Los Griegos
(Capítulo XII, sección 14)

Los Griegos

El título de esta sección es Los Griegos, y no Grecia, debido a que desde los míticos días de los Argonautas hasta el presente, ni la península de la Hélade ni Jonia y las islas Egeas, han sido lo suficientemente espaciosas como para contener a los inquietos Helenos. El Griego es un idioma y una civilización, los Griegos son un pueblo; los Griegos son los descendientes de todos los pueblos que han adoptado y retenido aquel lenguajes y aquella civilización, desde la época clásica hasta el presente. Algunos de estos conversos al Helenismo eran habitantes de Asia menor, otros de Tracia y Bizancio, otros de las tierras fronterizas con el mar Negro, especialemente Crimea.

En la misma península de Grecia, muchos miles de Eslavos llegaron como inmigrantes durante la máxima expansión de los Eslavos meridionales; los Turcos trajeron colonos, incluyendo a muchos Albaneses, y distritos enteros de Beocia y Atica, y otras partes de Grecia, aún son Albano-parlantes. Los pastores Rumano-parlantes, los Valacos, han hecho también de las laderas del Pindo, sus zonas de pastoreo estacionales. Desde la Gran Guerra muchos de los Griegos viviendo en Tracia y Asia menor han sido enviados a suelo griego para vivir, mientras que los Turcos y otros musulmanes han sido a su turno repatriados. A pesar de estos intentos de producir un orden étnico, mucho del territorio griego, especialmente Macedonia, permanece étnicamente heterogénea. Es más, el número de Griegos que viven en el extranjero, sea en Egipto, Africa oriental o en el Nuevo Mundo, es tan grande que los Griegos aún son casi un pueblo internacional. Muchos de los Griegos dejan su tierra para buscar fortuna en suelo menos pedregoso, pero muchos de ellos también retornan.

Es inexacto decir que los modernos Griegos son diferentes físicamente de los antiguos Griegos; tal aseveración está basada en una ignorancia del carácter étnico Griego. En tiempos clásicos los Griegos incluían muchos tipos de pueblos viviendo en diferentes lugares, como lo hacen hoy. Si uno se refiere a los habitantes del Atica durante el siglo VI, o a los Espartanos de Leonidas, entonces los cambios en estas localidades, probablemente no han sido ni lejanamente tan grandes como entre los Germanos de Tácito y los actuales Alemanes meridionales, para citar un solo ejemplo.

Dentro de la península Helénica, a pesar de la movilidad de los Griegos desde y hacia su país, la movilidad interna no ha sido suficiente como para quebrar las fuertes diferencias locales en forma craneal. Los Epirotas, como sus vecinos los Toscos, tienen un extremadamente alto índice cefálico promedio, 88, y parece ser una zona fuertemente braquicéfala, que corre desde las laderas occidentales del nudo montañoso, desde Albania hasta el golfo de Corinto, y probablemente más allá130. Es una extensión de la misma zona que se extiende por todo el camino, desde el centro racial Alpino en Francia, y más específicamente, de la población estudiada en la región de Gjinokaster en el extremo sur de Albania. Los Griegos de Macedonia, poseen la usual braquicefalia Balcánica occidental, con índices cefálicos promedio de 86 para los Cristianos y 84.6 para los musulmanes. Los Griegos del litoral norte de Asia menor tienen un promedio de 87, mientras que aquellos de la costa del mar Negro en Rumania, y los miembros de la colonia en Crimea, son menos braquicéfalos, con un promedio de 82.

En la Grecia propiamente tal, la mayoría del Peloponeso, Atica, Eubea y las islas Jónicas se caracterizan por un índice cefálico promedio de 81 a 82; esto también es cierto de los Griegos que se encuentran en el extranjero, como en América. Aparte de los grupos locales en regiones que, en tiempos clásicos, no eran verdaderamente griegos, los actuales Griegos son en su mayor parte poco braquicéfalos. En Tesalia, el promedio provincial de 77 ha sido reportado; y los Griegos del litoral del mar Mármara tienen un promedio de 79. Es más, aún quedan grupos locales de Griegos que son mayoritariamente dolicocéfalos.

La estatura promedio para los Griegos en general, llega a cerca de 1.67 mts. y parece haber poca variación regional; aquellos en Asia menor y Crimea son un milímetro más bajos. Aquellos medidos en Boston, un milímetro más altos. Los Griegos son tan altos como la mayoría de los Alemanes del sur o los Franceses del norte; su estatura es demasiado elevada para el predomino, con una braquicefalización parcial, de una fuerte y pequeña rama Mediterránea. Cerca de la mitad de ellos son de color de piel blanco-moreno o café claro, el resto el normal blanco rosáceo de Europa central o septentrional; más del 80 % tiene cabellos castaño oscuro, el resto tiene el pelo dividido en partes iguales, entre tonalidades negras y tonos más claros de castaño. La pronunciada rubicundez, a pesar de escasa, no es desconocida. La barba rara vez es más clara que el cabello, en contraste con la condición encontrada entre los Ghegs y Montenegrinos; la implicación es que el cabello castaño oscuro de la mayoría de los Griegos es una condición puramente morena. Más del 65 % de los Griegos tienen ojos café puros, y la mayoría de estos son café oscuro; los claros puros son esporádicos, pero hay un 15 % de incidencia de formas de iris mixta-claras.

Los radios de pigmentación dados arriba se aplican a la totalidad de los Griegos; hay evidencia, sin embargo, de una considerable variación regional. Los Griegos Macedonios son mucho más claros, especialmente aquellos que son musulmanes, mientras que los Griegos de las islas Jónicas son más oscuros, como son, con toda probabilidad, la mayoría de los Peloponésicos.

Para un estudio más detallado de los Griegos, podemos examinar las series medidas en Boston, que, a pesar que indudablemente han estado sujetas a las fuerzas selectivas, no parecen variar demasiado para nuestros propósitos, de las muestras nativas Griegas. Los hombres medidos provenían de todas partes de Grecia, y de Asia menor. Su promedio de estatura de 1.68 mts. es moderadamente alto; sus proporciones corporales son en su mayor parte intermedias; su arco de hombros, ancho; la longitud de tronco moderada, como se ve por una altura sentada relativa de 52.9 cm.; y el alcance relativo es 104.

Sus cráneos, con un índice cefálico promedio de 82, son alargados para los braquicéfalos (189 mm.) y de un ancho moderado (154 mm.); la altura craneal de 127 mm. es moderadamente alta. El occipucio se proyecta, pero poco en la mayoría del grupo; 40 % tienen aplanamiento lambdoide, mientras algún grado de aplanamiento occipital aparece en más del 50 %. Sin embargo, es pronunciado en solo un 20 %. Sus anchos faciales son: mínimo frontal, 107 mm., bizigomático de 142 mm. y bigonial, 111 mm.; el gran ancho de la mandíbula, comparado con el de la frente, es una especialización Griega, y se contrasta fuertemente con la forma facial de triángulo invertido de los Dináricos Albaneses. La altura facial es de 124.4 mm., la altura facial superior es de 75.6 mm.; el índice facial de 87, es mesoprosópico, el índice facial superior de 53, es un poco alto en comparación con el anterior. Las narices sin largas para ambos (58.8 mm.) y moderadamente ancha (37 mm.); el índice nasal de 63.2 es leptorrino.

Las dimensiones dadas arriba son en su mayor parte, bastante variables; un número de tipos distintos se incluye, pero el carácter métrico del grupo como un todo, indica una mezcla de Dináricos y Alpinos con Atlanto-Mediterráneos, que es confirmada por los datos de observación que siguen.

El cabello es liso en ligeramente más de la mitad del grupo, ondulado en la mayoría del resto, pero el pelo crespo no es inusual. Generalmente es medio a fino en textura. Con por lo menos la mitad de los hombres adultos Griegos, es fino en la cabeza, y cerca de uno de cinco en cualquier grupo adulto es calvo. La calvicie por vejez afecta a la mayoría. El desarrollo de la barba es generalmente más grueso que en la mayoría de los grupos Europeos, y el vello capilar es a menudo abundante. Las cejas son normalmente gruesas, y unidas en un 75 % del grupo; los arcos superciliares son generalmente moderados en desarrollo. Las frentes dan, en la mayoría de los casos, una apariencia de gran anchura, y apenas más que una ligera inclinación. Los caracteres nasales de los Griegos son variables, pero hay tendencias definitivas que infiltran todo el grupo. La raíz es, como regla, moderadamente elevada, y mediana a ancha; las raíces angostas, usuales entre la mayoría de los Europeos del norte y los Dináricos, son escasas. El puente es de altura mediana a gran altura, casi nunca bajo; el ancho es generalmente de mediano a ancho. El perfil nasal es recto en cerca de un 45 % del grupo, convexa en alrededor de un 30 %, y cóncava en solo un 10 %, mientras que el resto es ondeada o cóncavo-convexa. La punta como regla, es gruesa, y elevada más a menudo que aplastada. La aletas nasales, generalmente medianas, son a menudo salientes más que comprimidas. En su totalidad, pocas narices Griegas pueden calificarse como Dináricas en el estricto sentido; son más típicamente Alpinas, aunque una forma de perfil recto y consistentemente ancha es la más común.

No hay nada sobresaliente en los labios y la región de la boca de los Griegos; grosor labial membranoso e integumental son de normales dimensiones Europeas, y la reversión es, como regla, ligera a mediana. La juntura labial, sin embargo, es normalmente visible, y a veces prominentemente elevada. Un ligero grado de prognatismo facial se encuentra en casi la mitad del grupo; el prognatismo alveolar es raro. Los caracteres Griegos típicos son temporales curvados y llenos, mejillas llenas, una región malar lateralmente prominente, y ángulos goniales fuertemente revertidos. En estos caracteres faciales, más de la mitad muestran un extremo desarrollo para los Europeos.

Dentro del grupo Griego, las barbas cerradas, los arcos superciliares pesados y las cejas unidas tienden a asociarles con el tipo Alpino; también hay un vínculo entre la estatura elevada, en la clase de 1.70 mts., índices cefálicos de cerca de 80, narices rectas, cabello castaño oscuro y ojos café oscuro. Este último conjunto de asociaciones claramente denota la presencia de un fuerte elemento Atlanto-Mediterráneo. También hay fuertes conexiones entre el pelo negro, el aplanamiento occipital y las características faciales angostas, que se traducen como Dináricas o Armenoides. Que la pequeña cantidad de rubicundez entre los Griegos es mayoritariamente Nórdica de origen, es indicada por su vínculo con pliegues oculares externos, relativa espesura de barba y ausencia de cejas unidas.

En resumen, los Griegos son una mezcla de tipos raciales, de los cuales dos son los más importantes; el Atlanto-Mediterráneo y el Alpino. El Dinaricismo aquí está presente, pero no completamente absorbido; los verdaderos Alpinos son más comunes que los Dináricos completos. El elemento Nórdico es débil, como probablemente lo fue desde los días de Homero. El tipo racial al cual Sócrates pertenecía es hoy el más importante, mientras que el Atlanto-Mediterráneo, prominente en Grecia desde la Edad del Bronce, aún es un factor mayor. Es mi opinión personal sobre los actuales Griegos, que su continuidad con sus ancestros del mundo antiguo, es sobresaliente, más que lo contrario.

Los actuales habitantes de Creta difieren considerablemente de los Griegos continentales131. Son más altos, con un promedio de estatura de 1.69 mts, y mesocéfalo, con un índice cefálico promedio de 79. En algunos distritos como Pedhiádha, el promedio está actualmente en el límite superior de la dolicocefalia, de 77. Los cráneos de los Cretenses mesocéfalos son tan grandes como aquellos de los Nórdicos o los Atlanto-Mediterráneos; una longitud promedio de 193 mm. y un ancho de 149 mm., caracteriza al grupo con un índice promedio de 77.

En dimensiones faciales y nasales, los Cretenses se asemejan a los Griegos. Sin embargo, son de alguna forma más rubios;; solo un 35 % tienen ojos café puros, mientras que un 7 % tienen ojos que son claros o predominantemente claros; el resto son mixtos, con una mezcla oscura en la gran mayoría. Cerca del 25 % tienen el pelo negro, y alrededor de un 50 % castaño oscuro; 10 % son castaño claro o rubio, el resto castaño medio. Como entre los Albaneses y no entre los Griegos continentales, las barbas son mucho más claras; un 40 % tienen bigotes rubios o castaño claro, con un número igual de negros o castaño oscuro. Cerca de un sexto tienen color de piel café claro o blanco muy moreno.

Un grupo especial, los Sphakiotas, que viven cerca del extremo occidental del sur de la isla, difieren de los otros Cretenses, en un número de características; son muy altos, con un promedio de estatura de 1.75 mts, y son meso a sub-braquicéfalos, con un índice cefálico promedio de 81.6. Tienen cráneos especialmente grandes, con una longitud promedio de 191 mm. y un ancho de 155 mm.; sus rostros son más alargados que los otros, e igualmente anchos o muy anchos. Los tipos morfológicamente Dináricos son comunes entre ellos; pueden ser comparados con los Montenegrinos o los Ghegs más septentrionales. De acuerdo a la presunción general de la autoridades de Creta, los Sphakiotas son descendientes parciales de los Dorios que invadieron la isla al final del período Minoico. Que algunos de ellos recuerden el tradicional tipo Espartano es muy probable. Uno solo puede derivarles del norte, de la región en que la mayor rama de la raza Dinárica se formó.

Los actuales Cretenses son en su mayor parte Atlanto-Mediterráneos, y no ha habido una migración post-Doria a la isla que pudiera haber traído tal tipo en número tan elevado. La única explicación lógica de su presencia en Creta, formada en base a los datos disponibles, es que algo de este elemento existía en Creta, en tiempos Minoicos - probablemente la mayor parte del Minoico medio y tardío - que las migraciones desde tierra firme Griega, para la época del colapso Minoico, pudo haber incrementado.

El hecho que un gran número de Cretenses sean más rubios que en el caso de los Griegos, es un asunto que requiere amplios datos y cierto análisis para explicar. Uno podría atribuir mucho de la rubicundez, a lo mejor, a la invasión que trajo a los Sphakiotas, mientras que algo de ella debe ser inherente a la raza Atlanto-Mediterránea. Pero el arribo de los antiguos Greco-parlantes pudo haber traído una rubicundez aparte de la añadida por los braquicéfalos, y Creta es una isla; es un principio de antropología insular, bien ostentado por las islas Británicas, que cuando un numeroso grupo invade una isla, tiene una mejor posibilidad de sobrevivir que en el área continental, donde haya montañas cercanas o fronteras cubiertas de bosques, a donde los tipos más antiguos pueden retroceder y desde donde pueden reemerger.

El importante descubrimiento sobre Creta, sin embargo, es el hecho que su población es mayoritariamente Atlanto-Mediterránea; esta raza parece ser casi igualmente importante en la mayor parte de Grecia. También ha aparecido en el área Dinárica, y en Serbia; veremos más de ella en los Balcanes orientales.

Notas:

130 Una bibliografía de las obras sobre antropología física de los modernos Griegos incluiría: Apostolidès, BSAP, ser. 3, vol. 6, 1883, pp. 614-616. Cucukala, G. J., AnthPr, vol. 8, 1930, pp. 12-136. Hasluck, M. M., y Morant, G. M., Biometrika, vol. 21, 1929, pp. 325-334. Hrdlicka, A., The Old Americans. Koumaris,J., ACAP, 1931. Paris, 1931, pp. 218-221. Neophytos, A. C., Anth, vol. 1, 1890, pp. 679-711; vol. 2, 1891, pp. 25-35. Ornstein, ZFE, vol. 9, 1877, pp. (39)-(41); vol. 11, 1879, pp. (305)-(306). Pittard, E., ASAG, vol. 1, 1914, pp. 7-36; BDAIP, vol. 25, 1915, pp. 447-454. Schiff, F., ZFE, vol. 46, 1914, pp. 14-40. Stephanos, C., DESM, ser. 4, 10, 1884, Article Grèce, p. 432. Weisbach, A., MAGW, vol. 11, 1882, pp. 72-97. Junto a estos trabajos publicados, se ha hecho referencia a una serie de 113 Griegos medidos en Boston en 1932, por los Drs. B. Gardner, S. Kimball, M. Titiev, y Mr. E. Muller, como parte de un curso de graduados en métodos de terreno, bajo la dirección del autor.
131 Hawes, C. H., ARBS, vol. 14, 1909-10, pp. 258-280; RBAA, supplement, 1910.Luschan, F. von, ZFE, vol. 45, 1913, pp. 21-393. Rosinski, B., Kosmos, vol. 50, 1925, pp. 584-637. Schiff, F., ZFE, vol. 46, 1914, pp. 8-13.