Las islas Británicas, resumen
(Capítulo X, sección 4)

Las islas Británicas (resumen)

La historia racial de las islas Británicas, revisada en la primera sección del presente capítulo, es un asunto más complicado de lo que uno esperaría en vista de la posición marginal de estas islas. Su complejidad sirve para ilustrar el poco apreciado hecho que los hombres de tipo racial Europeo comenzaron la navegación de un modo serio, mientras aún estaban limitados a las herramientas y recursos de una economía Neolítica; y que incluso en una remota época la navegación era el medio primario por el cual grandes poblaciones eran transferidas entre puntos distantes. El poblamiento de las islas Británicas ha sido trazado a partir de un número de ampliamente separadas fuentes regionales, y el mar ha servido no tanto como barrera sino como carretera por la cual estos diversos elementos han convergido.

Estos elementos incluyen la mayoría de las ramas conocidas de la raza blanca; una o más variedades del hombre Paleolítico no-reducido o inalterado; dos variedades del moreno Mediterráneo, del cual el costero Atlanto-Mediterráneo es la más importante; las dos principales variantes supervivientes del grupo Nórdico de la edad del Hierro; braquicéfalos de tipo Dinárico o Armenoide, así como el mezclado tipo de los Vasos Campaniformes, que es una mezcla de Dinárico, Borreby y antiguos elementos de la Cerámica Cordada.

Los neo-Danubianos de pequeñas narices respingadas y Bálticos orientales, los Irano-Afganos morenos de narices ganchudas, podrían, para propósitos prácticos, considerarse ausentes, mientras que la raza Alpina, aquel importante agente de braquicefalia en Europa central, desde Francia hasta el Bósforo, y por las tierras altas de Asia occidental, es notoriamente escasa. Los individuos de aparente tipo Alpino son, en la mayoría de los casos, descendientes de Borreby. Es la virtual ausencia de los Alpinos en las islas Británicas lo que ha evitado que los Británicos pasen por una braquicefalización comparable a la encontrada en la mayoría de Europa central. Parece no haber tendencias dominantes en formas craneales, porque los elementos componentes en la amalgama Británica han retenido sus niveles originales de índices cefálicos.

En Gran Bretaña e Irlanda, la invasión de Celtas Nórdicos de la edad del Hierro fue un evento que trajo el mayor cuerpo único de gente, y los Británicos hoy día, mayoritariamente, deben más en un sentido físico a esos Celtas que a cualquier otro grupo de invasores. En Gran Bretaña e Irlanda, las invasiones Neolíticas y de la edad del Bronce fueron de importancia secundaria con respecto a la actual población, como lo fueron las invasiones de pueblos Germano-parlantes.

En los diferentes países que componen las islas Británicas, esas variadas minorías tienen valores diferenciales en las poblaciones locales. Son estas diferencias de minoría las que separan a Ingleses, Escoceses, Irlandeses y Galeses, mientras que la comunidad de elementos Nórdicos de la edad del Hierro sirven como la fuerza opositora que los sostiene juntos.

En Inglaterra, el elemento Germánico es el más distintivo; en Gales es el Atlanto-Mediterráneo; en Escocia es una combinación de elementos de la edad del Bronce y Ecandinavos en el noreste, y de Irlandeses con Atlanto-Mediterráneos en el oeste; en Irlanda el único hecho de mayor importancia es la reemergencia de la antigua raza Paleolítica septentrional. El tipo racial Céltico de la edad del Hierro es menos importante en Escocia nororiental, donde la lengua Céltica nunca penetró, y en Gales, donde ha logrado su máxima supervivencia.