Estatura y forma corporal
(Capítulo VIII, sección 3)

Distribución de los caracteres corporales

(a) Estatura y forma corporal

Antes de aventurar el dibujo de una clasificación esquemática de las razas dentro de la familia blanca, revisemos algunos de los mejor conocidos criterios raciales desde el punto de vista de la distribución espacial. El uso de mapas para mostrar la distribución de promedios en un solo carácter métrico es uno de los más viejos y comunes dispositivos ilustrativos empleados en el estudio de las razas. En efecto, ha formado la base para diversos sistemas de clasificación racial, basados en correlaciones geográficas entre dos o más caracteres. Tales clasificaciones ignoran los vínculos individuales en los caracteres involucrados, y subordinan la posición del individuo como una entidad racial. Ellos están necesariamente basados en pocos caracteres, y las razas así postuladas están correspondientemente mal definidas14. Este abuso de la cartografía no debiera, sin embargo, detener el uso de mapas en un sentido puramente demostrativo.

En esta y en las dos secciones siguientes, presentamos cuatro de tales mapas, representando las distribuciones de estatura, índice cefálico, tamaño craneal, y pigmentación ocular y capilar15. Estos cuatro caracteres fueron escogidos desde el cuerpo total de criterios porque son los únicos en los cuales es posible salvar, en un grado satisfactorio, los obstáculos de la escasez de datos y la inconsistencia técnica. Ni uno de los cuatro es completamente exacto, pero todos son lo suficientemente exactos para los propósitos presentes.

[Mapa: Estatura (a) (b)]

La primera impresión que uno recibe mientras examina este mapa es que parece no haber un esquema ordenado; que, a excepción del diminuto cinturón polar, parece no haber amplias zonas de estaturas. Una relativamente grande y consistente área de estatura alta, sin embargo, es comprendida por la península Escandinava, la mayoría del área terrestre de las islas Británicas, los Países Bajos, Finlandia, los estados Bálticos, y partes de Alemania septentrional. Este centro europeo noroccidental de talla alta es comúnmente descrito en la literatura antropológica como la zona racial Nórdica primaria16. Es difícil, sin embargo, aceptar que la alta estatura de estos países es mayoritariamente el resultado de la presencia de los Nórdicos, en base a que su existencia parece debida a múltiples factores. Históricamente, esta es precisamente la región de máxima supervivencia de los altos cazadores Paleolíticos, mientras que los pueblos de la Cerámica Cordada se concentraban en ciertas secciones de ella, especialmente en Dinamarca y Estonia. Es más, otros elementos raciales contribuyentes, tales como los pueblos de los Vasos Campaniformes y los marinos Megalíticos, eran todos altos, y estas tierras bajo consideración son al mismo tiempo precisamente las regiones de Europa menos influenciadas por los invasores agrícolas Danubianos o Mediterráneos occidentales. Por lo tanto, esencialmente, estas son regiones en las cuales todos los elementos raciales contribuyentes en el pasado, han sido altos, y en los cuales no hay ningún substrato étnico de talla pequeña. Es más, Europa noroccidental ha sido escenario del máximo incremento de estatura durante el último siglo.

Una segunda área europea de alta talla es la montañosa zona Dinárica, el núcleo de la cual abarca, a lo largo de un angosto cinturón, desde Croacia hasta el río Drina en Albania, en la cual alcanza su cúspide en Montenegro. Aquí uno encuentra estaturas tan altas como aquellas en el norte, y, en el corazón del área, más alta. El origen de este gigantismo Dinárico es oscuro, puesto que la arqueología prehistórica de esta región es casi desconocida, y los documentos craneales de épocas posteriores, inadecuados. Sabemos que los pueblos de los Vasos Campaniformes se asentaron aquí en ciertas cantidades, pero uno no debe apurarse en atribuir a ellos solos, la excesiva estatura de los modernos Dináricos

Una tercera área se encuentra en Rusia sudoccidental, en la orilla norte del mar Negro, en la Ucrania; aquí los factores Atlanto-mediterráneos parecen mayoritariamente los responsables. En territorio asiático, los países ocupados por Turcómanos no-mongoloides y por los Kurdos irano-parlantes son ejemplos de talla elevada, como en el reino de Iraq, cuyos habitantes han sido altos desde los días de los Sumerios.

Otra área principal de talla elevada, que es meramente sugerida dentro de las limitaciones del actual mapa, es el centro Hamítico localizado en Africa oriental. Uno recuerda el gigantismo de los habitantes fluviales de Kenya, que aparentemente se ha perpetuado en la gran estatura de los Hamitas vivientes que habitan el cuerno de Africa y el litoral occidental del mar Rojo. Los mayormente Hamíticos de los Bereberes norafricanos, los Tuaregs, son tan altos como los europeos noroccidentales. La zona de talla elevada de Africa del norte se centra en las regiones del Sahara ocupadas por los nómades Bereberes, y se extiende hasta la fértil franja de Africa menor donde estos pueblos se han asentado tras las invasiones.

Fijándonos a considerar la corta estatura, encontramos que, a parte del lejano norte y los territorios ocupados por los recientes invasores Mongoles, hoy se concentra en las mismas regiones mayoritariamente afectadas por las tempranas migraciones Neolíticas de los pequeños Mediterráneo productores de alimentos, principalmente los países Mediterráneos occidentales, desde Francia central hasta Sicilia, y el área cultural Danubiana, especialmente sus segmentos oriental y trans-Carpático.

En general, uno no puede simplificar en exceso un mapa de distribución, utilizando un carácter tan complejo como la estatura, partiendo por el hecho que al sur del círculo Ártico no hay amplias zonas o tendencias mayores, y en la mayoría de las sub-áreas, una complicada secuencia de eventos históricos ha tomado lugar, lo que trajo una sucesión de pueblos de estaturas diferentes. Incluso más, diferentes estímulos medioambientales operando en varios lugares y variadas épocas, han servido para complicar aún más el cuadro.

Las distribuciones de pesos y formas corporales, si estos criterios fueran también completamente ploteados, harían mapas tan interesantes como los de estatura.la información que poseemos sugiere que serían mucho más simples y más fáciles de interpretar. En peso, por ejemplo, habría una gran zona en la cual los varones adultos a mediados de su vida, promediarían las 150 libras, con individuos en la clasificación de las doscientas, bastante comunes, y esta zona correspondería al área noroccidental de la estatura elevada, y a partes adyacentes de Alemania, Holanda y Bélgica. El centro de la zona Dinárica sería así mismo una de las de mayor peso, pero el resto de Europa iría, en su mayor parte, a cerca de 20 libras menos.

En la prolongada franja de los países áridos que van desde Noráfrica y Egipto, hasta Arabia, Iraq, Irán y Afganistán, los pesos ligeros serían la regla, sin importancia de la estatura, y sería posiblemente una zona predominantemente longilínea, o de hábitat corporal alargado y angosto. La contextura gruesa, por otro lado, también sería encontrada con poca relación con la estatura, a partir del hecho que los más altos pueblos septentrionales y algunos de los Dináricos serían ploteados como laterales. Las diferencias de sexo, en ambos, estatura y contextura, serían halladas mayores en Europa noroccidental, como entre los pueblos del Paleolítico superior, y menor en Europa oriental y entre los Mediterráneos occidentales. En general, la masa total, sin importar la estatura, parece en parte una función del medioambiente, y el excesivo volumen corporal sugestivamente se centra en regiones frías y húmedas, mientras que los pueblos delgados y de cuerpos ligeros se encuentran más frecuentemente en los desiertos. Grandes diferencias de tamaño entre los sexos parecen más comunes entre los pueblos altos más que pequeños, y son aún más pronunciadas en las regiones donde las ramas del Paleolítico superior sobreviven en la más concentrada solución.

Notas:

14 Ver Capítulo I, sección 3.
15 La atención es atraída por los antiguos mapas de Deniker, y de Struck, los cuales han sido ambos extensivamente copiados. Deniker, J., JRAJ, vol. 34, NS 7, 1904, pp. 181-206. Gunther, H., Rassenkunde des deutschen Volkes, pp. 216-217. (Early reproduction of Struck's maps.)
16 De Geer, S., "The Kernel Area of the Nordic Race within Northern Europe," in Lundborg, H., and Linders, F., Racial Character of the Swedish Nation.