Conclusiones
(Capítulo XII, sección 21)

Conclusiones

Las conclusiones a este capítulo han sido parcialmente anticipadas en la introducción; un elaborado resumen es innecesario aquí. Sin embargo, hay varios asuntos que han sido puestos a la luz por la investigación que recién ha sido completada, y que no fue enteramente anticipada.

En primer lugar, la difusión geográfica del tipo racial Alpino es enorme, abarcando desde Francia hasta China. A través de esta extensión, mantiene una forma casi constante, en estatura, en las dimensiones craneales y faciales, en pilosidad, y en características morfológicas generales. Su amplia difusión sugiere que su presencia en Europa es meramente una extensión de su rango original, porque no pudo haber partido desde Europa hasta el Turquestán. Si, como ha sido asumido para los propósitos de este libro, fue originalmente una parte de los cazadores del Paleolítico superior, de la Europa y Africa del Pleistoceno tardío, entonces la primera extensión espacial de las culturas en las cuales estos cazadores participaron, debe llegar muy lejos, en Asia.

Es más, las mismas fuerzas que derivaron en el Alpino del grupo menos fetalizado y de cuerpo más grande del Paleolítico superior, en su totalidad debe haber operado a través de la entera zona hoy ocupada por los Alpinos. La consistencia de los Alpinos en esta zona es clara; lo que es más difícil de explicar que su consistencia, es el fracaso de los parientes Europeos noroccidentales de los Alpinos, para pasar por una reducción similar. La diferencia en pigmentación entre los varios grupos Alpinos, y entre los Alpinos y los supervivientes Paleolíticos no-reducidos, es de poca importancia; hemos visto que la familia racial blanca es extraordinariamente fluida con respecto a los cambios de pigmentación.

El segundo fenómeno revelado por nuestro estudio es el hecho que cuando los tipos raciales Mediterráneos se mezclan en una proporción de 2/1 con los Alpinos, da como resultado algo totalmente diferente a ambos, y este producto no es intermedio en todos los caracteres. Los anchos faciales son Mediterráneos, la nariz y el rostro son a menudo elongados, la longitud craneal se reduce a una dimensión Alpina, y el ancho se incrementa similarmente; al mismo tiempo el foramen magnum y los pasajes auriculares retienen una posición métrica acorde a las dimensiones del esqueleto craneal y facial encontradas en el ancestro Mediterráneo. La región occipital pasa por un cierto grado de aplanamiento, y el puente nasal, en armonía con la acción trasera, se vuelve prominente. El proceso descrito es el de Dinarización, y los tipos híbridos producidos por este principio son los Dináricos y los Armenoides.

Hay más Dináricos y Armenoides en el mundo, que Alpinos; esto se debe a razones históricas. Cuando los productores de alimentos entraron en el territorio anteriormente ocupado por los cazadores del Paleolítico superior, los primeros eran mucho más numerosos que los últimos, quienes, o se retiraron hacia bolsones medioambientales económicamente desfavorables para los productores de alimentos, o fueron absorbidos en el cuerpo étnico de este último. El ajuste del elemento de la antigua población a las nuevas condiciones, y su reemergencia a través del grupo Mediterráneo, creó una combinación de los dos elementos raciales básicos en un necesario sentido genético. Por lo tanto, la mayoría de los Europeos son actualmente un mezcla permanente, híbridos secundarios entre lo viejo y lo nuevo; las poblaciones e individuos Mediterráneos, que son puramente Mediterráneos desde el punto de vista genético así como el antropométrico, solo se encuentran, a excepción de la península Ibérica y las islas del Mediterráneo occidental, fuera de Europa. Al mismo tiempo y en el mismo estricto sentido, los supervivientes puros del Paleolítico superior, ellos mismos inicialmente híbridos, probablemente no se encuentran en absoluto en Europa, a pesar que muchos individuos que pueden asemejarse con fidelidad considerable, a diferentes variedades del hombre del Paleolítico superior, pueden ser vistos.

Este resumen de los modernos Europeos que recién hemos finalizado, simplifica enormemente el completo problema racial blanco; reduce la raza blanca a al menos dos denominadores comunes, los grupos Mediterráneo y Paleolítico superior, que a su vez significa Mediterráneo y Mediterráneo-Neanderthaloide en su sentido más amplio. Esta simplificación no debe ser aceptada sin precauciones; la hipótesis del híbrido Neanderthaloide parece muy razonable en vista de la actual evidencia, pero esta, aunque clara en implicaciones, es pequeña en cantidad. Aún más, esta simplificación, si se acepta circunstancialmente, no debe ser abusada. Las dos razas básicas que postula son cada una enormemente variadas, y las razas y subrazas blancas que han resultado de su conjunción, son también numerosas. Sin un juicio salomónico absoluto, todos los blancos no pueden ser divididos simplemente en dos grupos, no más de lo que podrían ser, de acuerdo a la simplificación de Ripley, en tres.