un término que
él utiliza para agrupar a europeos, mongoles, japoneses,
coreanos y chinos septentrionales - están más
cercanamente relacionados unos con otros, que con los
africanos y australoides... El argumento sobre si existen
o no las "razas", es puramente un asunto de
semántica, de sobre qué los polemistas entienden por el
término "raza"... En poco tiempo, los estudios
sobre los marcadores genéticos han agrupado a las
poblaciones actuales de Homo Sapiens, en
categorías que son esencialmente paralelas a aquellas
determinadas por los antropologistas físicos de la vieja
escuela, representados por Carleton Coon". "Desde mediados de
los 80's ha habido un gran número de investigaciones
demográficas, buscando una diversidad genética, y
virtualmente todas las serias encuentran el mismo patrón
racial. El tomo de mil páginas, publicado en 1994 por
Luca Cavalli-Sforza y sus colegas (The History and
Geography of Human Genes) es uno de los más
conocidos. Presenta 491 poblaciones mundiales, utilizando
los datos de 128 alelos de 45 loci polimorfos. Las
poblaciones son agrupadas de varias formas
significativas, agregadas en 42 poblaciones, que son
combinadas en 9 fragmentos. El mismo Cavalli-Sforza y sus
colegas, se apresuraron en decir que no están estudiando
razas, sino poblaciones de humanos. Sin embargo, sus 9
fragmentos tienen un circulo familiar: "Africanos
(sub-saharianos), Caucasoides (europeos)... Mongoloides
septentrionales (excluyendo las poblaciones
árticas..." (1994, página 79). En sus palabras, a
partir de los datos genéticos, "La mayor diferencia
dentro de la especie humana se encuentra entre africanos
(sub-saharianos) y no-africanos..." Otra
investigación de frecuencias (por Nei &
Roychoudhury) los análisis de factores por Jensen dieron
6 componentes (que reflejaban los fragmentos de
Cavalli-Sforza) que son fácilmente identificables en los
siguientes grupos de población: (1) Mongoloides
(septentrionales), (2) Caucasoides, (3) Asiáticos
meridionales e Isleños del Pacífico, (4) Negroides, (5)
Amerindios norte y sudamericanos, más esquimales, (6)
Aborígenes australianos y papúes de Nueva Guinea. Estos
componentes genéticamente definidos son agrupaciones
raciales bastante similares a los grupos de población
obtenidos en el estudio de Cavalli-Sforza, y a las
clasificaciones raciales sugeridas por antropólogos
físicos clásicos tales como Carleton Coon, cuyo trabajo
ha sido completamente mal utilizado por una reciente
generación de académicos "políticamente
correctos". Estos datos son por lo tanto una
virtualmente irrefutable demostración de la realidad de
la raza... (En el futuro) será más fácil descubrir que
hay, lejos, mayores y consistentes diferencias genéticas
entre las diferentes razas humanas - que se piensa, todas
pertenecientes a la misma especie - que las que hay entre
lobos y coyotes, por ejemplo, que pueden mezclarse pero
son reconocidos como especies distintas"... Los
ideólogos del igualitarismo están muy al tanto de estas
posibilidades, y ya están tratando de bloquear la
investigación e incluso la discusión. Las leyes sobre
"el lenguaje del odio" están siendo
endurecidas en muchos países, y discusiones sobre
diferencias raciales pueden hacerte perder el trabajo o
acarrear cargos criminales en Francia, Alemania, Canadá
y Australia. En los EE.UU., los investigadores
rutinariamente se censuran a si mismos y a sus colegas
"insensibles", por temor a perder el trabajo o
los auspicios". "Debido... a la
falta de conocimiento, ha surgido el fino dictado de
moralidad, tan manoseado por la muchedumbre filosófica,
que los hombres en todas partes son iguales, y que en
todas partes tienen las mismas pasiones y los mismos
vicios, entonces es inútil intentar caracterizar las
diferentes razas; lo que es tan razonables como si uno
dijera que uno no podría distinguir a Pedro de Jaime,
debido a que cada uno de ellos tiene una nariz, una boca
y ojos". "La Raza es todo.
Literatura, ciencia, arte - en una palabra - la
civilización depende de ella". "Sospecho que los
historiadores del futuro se asombrarán que los
sociólogos Norteamericanos - producto de la acumulación
de las naciones - pudieran pararse en medio de tan
desconcertante fenómeno social (como la
"raza") y darlo como tan comprendido, que no se
molestaran en estudiarlo. Encontrarán especialmente
sorprendente, a la luz del hecho de las diferencias
étnicas, incluso en la segunda mitad del siglo XX,
probaron ser más importantes que las diferencias en
filosofía o sistemas económicos. La mayoría de quienes
no darían su vida por una premisa, o un dogma, o una
división laboral, lo haría más o menos alegremente por
una diferencia enraizada en los orígenes étnicos". "Cuando los grupos
sanguíneos Rhesus de personas descritos como
"Negros" en los EE.UU. fueron investigados, se
encontró que la frecuencia de cDe era generalmente cerca
de un 45 %. Esta era una cifra asombrosamente alta,
debido a que se sabe que entre los Európidos de EE.UU.
(y de cualquier otra parte) esta es un tipo inusual, con
frecuencia solo en alrededor de un 2.6 %... (En Africa)
los Sudánidos (de Africa occidental) dieron una
frecuencia de 64 %, los Káfridos (de Africa
sudoriental), un 63 %". "Cientistas
sociales han gastado un enorme esfuerzo en investigar
como los "estereotipos" se ha perpetuado, pero
en épocas recientes han pasado poco tiempo investigando
la veracidad de las percepciones agregadas". "Las mujeres Rusas
son más proclives a tener sexo cada día. Las mujeres
Checas lo disfrutan más, las mujeres Francesas claman
ser las más fieles, y las mujeres Australianas están
más dispuestas a tener sexo en su primera cita, de
acuerdo a una reciente investigación. La revista
Cosmopolitan encuestó a lectoras en sus 29 ediciones
internacionales... y compiló los resultados de una
muestra de 500 cuestionarios de cada edición... La
investigación también encontró que las mujeres en
Grecia prefieren sexo diurno casi el doble que el
promedio mundial, mientras que las mujeres Japonesas
dijeron tener sexo tres veces o menos al mes". "(Respuesta al
juicio a O. J. Simpson) las mujeres negras, reaccionando
a las informaciones sobre un negro abusando de su esposa
blanca, sentían que sus simpatías iban no hacia su
congénere mujer sino a su hermano negro" "...siguiendo a
Gobineau (Les inégalités des races humaines)
y una selección de sus discípulos, entre quienes H. S.
Chamberlain (The Foundations of the Nineteenth Century)
es posiblemente el más notorio, (el pueblo alemán) se
creía, contra la más obvia y abundante evidencia, que
eran los representantes más puros de una raza, de cuya
sangre todos los grandes hombres y grandes cosas han
provenido, una raza hecha por una superioridad nativa
para reinar sobre todos los pueblos de la tierra. Por
otro lado, el humanitarismo popular consideraría a todos
los hombres y todas las razas similares e iguales
respecto a habilidades nativas; y hemos visto a tan
distinguidos sociólogos como Durkheim negando la
importancia o influencia de la composición racial en un
pueblo... Ambos puntos de vista tan extremos son falsos;
la verdad yace en alguna parte al medio de ellos. (La
biología y la antropología han ahora demostrado) el
enorme poder de la herencia para determinar el carácter
individual y la gran persistencia de las cualidades
innatas a través de incontables generaciones... La raza
negra, donde sea que se encuentre, presenta ciertas
peculiaridades mentales específicas, difícilmente
definibles, especialmente su alegre y despreocupada
disposición, la receptividad y la violencia emocional
irrefrenable, sean sus representantes hallados en Africa
tropical, en las junglas de Papúa o en las altamente
civilizadas condiciones de las ciudades
Norteamericanas". "El carácter
nacional no es siempre mejor expresado por la masa, por
el común, ni siquiera por la actual mayoría. Existe una
elite natural que, mejor que todo el resto, representa el
alma del pueblo entero, sus ideas radicales y sus más
esenciales tendencias. Eso es lo que los políticos tan a
menudo olvidan". "(A mediados del
siglo XX) era común para los Norteamericanos educados,
referirse a las diferencias humanas en términos
culturales, y decir que "la ciencia moderna ha
demostrado que todas las razas humanas son
iguales"". " El libro "
The Things They Say Behind Your Back (New York :
Doubleday)" de William Helmreich (1982) toma el
controversial asunto de si hay una base racional para los
estereotipos de grupos... Como la percepción que mucho
laureados por el Nobel son Judíos, o que la Mafia está
mayoritariamente compuesta de Italianos, o que los
Japoneses tienden a ser xenófobos y nacionalistas... De
todos los estereotipos que considera - muchos de ellos
ahora pasados de moda y no ampliamente compartidos -
Helmreich concluye que "casi la mitad de los
estereotipos tienen una fuerte base en los
hechos"". "El conocimiento
científico disponible provee una firme base para creer
que los grupos de la humanidad difieren en su capacidad
innata para el desarrollo intelectual y emocional, viendo
que tales grupos difieren indudablemente en un muy gran
número de sus genes". "El ensayo
introductorio (por Paul Gordon en "Race in Britain
Today" de R. Skellington & P. Morris) combina
una historia apretadamente resumida de recopilación de
datos en el área de "raza", con una preventiva
y bastante evidente repetición del hecho que la raza no
es un hecho". ""Raza"
no es un hecho biológico sino un concepto que ha sido
socialmente construido. Las características físicas,
color de piel, cabello... son investigados con un
significado social que puede probar ser ventajoso o no
para un grupo". Mi comentario para esto es directo: es
una mentira. La raza es un hecho y no un
concepto socialmente construido - puede ser un hecho
totalmente insignificante, y uno que no necesita ser
tomado en cuenta en una sociedad liberal, y probablemente
no debiera" "...entre los
escritores de textos de antropología física en los
EE.UU., donde un 65 % de aquellos que aparecieron entre
1932 y 1969, aceptaban que las razas del humanidad
existen, solo un 32 % de aquellos que aparecieron entre
1970 y 1979 lo aceptaban". "... en 1994, la
Asociación Antropológica Americana adoptó una
resolución sobre Raza e Inteligencia, denunciando a
aquellos que buscaban un vínculo entre ellas..." " S. J. Gould
(1996, The Mismeasure of Man, 2ª edición)
declara que el estudio científico de las diferencias
humanas no es más que una excusa para la elitista
esclavización y opresión Europea del resto del mundo...
En la invocación de Gould, él mantiene la fe en lo
"políticamente correcto", aunque (sus
palabras) son una confesión a regañadientes de los que
muchos ven como un "fascismo
izquierdista"". "La mayoría de
aquellos dedicados al estudios serio de las razas hoy, lo
hacen desde una perspectiva "hermeneucista" o
"racialmente realista". En un extremo, aquellos
a quienes he descrito como "hermeneucistas" se
aproximan a las razas como un "epifenómeno",
una mera construcción social, con las fuerzas políticas
y económicas como los reales agentes causales que vale
la pena estudiar. Más que estudiar las razas, los
"hermeneucistas" investigan a aquellos que lo
hacen... Frente a sus opositores, los
"hermeneucistas" se enfrentan de modo confuso,
acalorado y políticamente comprometidos con el
"antirracismo"; los racialmente realistas se
enfrentan a sus oponentes como fríos, indiferentes y
bajo sospecha de ocultar una agenda
"racista"... Con el Igualitarismo bajo asedio,
el "hermeneuticismo" representa un intento de
devolver el genio a la botella, de introducir la
prohibida pasta de diente de vuelta al envase". "...Podemos
distinguir una raza de distribución y origen
septentrional, caracterizada físicamente por el color
claro de cabellos, ojos y piel, por la elevada estatura y
la dolicocefalia (forma craneal alargada) y mentalmente
por una gran independencia de carácter, iniciativa
individual, y tenacidad de deseo ...recientemente el
término Homo Europaeus, aplicado por vez primera
por Linnaeus a este tipo, ha sido favorecido; y a lo
mejor es el mejor término para usar, debido a que este
tipo parece ser exclusivamente Europeo. Es también
llamado tipo Nórdico. El resto de la población de
Europa, con la excepción de algunos pueblos al extremo
norte y el este, de origen racial parcialmente mongoloide
o amarillo, parece principalmente derivado de dos
familias. De estos, el único tipo que ocupa
mayoritariamente las regiones centrales, es más
comúnmente clasificado con el nombre de Homo Alpinus;
el otro, principalmente en el sur, por el nombre de Homo
Mediterraneus. Ambos son de complexión oscura o
morena y la principal diferencia física entre ellos es
que el primero, el Homo Alpinus, tiene un cráneo
corto y ancho (braquicéfalo) y también es de corta
estatura; mientras que el último, el Homo
Mediterraneus, es de cráneo alargado como el tipo
septentrional y posiblemente más alto que el Homo
Alpinus. Mentalmente ambos difieren del tipo
septentrional o Europeo, al poseer menos independencia e
iniciativa, una gran tendencia a depender y a buscar
liderazgo de la autoridad (Ripley's Races of Europe
and Prof. H.J.Fleure's Geography in Western Europe,
London, 1919)." "(La evidencia de
las diferencias raciales) es aportada por la espontánea
distribución en Norteamérica de los inmigrantes
Europeos y sus descendientes. Los Ingleses, Escoceses y
Nor-irlandeses (Esoceses de sangre) han sido los grandes
pioneros de los nuevos territorios. En los primeros días
de la inmigración Europea, un puñado de Franceses del
tipo de Lasalle hicieron maravillosos viajes de
exploración. Pero ellos fueron individualmente
comisionados por el rey de Francia para llevar a cabo ese
trabajo, y hay razones para pensar que aquellos hombres
eran del tipo Nórdico. La masa de los colonos Franceses
se ha aferrado persistentemente a la provincia oriental
del Quebec. Los Irlandeses e Italianos, a pesar de ser
mayoritariamente de origen campesino, se encuentran casi
exclusivamente en las ciudades (ejecutando las funciones
altamente sociables de policías, conductores de buses o
políticos locales) o en las regiones agrícolas
estrechamente colonizadas. Los Escandinavos, por otro
lado, a pesar de llegar más tarde, han colonizado la
mayoría de la tierra en los amplios espacios abiertos
del Oeste. El lejano Oeste contrasta fuertemente con el
Este y el Medio Oeste más colonizado (donde la sangre
Alemana es más que evidente), en el marcado predominio
de los caracteres físicos de la raza Nórdica. "El típico Homo
Europaeus, para (G. Voucher de) Lapogue, se
caracteriza por su razón y su poder de deseo, que por su
fertilidad en ideas, facilidad de aprendizaje o gran
memoria. Los Españoles, Árabes e Hindúes tienen una
prodigiosa variedad de ideas, pero estas se suceden unas
a otras tan rápidamente que no puede ordenarse a si
mismas, y hay una pobreza en resultados prácticos. En
inteligencia pura, el Homo Europaeus no excede
grandemente el promedio de la humanidad, pero se aplica
más consistentemente al trabajo mental y está más
capacitado para romper las ideas habituales: en efecto,
su tendencia es hacia lo nuevo. Su poder de razonamiento
es "frío" y justo. Calcula cuidadosamente,
llega a una conclusión tan rápido como sea necesario, y
actúa sin indecisiones. Una vez decidido, no cambia sin
motivos. Su suprema cualidad, que caracteriza su
"especie" y lo coloca sobre todos los otros, es
su deseo preciso y tenaz que salva todos los obstáculos.
Es su aptitud para el mando lo que le da el dominio sobre
otros. Es combativo e individualista, reacio a la
autoridad, pero capaz de rendirse a la disciplina cuando
es necesario". "Frente a una
proposición (de negocios), los Sajones preguntan:
"¿Cómo puedes documentar o medir esto?"; los
Teutones quieren saber: "¿Cómo puede esto ser
deducido de sus principios originales?"; el Galo,
por supuesto, se pregunta: "¿Puede ser esto
expresado en Francés?"; mientras que la
aproximación Nipona es preguntar: "¿Quién es el
Jefe del que lo propone?". "...La mayoría de
los obreros alemanes (1943) parecen haber sido
completamente indiferentes al hecho que estaban
trabajando junto a un mal alimentado ejército (de
Polacos y Rusos) que emergían espectralmente de gélidos
campos, pero que eran excluidos de los refugios
antiaéreos públicos y las piscinas, y que podían ser
castigados por hacer cosas que el resto de la población
tomaba por permitido... La principal razón para esta
actitud era que la política racial Nazi hacia los
trabajadores extranjeros interactuaba con la arrogante
autoestima, chovinismo y racismo de algunas secciones de
la población. Juzgando por los estudios de cuántos
"obreros Alemanes" tratan con sus colegas
Turcos en las modernas fábricas o industrias de
servicios, estas actitudes parecen haber sobrevivido al
período Nazi, que para algunos trabajadores,
marginalizados por la "sociedad solidaria" de
la República Federal y atraídos por el extremista
Partido Republicano, se ha transformado en un objeto de
nostalgia, como una época de gobierno fuerte y exitoso.
Por supuesto que el racismo de clase obrera no está
exclusivamente confinado a Alemania". |