Introducción
(Capítulo XII, sección 1)

Introducción

Con el actual capítulo entramos en el último tramo oeste-este, en nuestro esfuerzo por tratar sistemáticamente con la geografía racial de los pueblos blancos modernos. Entramos al mismo tiempo en el más complejo y, desde el punto de vista biológicos, más difícil aspecto del problema racial blanco. La historia de Europa al norte de los Pirineos y al sur del cinturón Ártico ha sido largamente un asunto de la penetración de los pueblos Mediterráneos productores de alimento, en territorios poseídos por los recolectores de alimento de tradición Mesolítica, la retirada e inmersión de los recolectores de alimentos, y su subsecuente reemergencia racial. Ya hemos sido testigos del mismo proceso en el norte, y en Gran Bretaña, especialmente en Irlanda. Hemos sido también testigos de un similar proceso en Marruecos y las islas Canarias.

En Europa septentrional e Irlanda, la reemergencia fue a gran escala, hombres inalterados de Brünn y Borreby; en Noráfrica, ambos supervivientes reducidos y no-reducidos de Afalou. Uno sospecha, al estudiar a los modernos individuos Irlandeses, que la presencia de ocasionales individuos de apariencia Alpina, podría deberse a una tendencia menor hacia la reducción de tamaño de la rama Brünn, paralela a la reducción evidente en algunos Rifeños.

En Europa central, trataremos con la raza Alpina, un tipo reducido del Paleolítico superior, que en su forma pura es una variedad humana de corta estatura, constitución ancha, braquicefálica, rostro corto y ancho, nariz corta, mandíbula relativamente grande. El Alpino perfecto se parece bastante al concepto Germánico del duende, los pequeños hombres con narices respingadas y largas barbas que viven en las montañas y bosques, y que cuidan a la pobre y desafortunada princesa Blanca Nieves1.

La tesis que la raza Alpina es un descendiente in situ de los hombres del Paleolítico superior en Francia, aún no es probado. El Mesolítico es una ancha brecha de 10.000 años en que nuestro conocimiento de la historia racial de Europa, y es aún posible que la raza Alpina entrara en Europa central desde el Este, durante aquella época, o que fue reforzada por migraciones desde Noráfrica. Es también posible, y efectivamente más probable, que la raza Alpina representa una reemergencia dentro de una reemergencia; que con los cambios climáticos post-Glaciales, el elemento de baja estatura, braquicefálico, de rostro corto y bajas órbitas dentro del heterogéneo grupo Crô-Magnon y Afalou, mantuvo genéticamente su superioridad selectiva sobre los elementos más altos, dolicocéfalos y de rostros alargados, y que la raza Alpina como tal existía en Europa, para finales del Mesolítico; más tarde fue empujada o absorbida por los recién llegados Mediterráneos, con quienes y a través de la mezcla, subsecuentemente hizo su segunda reemergencia. Un difícil rasgo de este completo problema es que la raza Alpina, en combinación con ciertos otros elementos, produce un número de formas mixtas especiales que ayudan a complicar el cuadro racial.

Una mayor complicación es que la frontera geográfica entre la región de la reermgencia Alpina y la de la reemergencia Borreby no está claramente dibujada; las dos se contactan y se penetran en los Países Bajos y Alemania. En el Este, libre de la competencia Borreby, los Alpinos siguen la cadena montañosa hasta Asia menor y el Turquestán meridional; sobre las llanuras de Rusia y Polonia, es un elemento Lapón o Ladogano el que reemerge.

La raza Mediterránea es un extranjero en suelo Europeo. Solo en España y Portugal, y las islas Mediterráneas occidentales, donde los altos híbridos Brünn y Borreby nunca fueron importantes; solo en Gran Bretaña, donde la geografía ofreció algún refugio a los sobrevivientes más antiguos; y en el este de Noruega y Suecia, donde la tierra estaba relativamente vacía antes de su arribo, pudieron los Mediterráneos de pigmentación rubia o morena, sobrevivir como poblaciones mayores inalteradas sobre suelo Europeo. Europa le debe su civilización a los Mediterráneos, pero ella le debe su sangre y sus huesos, en un grado igual sino mayor, al pueblo que colonizó el continente durante el último período interglacial.

Notas:

1 La producción de "Blanca Nieves y los Siete Enanos" de Walt Disney en 1938, hizo familiar este tipo físico, por medio de la caricatura, a casi el entero público Americano y Europeo occidental.