Forma craneal, talla craneal y otros caracteres métricos de la cabeza y el rostro
(Capítulo VIII, sección 4)

Distribución de los caracteres corporales

(b) Forma craneal, talla craneal y otros caracteres métricos de la cabeza y el rostro.

Después de la estatura, lo que es de interés para muchos otros aparte de los antropólogos, nuestros datos son absolutos en cuanto en índices cefálicos, porque este radio ha sido el favorito de profesionales y estudiantes amateurs de las razas, desde su invención por Retzius en 1842. Los mismo argumentos sobre el método de plotear el mapa de estaturas se aplica al de índice cefálico (mapa 6). Aquí, la única región de poca certeza comparativa yace en la esquina sudoriental, en Irán, donde una más bien extensa elongación de fronteras ha sido practicada.

La distribución del índice cefálico dentro del área cubierta por este mapa, es un asunto complejo, y no puede ser interpretado a la rápida. Muchos factores y mucho eventos han contribuido a este estado de complejidad, que el mapa solo representa en parte. Uno debe recordar que, como en el mapa de estaturas, las dispersas franjas y villas de los Lapones han sido esquemáticamente unidas en un núcleo, en el norte de Escandinavia, Finlandia y la península de Kola. Otros grupos minoritarios como los Judíos, los Gitanos y otros, han sido omitidos, desde que en ninguna región lo suficientemente grande para una representación esquemática, se encuentran como una mayoría.

En efecto, la característica más impresionante del mapa, casi su sola uniformidad, es la constante banda de casi pura dolicocefalia que se extiende al sur del Mediterráneo, desde la costa Atlántica de Marruecos, a través de Noráfrica, Egipto, Arabia y Persia, hasta Afganistán; para continuar, fuera del mapa, por el paso del Khyber, hasta el valle del Indo. Esta banda representa la inmensa raza Mediterránea y su hogar post-Pleistoceno. Pequeñas marcas de mesocefalia en las montañas marroquíes, en la Kabyla y en el Aures, y a lo largo de la costa tunecina, muestran las relativamente restringidas zonas de supervivencia de antiguos mesocéfalos Mediterráneos y, en un grado menor, de los hombres del Pleistoceno norafricano; excepto por los centros costeros tunecinos, donde la fuerte concentración de poblaciones Púnicas y Europeas en tiempos pre-Árabes, es sin duda responsable.

Los dolicocéfalos extremos, concentrados en el Hoggar y en partes de la meseta argelina, son los Tuaregs y las más puras familias de ancestrales nómades Berebers, preservando la forma craneal que ellos trajeron desde Africa oriental, su hogar Hamítico. La zona densamente punteada representa a los Mediterráneos de la edad Neolítica y los Árabes, con una infusión de los Hamitas, mientras que el punteado más leve representa más claramente a los mismos Hamitas. Esta es una distinción que no debe ser demasiado recalcada, pero que aún debe ser hecha, porque el marcado más claro se encuentra en las plazas fuertes de los Berebers nómades.

Más al este, las tribus del desierto de Libia, y los pueblos de los oasis de Siwa, son extremadamente dolicocéfalos, de una manera verdaderamente Hamítica; los habitantes del Sinaí, y algunas de las tribus del Nejd, así como algunos de los Bedawin de Mesopotamia, y grupos en Irán, caen en la misma categoría. Aquí en el este no aproximamos a la zona de los dolicocéfalos de narices ganchudas, bastante diferentes en forma facial del incremento Hamítico más al oeste. Alrededor del golfo Pérsico es un anillo de los más altos índices, representando una población marítima que deberemos encontrar más tarde en el litoral de Arabia meridional, fuera del actual mapa. La dolicocefalia de los Árabes del interior, sean nómades o agricultores, continua sin quiebres, hacia el sur del mapa en cuestión, hasta Yémen y hacia los confines septentrionales y occidentales del Rub al-Khali.

En la misma Europa, las poblaciones totalmente dolicocéfalas son escasas. En efecto, solo en partes de Portugal, se encuentran índices regionales bajo 76. Europa en su totalidad es un continente mesocéfalo o braquicéfalo. Los índices promedio entre 76 y 79, perteneciendo a los alto-dolicocéfalos y bajo-mesocéfalos con braquicéfalos en minoría, se encuentran en algunas partes. Una, el área más continuada, yace en el noroeste; incluye las islas Británicas, la mayoría de Holanda, partes de Bélgica y el Palatinado - antiguo país Franco - y la mayoría de la península Escandinava, junto con las tierra costeras de Finlandia, y con Estonia y Letonia.

Las regiones así enumeradas pueden ser consideradas de algún modo, una unidad; la mayoría de las autoridades la llamarían, como con la estatura, el territorio racial Nórdico, y así es en el sentido aceptado. Otro cinturón es aquel de la península Ibérica, el valle de la Dordoña en Francia, Cerdeña, Córcega, las Baleares, el extremo de Italia, y Creta. Para esto, a lo mejor puede serle añadido parte del área correspondiente en las islas Británicas, y partes de la zona oriental de la península de los Balcanes. Esto es lo que queda de la morena raza Mediterránea, en sí, en Europa; grupos de islas aisladas, una península que a través de la historia ha sido más Africana que Europea, y vestigios del antiguo bloque Mediterráneo en las playas del mar Negro y en el Egeo.

[Mapa: Indice Cefálico (a) (b)]

¿Dónde, nos preguntamos, están los descendientes de los Danubianos, de los Nórdicos de Aunjetitz y sus sucesores de la Edad del Hierro en Europa central y oriental? Solo en el cinturón mesocéfalo a través de Rusia central y oriental, y la región inmediatamente al norte del Cáucaso, y nuevamente en los Balcanes centrales y orientales, aparecen rastros de la original forma craneal de estas gentes, emergiendo como la de una población atada al suelo. A lo mejor en la elevada talla y la alta mesocefalia de la zona del Don hay algún vestigio de los Escitas. El país entre el litoral norte del Caspio y el Báltico medio, forma en efecto una zona de relativa dolicocefalia, entre la braquicefalia mongoloide de Asia central y la braquicefalia europea de Europa central.

Esta braquicefalia de Europa central puede no ser tratada como una entidad completamente unificada. En primer lugar, encontramos su núcleo más occidental en Francia meridional, en el Macizo Central, que es el hogar de la raza Alpina en su más verdadera forma. Aquí la extremada braquicefalia, tanta que casi excede a la de cualquier parte del mundo, se localiza. El valle del Rhóne forma una brecha parcial, más allá de la cual yace otra zona braquicefálica en el este de Francia, especialmente en Burgundia y la Jura, y porciones adyacentes de Bélgica. Nuevamente nos encontramos con una alta zona de braquicefalia, acompañada, como hemos visto, de una estatura mayor a la que encontramos en los Alpes occidentales, y como veremos más tarde, una pigmentación más clara. Aquí hay otro núcleo braquicéfalo representando una concreción racial diferente de la primera mencionada. Uno observa que el valle superior del Rin y en Suiza noroccidental, como en la Baja Austria, esta zona de extrema braquicefalia está fracturada, mientras una colonia septentrional de ella, se encuentra en Bavaria, Bohemia y Silesia.

En el Tirol, Suiza sudoriental y en la mayoría de la Italia septentrional hay otro núcleo, que es el hogar de la rama occidental del grupo Dinárico, asociado en su mayor parte con el centro lingüístico Reto-romance. Estos fósiles lingüísticos son los supervivientes de la población pre-germánica de esta región. La mayoría de la misma Austria, tiene dolicocéfalos, debido sin dudas, a la fuerte concentración de pueblos Germánicos allí. La región Dinárica propiamente tal, se extiende desde Bosnia hasta Albania meridional, siguiendo la cordillera que a su turno, yace a lo largo de la costa Adriática. El centro de la más alta braquicefalia yace en Albania meridional, en el país Tosco, bien al sur del centro de estatura más elevada. La zona braquicéfala meridional, de la cual este es su núcleo, se extiende bien dentro de Grecia, a lo largo de la costa occidental, desde el Epiro hasta el golfo de Corinto.

La curva de los Cárpatos forma una barrera braquicéfala, dentro de la cual todos los pueblos representados, excepto los Szeklers húngaros, son muy braquicéfalos. Esta braquicefalia infra-carpática influencia a todos los otros grupos sin importar el lenguaje, la cultura o la historia. Más allá yace la relativa extensión dolicocéfla de la llanura Polaca, Ucraniana y Moldava.

A medida que doblamos hacia Asia menor, vemos otras instancias de braquicefalia regional extrema. Los Armenios, algunos de los Sirios, especialmente los Alauitas, Libaneses y Drusos, son los más braquicéfalos de todos en la región. Los Turcos anatólicos, siendo típicamente braquicéfalos, es este aspecto se asemejan a representantes modernos de los pueblos pre-turcos, de esa región, notablemente los Armenios.

El mapa de índices cefálicos, como el de estatura, demuestra que el mar Mediterráneo no es de ninguna manera, una unidad racial. Algunos de los más bajos y algunos de los más altos índices cefálicos del mundo, se encuentran en suma proximidad a sus costas. Otra notable falta de continuidad se ve en el lejano norte. Los pueblos cazadores y pescadores, tan consistentemente bajos de talla, son muy variables en forma craneal. Los Lapones, por si solos, son consistente y extremadamente braquicéfalos. La original forma craneal mesocéfla típica de los Fineses en su hábitat nativo puede ser aún observado en las regiones ocupadas por los supervivientes Fineses en Rusia central y septentrional.

En suma, la distribución del índice cefálico en Europa y países adyacentes es extremadamente significativa cuando uno recuerda los antecedentes históricos y arqueológicos, pero viendo su presente distribución solamente uno fácilmente se formaría falsas ideas sobre los orígenes y continuidad racial. Sin embargo está suficientemente claro que la zona de braquicefalia extrema en Europa central tiene numerosos núcleos, y está aparte del centro Anatólico-caucásico y de aquel de los mongoloides en Asia central.

Un último factor queda por mencionar, y esta es la distribución ultra-perférica de los índices cefálicos moderadamente altos, sobre el extremo más occidental de Europa. Uno se da cuenta que el sudoeste de Irlanda tiene un promedio cefálico promedio de 80 o más. Pequeñas zonas de esta misma condición ocurren en Escocia septentrional, las Shetlands, la cadena insular de las Frisias occidentales, en Fehmarn, y en puntos a lo largo de la costa de Noruega occidental. Esta braquicefalia hiper-marginal es periférica a la dolicocefalia de Europa noroccidental, que a su turno es una supervivencia. La sugerencia es que esta tendencia a la braquicefalia de los confines más extremos de Occidente está en la naturaleza de una reemergencia Paleolítica. El tercer mapa de estas series (mapa 7), intenta mostrar la distribución del tamaño craneal absoluto. El tamaño craneal idealmente debiera ser una medida de la capacidad cúbica del cráneo, y la capacidad debiera ser estimada en base a los vivos, por el uso de las tres dimensiones, longitud craneal, ancho craneal y altura cráneo-auricular. Sin embargo, desafortunadamente, como ya se explicó17, la altura cráneo-auricular es en su mayor parte, una medida poco confiable,

[Mapa: Tamaño craneal (L+B) (a) (b)]

y no sería posible construir un mapa que cubriera una gran área en la cual esta fuera una dimensión componente. Por esta razón el tamaño craneal está aquí expresado simplemente por la suma de la longitud y el ancho de cada muestra utilizada. Sucede sí que los grandes cráneos en el sentido de longitud-anchura son frecuentemente de altas bóvedas también, así que hay escasas posibilidades que la omisión de la dimensión de altura haya falsificado la apariencia de las condiciones de tamaño craneal.

La talla craneal está, en primer lugar, completamente desvinculada de la forma craneal. Algunos de los más grandes cráneos se encuentran entre ambos, dolicocéfalos y braquicéfalos, y lo mismo es cierto para los cráneos más pequeños. Sin embargo, parece estar estrechamente relacionada con la contextura corporal total, y por lo tanto con el peso, aunque no con la estatura18. Este principio también se aplica a otros animales, así como al hombre. El tamaño cerebral es, después de todo, un elemento componente de la talla corporal, y los requerimientos del organismo en el caso del tejido nervioso, depende aparentemente de la talla total más que del grado relativo de atenuación de las extremidades. Hemos visto que la talla craneal es un importante diagnóstico racial en el cráneo, y hay mucha evidencia que es igualmente importante entre los especímenes vivos.

El mapa que muestra la distribución de ese carácter, no es sin embargo, tan fiable como los dos que le preceden. Las lagunas han sido llenadas de acuerdo a tendencias raciales generales y por la conversión del material craneal moderno a los estándares vivientes, por sumas fijas que lo permiten para las partes blandas19. Las áreas que son menos confiables son Portugal, España, gran parte de Francia, y porciones de Alemania occidental. Las Baleares y Sicilia fueron llenadas por inferencias. Sin embargo, los datos son suficientes para asegurarnos que el cuadro general es correcto, a pesar que las fronteras pueden ser inexactas. El mapa servirá para nuestros propósitos, y no puede desviarnos, si no lo seguimos a ciegas o nos ponemos detallistas.

La primera impresión que nos da el mapa es de una distribución concéntrica de talla craneal, con Alemania, Bélgica y Francia septentrional como el foco del mayor volumen. Desde este foco, bandas de tallas descendentes se expanden como barras hacia el golfo Pérsico. Este patrón es roto en el medio Oriente por una intrusión de pueblos mongoloides de cráneos relativamente grandes, provenientes de Asia central, y de Turcómanos, Azeríes y Kurdos dolicocéfalos no-mongoloides.

Estudiado en gran detalles, donde el detalle se justifica, el patrón básico no se desmorona, pero otros factores aparecen. En primer lugar, Irlanda como un todo, tiene los mayores cráneos que cualquier otros país, excepto Bélgica. Una línea vertical divide Irlanda entre una mitad occidental y otra mitad especialmente sudoccidental, con cráneos tan grandes como los mayores de otros lados; y una mitad oriental, y especialmente nororiental, con cráneos que a pesar de ser menores, son aún grandes para los estándares europeos. Islandia nuevamente es una área de máxima talla craneal, así como las islas Shetland. Pequeñas regiones de gran tamaño craneal aparecen a lo largo de la costa Noruega. Las regiones mencionadas en este párrafo representan sin lugar a dudas la máxima supervivencia del hombre europeo del Pleistoceno, de la raza de Brünn en la porción noroccidental del continente. Ellos coinciden en cierto grado con la distribución hipermarginal de la alta mesocefalia y la baja braquicefalia.

Pero allí persiste el bloque de grandes cráneos que va desde el Sena hasta Prusia oriental, y se concentra en Bélgica y el territorio del bajo Elba. Aquí los grandes cráneos se asocian a la braquicefalia, en variados grados, pero usualmente de un orden moderado. Esta región tiene una población de talla craneal mucho mayor que la mayoría de Suecia y Noruega, y que la mayoría de Inglaterra y de las tierras bajas de Escocia. Los braquicéfalos que este enorme bloque continental, todos tienen longitudes craneales que en cualquier parte acompañan la dolicocefalia. Los isleños de Fehmarn, por ejemplo, cuyo pequeño hogar está justo al sur del archipiélago danés, tiene una longitud craneal promedio de 193.5 milímetros, y un índice cefálico de 83.620. su ancho craneal de 161.8 milímetros es tremendo. En nuestros capítulos históricos, encontramos solo un tipo racial que consistentemente presentaba la combinación de braquicefalia con gran longitud craneal. Aquel era el tipo encontrado en Afalou y Ofnet, y en los conchales daneses, el cual recibió el nombre de Borreby. Como será visto posteriormente, la raza Borreby ha reemergido en el país donde se localizaba durante los períodos Mesolítico y Neolítico, y se ha transformado en el único elemento racial más importante de la Alemania actual.

La supervivencia Paleolíticoa y a lo mejor de la Cerámica Cordada, puede ser discernida en los grandes cráneos de la costa finesa y Suecia nororiental; la huella de los colonos germanos en los tiempo medievales tardíos es evidente en Hungría y Rumania. Los Vascos también tienen cráneos de talla considerable, y parece haber allí un significativo núcleo de grandes cráneos en la Dordoña, donde como se verá más tarde, un superviviente del Paleolítico superior, dolicocéfalo y moreno, aparece indicado, al igual que en Gales centro-occidental.

Por un lado, la zona de talla craneal moderada yace entre Alemania y Polonia, y por otro lado en Rusia oriental y el Cáucaso, parecen reflejar una remota condición Danubiana y Nórdica. En Noráfrica e Italia meridional, los cráneos pequeños o medianos parecen marginales y acompañan al más antiguo elemento Neolítico mediterráneo. Los Hamitas trajeron los cráneos más grandes, tales como los que son encontrados entre los Galla21, y entre otros pueblos predominantemente Hamíticos.

La tendencia de los Hamitas al una gran talla craneal, ha dividido la monolíticamente unificada zona racial Mediterránea, que abarca a lo largo de entero cuarto inferior del mapa, en un compartimento occidental y uno oriental. El sector oriental, desde Cirenaica a la India, muestra la talla craneal pequeña que aparentemente formó un interludio en la historia norafricana, entre el final de las invasiones Caspianas y Hamíticas. A medida que uno se mueve en el mapa y pasa hacia Arabia meridional y el Beluchistán, los cráneos se vuelven más pequeños que cualquiera aquí señalado. Las combinaciones totales de longitud/anchura de 328 milímetros, se encuentran en el Hadramaut y entre los Brahui. Esta zona que se expande a lo largo del litoral noroccidental del océano Índico, es parte de la denominada área racial Vedoide, que no penetra ni en Europa ni en ninguna otra región cercana. El carácter racial del pueblo que habita esta zona puede ser mejor descrito en un capítulo futuro más detallado.

Uno de los más importantes resultados en el ploteo del mapa de talla craneal, es el descubrimiento que los braquicéfalos de la raza blanca y de Europa, no son en absoluto un unidad en este aspecto, a partir del hecho que siguen zonas raciales generales que no tienen relación con la forma craneal. Uno puede dividirles en numerosos sub-grupos en base solamente a su talla craneal. Los Lapones, que en su forma pura son hiperbraquicéfalos, tienen cráneos muy pequeños. Los otros braquicéfalos de Europa septentrional, aquellos concentrados en Alemania, sur de Dinamarca, Bélgica y Francia, forman el grupo de mayor talla craneal. Esto puede ser considerado, tentativamente por lo menos, una inspiración o derivación de Borreby. Los Alpinos del macizo central en Francia, se separan claramente de este núcleo, con un énfasis en la talla craneal moderada. A pesar que los datos regionales son escasos, es este caso son suficientes para obtener la actual conclusión. Los Dináricos también son moderados en talla craneal, a pesar de la coincidencia con una estatura mayor; solo los Montenegrinos y los Albaneses al norte del Drina, poseen cráneos verdaderamente grandes. los hiperbraquicéfalos extremos de Albania meridional y el Épiro son, nuevamente, de tamaño craneal moderado, como los Alpinos del centro de Francia. Los braquicéfalos de la llanura de Hungría, y de los Cárpatos, son en su mayor parte, moderados también.

Cuando abandonamos Europa y nos movemos a Asia occidental, encontramos que los Dináricos asiáticos y los denominados Armenoides son en algunas áreas, de cráneos más pequeños que los Dináricos europeos; los mismo Armenios tienen cráneos que se aproximan a los estándares Dináricos, pero varían regionalmente, con los cráneos más grandes en el noreste, hacia el Cáucaso. Los Turcos braquicéfalos de Asia menor, son efectivamente de cráneos pequeños, así como la mayoría de los braquicéfalos Sirios y los Iranio-parlantes del Pamir. La franja de braquicéfalos a lo largo de las costas meridionales de Arabia, Persia y Beluchistán son de cráneos muy pequeños, en un sentido bastante poco europeo.

¿Qué obtenemos de todo esto? La respuesta no puede ser dada en su forma final, pero numerosas sugerencias brotan por si solas.

(1) El tamaño craneal, siendo correlativo con la contextura total, parece en general estar asociada con las regiones de frío y humedad relativa, todo lo demás siendo igual. El contenido de agua del cuerpo humano es mayor donde la evaporación es rápida. De esta manera los flácidos Teutones y los irlandeses rodeados de niebla, en sus marismas y lagunas, tienen los cuerpos más pesados y las cabezas más grandes, mientras que los árabes teñidos de azul, viviendo en la más extrema frontera de la desecación, alcanzan el extremo opuesto en economía líquida. El hombre no es una criatura que almacene líquido, como el cactus y el camello.

(2) Los pueblos con cráneos más grandes son irreductibles supervivientes o vestigios del hombre del Paleolítico, quien presumiblemente era un animal de gran tamaño corporal y craneal. Esto se aplica a ambos, dolicocéfalos y braquicéfalos. La braquicefalia es un suceso mutacional que puede ocurrir en cualquier región o raza, y el tamaño craneal puede ser más importante que la forma craneal, como indicación de derivación genética final, nuevamente siendo lo demás igual.

Me parece que en alguna parte de entre estas dos hipótesis, yace la verdad. El medio ambiente, que en el último análisis controla la talla corporal, debe también eventualmente controlar la constitución craneal. Pero al mismo tiempo, las tendencias genéticas de talla craneal absoluta, son hereditarias, y no relacionadas con la forma craneal. Por lo tanto cualquier conexión racial primaria, bajo condiciones medioambientales iguales, pueden revelarse mejor por el tamaño más que por la forma de la bóveda. Los cráneos de algunos pueblos han permanecido constantes en talla y forma; otros se han reducido, braquicefalizado, o las dos cosas. Pero la braquicefalización puede tomar lugar sin referencia al tamaño corporal, mientras que la reducción en talla craneal, es corolario de una reducción general. Aquí , como en general, la explicación de una talla craneal dada, es materia histórica.

Otro criterio sobre cráneos y rostros sería difíciles de plotear. El tamaño facial, en general, es mayor entre los pueblos de talla y cráneos más grandes del noroeste, y entre aquellos con afinidades mongoloides en el Este. La mayoría de las ramas de la familia Mediterránea propiamente, se caracterizan por rostros relativamente cortos y angostos. La zona de cráneos alargados desde Marruecos a la India es también una zona de rostros pequeños. Sin embargo, este pequeño tamaño como regla , no tiene relación con la nariz, que es uno de los mejores criterios raciales que tenemos, y uno que es extremadamente significativo. Desafortunadamente, cartas exactas no pueden ser efectuadas, debido a que discrepancias técnicas hacen del uso de las estadísticas basadas en este órgano, casi inútiles en una compilación mayor.

El índice nasal entre los pueblos europeos es típicamente leptorrino o mesorrino. El cinturón Mediterráneo meridional se caracteriza por los pueblos moderadamente leptorrinos; y el extremo oriental, donde la aquilinidad es la regla, la extrema leptorrinia es muy común. El área más leptorrina en la misma Europa es la región Dinárica, particularmente Montenegro y el norte de Albania, donde se encuentran los índices nasales promedio bajo 60. En la mayoría de Europa occidental las narices son leptorrinas, pero cuando uno se dirige hacia Rusia y el noreste de los Balcanes, la mesorrinia se transforma en la forma predominante, y los índices nasales se incrementan perceptiblemente a medida que uno se mueve hacia el Este, hacia un nivel de alta mesorrinia o incluso platirrinia. Los pueblos Turco-parlantes del Este, sin embargo, forman una excepción a esta regla. Los Turcómanos, Azeríes y otros similares, son por lo general extremadamente leptorrinos, más que los habitantes de Asia menor o el Cáucaso. En el lado opuesto del mapa, la franja occidental extrema de pueblos meso o braquicéfalos de talla elevada y grandes cráneos, se caracterizan por un ligero incremento en el índice nasal. Los supervivientes Paleolíticos no eran notablemente leptorrinos; eran, en efecto, mucho menos que los Nórdicos y otros que les siguieron.

Si uno estudiara la forma de las órbitas y la silueta del ojo externo, con datos adecuados, una distribución muy interesante y significativa podría ser vista. Por ejemplo, la distancia entre los ojos es relativamente grande entre todos los pueblos Fineses y Eslavos de Europa oriental, y esta dimensión se incrementa cuando uno se aproxima al territorio mongoloide. Es de tamaño moderado en casi todo el noroeste y centro de Europa, pero nuevamente se vuelve pronunciada en Irlanda, a lo largo de la costa de Noruega, y en las regiones Alpinas, donde uno puede atribuir esta condición de anchura interorbital no a influencias mongoloides sino nuevamente a una supervivencia Paleolítica.

Hay dos zonas de diámetros interorbitales estrechos: (1) la entera zona Mediterránea desde el Atlántico hasta la India, y (2) la zona Dinárica que va desde el norte de Italia hasta Grecia septentrional. Nuevamente la denominada región Armenoide de Anatolia y el territorio Armenio propiamente tal, una extremadamente angosta distancia interorbital prevalece. Este criterio puede a lo mejor sobrevivir como un medio de discriminación entre los facialmente característicos supervivientes Paleolíticos y Mongoloides, por un lado, y los Mediterráneos y Dinárico-armenoides básicos, por otro.

El tamaño, robustez y la forma general de la mandíbula inferior es nuevamente un excelente criterio racial, pero no hay suficientes datos para permitir que sea esquematizado. La zona Mediterránea, desde Marruecos hasta la India, se caracteriza por una mandíbula baja y ligera, un diámetro bigonial estrecho, y una dimensión de altura restringida entre el borde dental inferior y el mentón. Esta es la mandíbula Mediterránea típica, la encuentre uno en España o en Arabia. Las mandíbulas más pesadas y los diámetros bigoniales mayores se encuentran en los confines del noroeste europeo, y en Europa oriental, donde la influencia Mongoloide es fuerte. La mandíbula relativamente ligera y estrecha de muchos Dináricos y Armenoides nuevamente sugiere que estos tipos son en su mayor parte, formas braquicefalizadas de los Mediterráneos altos.

Notas:

17 Página 243.
18 Du Bois, E., CRIC, 1934, pp. 71-75; also, Marett, J., p. 129.
19 Duckworth, W. L. H., JAPL, vol. 51, 1917, pp. 167-179. Fischer, E., MAGW, vol. 36, 1906, pp. 54-57. Gladstone, R. J., Biometrika, vol. 4, 1905/6, pp. 105-123. Mies, J., MAGW, vol. 20, 1890, pp. 37-49. Weisbach, A., MAGW, vol. 19, 1889, pp. 198-200.
20 Sailer, K., Die Fehmarner, DRK, vol. 4, 1930.
21 Datos impublicables en posesión del autor.