La Edad del Bronce en Gran Bretaña
(Capítulo V, sección 8)

La Edad del Bronce en Gran Bretaña

La consideración del problema Campaniforme, lleva naturalmente al de la Edad del Bronce en las islas Británicas, donde el pueblo de los Vasos Campaniformes encontró su más importante y más duradero hogar. Proviniendo del Rin, y desde el mar del Norte, ellos invadieron la entera costa este de Inglaterra y Escocia, y también el litoral del Canal.

La invasión de los Vasos Campaniformes de Gran Bretaña, no fue un asunto simple. No solo los recién llegados desembarcaron en muchos lugares, sino que trajeron con ellos tradiciones bastante distintas. A pesar que la mayoría de ellos trajo vasos cordados y hachas de guerra, como consecuencia de su mezcla con los pueblos de la Cerámica Cordada en Renania; otros, con el tipo más antiguo de vasos campaniformes y empuñaduras de piedra de inspiración española, parecen haber entrado sin haber sido afectados por la influencia de la Cerámica Cordada.

Como sus predecesores, el pueblo de Long Barrow, los nuevos invasores que entraron en Inglaterra, escogieron tierras abiertas para asentarse, y evitaron los bosques de los Midlands y la selva de Surrey, Sussex y Kent. Yorkshire, con sus páramos fue un lugar favorito, mientras que otros centros fueron Wiltshire y Gloucestershire en el sur, y Derbyshire y Straffordshire entre medio64. En su totalidad, el pueblo de los Vasos Campaniformes escogió las mismas regiones que habían atraído a los constructores de los sepulcros alargados, a excepción de la concentración en Yorkshire, que fue una innovación. El pueblo de los Vasos Campaniformes no exterminó al pueblo de Long Barrow, quienes continuaron por un tiempo construyendo sus características bóvedas cubiertas de tierra, en algunos sitios en los cuales cerámicas campaniformes han sido halladas. Los restos de los recién llegados, sin embargo, siempre están sepultados individualmente en fosos circulares, de un tipo con el que el pueblo de la Cerámica Cordada contribuyó al complejo de los Vasos Cordados.

En comparación con el continente, Gran Bretaña contiene plenitud de material esquelético de los Vasos Campaniformes. La invasión que alcanzó esta isla, trajo consigo la entera migración de una inmensa población. Cerca de 260 cráneos de Inglaterra solamente, han sido conservados y estudiados. De esta serie, en que 150 han sido exhaustivamente analizados por Morant, los braquicéfalos exceden a los puramente dolicocéfalos, en un rango de 3 a 1, mientras que las formas intermedias son iguales en número al último. Esta segregación indicaría que el mestizaje entre los elementos raciales de la Cerámica Cordada, y sus compañeros braquicéfalos aún no se completaba a la época de la invasión, así como después. En todas las regiones, de las cuales un considerable número de cráneos ha sido extraído, la proporción entre braquicéfalos y dolicocéfalos es constante, e indicaría que los supervivientes del pueblo de Long Barrow, no fueron enterrados en las tumbas de los invasores.

Los pueblos de la Edad del Bronce en Inglaterra, representados por estas series de los Vasos Campaniformes, eran claramente heterogéneos. Los tres elementos ancestrales que se unieron en Renania, pueden ser fácilmente distinguidos. Los tres eran todos altos, y la estatura promedio del grupo total era de cerca de 1.74 mts65. El elemento de la Cerámica Cordada, sin embargo, era el más alto, y el elemento de Borreby, cercano al 1.70 mt., el más bajo. En su totalidad, la cualidad áspera y de huesos macizos del tipo Borreby, parece haber influenciado la constitución física entera del grupo. Los cráneos de los Vasos Campaniformes, como un todo, son grandes, largos, de bóveda elevada, cualquiera sea su forma. Forman uno de los escasos grupos en el mundo, con una longitud craneal de 184 mm. y un índice de más de 80. Esta peculiaridad la comparten con los pocos cráneos braquicéfalos conocidos del Paleolítico superior. Nuevamente, semejante a los cráneos del Paleolítico superior, es la aspereza de las marcas musculares, la prominencia de los arcos supercialiares y las líneas occipitales, y lo bajo y ancho de la mandíbula.

En la Crania Britannica hay grabados de 73 cráneos masculinos de este grupo. Al observarlos morfológicamente, es posible segregarlos de sus elementos componentes. 24 (un tercio del total) son planoccipital. Este rango es probablemente cercano a la correcta proporción del elemento de los Vasos Campaniformes, en la mezcla; con el grupo de la Cerámica Cordada formando 1/4, y el resto siendo de Borreby. Los cráneos plaoccipitales son, como uno podría esperar, los más braquicéfalos. Cerca de un 60 % de todos los cráneos sobre un índice de 83 puntos, poseen algo de aplastamiento posterior.

Cuando se clasifican por índices de grupo y forma occipital, los cráneos masculinos braquicéfalos planoccipitales (ver apéndice 1, col. 22) se aproximan métricamente a las series ya discutidas de Wörms, así como las de la Edad del Bronce en Chipre. Los planoccipitales británicos, son de bóveda más grande, en las tres dimensiones, que sus prototipos occidentales y del cercano Oriente. Son también de rostros más anchos, pero en altura facial y dimensión nasal, son casi lo mismo. Los cráneos braquicéfalos curvoccipitales (ver apéndice 1, col. 23) son mucho más grandes, y es este elemento el que contribuye a la combinación de una verdaderamente elevada bóveda, con un alto índice. Por otro lado, tienen rostros alargados, de gran anchura, y de gran tamaño de mandíbula. Una de las diferencias más sobresalientes entre los dos sub-grupos braquicéfalos británicos, yace en la desproporción de altura facial. Ambos tienen la misma altura facial superior; pero la altura facial total, desde la nariz al mentón, es 5 mm. mayor en el grupo curvoccipital. La mandíbula inferior de los cráneos planoccipitales es más cercano a la normal forma dinárica, mientras que el elemento de Borreby, es casi igual a los estándares del Paleolítico superior.

Los cráneos dolicocéfalos (ver apéndice 1 col. 24), que forman el menos numeroso de los tres elementos, son del tipo de la Cerámica Cordada pura, y ofrecen la oportunidad de estudiar esta forma, en más grandes números que en otras partes. La bóveda es muy alargada, y extremadamente elevada, con un rango de ancho/alto de 105; y con rostros extremadamente alargados, con mandíbulas angostas y bajas. No puede haber dudas que estas tan extremadas variantes del sub-grupo mediterráneo, llegaron a Inglaterra como parte del complejo racial de los Vasos Cordados, y no representan adiciones de los sobrevivientes megalíticos de Long Barrow, a pesar que ambos elementos, tanto en Inglaterra como en Escandinavia, entraron en la composición final de la población actual.

En Escocia, el progreso de los eventos a inicios de la Edad del Bronce, fue bastante diferente a la de Inglaterra, y más complicada. El pueblo de los Vasos Campaniformes que llegó al litoral oriental, provino en parte de Holanda, y en parte de Inglaterra. Unos pocos pudieron haberse aproximado desde el oeste, por medio de Gales. En la época del arribo de los campaniformes, o no mucho después de eso, otro grupo de gente, nombrados como los de los Jarros de Alimentos, que colocaban en sus tumbas, parecen haber surgido en el oeste, o haber llegado allí desde Irlanda, donde también prevalecieron durante el comienzo de la Edad del Bronce. Este pueblo de los Jarros de Alimentos, enterraban a sus muertos en nichos individuales, como lo hacían los de los Vasos Campaniformes, pero a menudo incinerados, por lo que sus restos esqueléticos son relativamente escasos. Ambos grupos - campaniformes y de las Vasijas de Alimentos - tenían relaciones muy estrechas e intercambiaban bienes materiales e ideas. En numerosos nichos sepulcrales escoceses, ningún tipo de cerámica está presente, y no siempre es posible decir a cual complejo original pertenecen los entierros66.

Los esqueletos de los Nichos Cortos de Escocia, han sido enterrados juntos, sin importar su afiliación cultural original, lo que en muchos casos podría haber sido imposible de determinar. Por estos medios, una serie de 77 cráneos han sido reunidos para su estudio67 (ver apéndide 1, col. 25). En general, el pueblo de los Nichos Cortos escoceses se asemejan a los invasores de los Vasos Campaniformes de Inglaterra, pero de ningún modo eran idénticos a ellos. Los promedios de las dimensiones craneales son en muchos casos, menores, y los elementos mayores en la mezcla, parecen, en las evidencias, ser menos. Es más, la estatura parece haber sido menor, con un promedio de 1.65 mts68. para 17 hombres. El grupo, en su totalidad, es más del tipo puramente campaniforme, en el sentido continental, o dinárico; que aquel de Inglaterra. Métricamente, las series escocesas recuerdan al elemento braquicéfalo con nada de Borreby, de la población británica campaniforme, y también se aproxima a los cráneos de Renania. En muchos rasgos, tales como la bóveda baja, se acerca más al grupo chipriota de la Edad del Bronce, que cualquier otra serie completamente campaniforme que hallamos estudiado.

Las razones de la diferencia entre las series escocesas e inglesas, no son difíciles de descubrir. El elemento Borreby es menos prominente en Escocia, y lo mismo se aplica al tipo Cordado. En efecto, tres de cuatro cráneos masculinos dolicocéfalos, de los nichos cortos parecen ser de un tipo megalítico, mientras que solo uno tiene la característica forma bovedal del pueblo del Hacha de Guerra. Los dolicocéfalos son menos frecuentes aquí en Inglaterra, y el original tipo braquicéfalo del Mediterráneo oriental, es mayoritario. Lógicamente uno podría esperar que el pueblo de las Vasijas de Alimento perteneciera a esta variedad racial.

Sin embargo, es imposible determinar con certeza, el tipo físico del pueblo de las Vasijas en Escocia, porque solo cuatro esqueletos completos han sido asociados a esta forma de cerámica. Tres, en todo caso, que son hombres, son todos braquicéfalos y de estatura mediana, y pertenecen en la totalidad de sus rasgos, al la pequeña variedad campaniforme69, al igual que la única mujer. Dos otros individuos, representados solo por sus huesos largos, eran respectivamente de 1.66 y 1.73 mts, excepto que no eran distintos al pueblo campaniforme, que ocupaba el mismo tipo de nicho.

Hay, también, un mejor modo de descubrir las afinidades físicas del pueblo de las Vasijas, y es mediante el estudio de los restos irlandeses de la Edad del Bronce. Hasta donde sabemos, en base a la evidencia material, el pueblo de los Vasos Campaniformes nunca llegaron a Irlanda, en absoluto. Los casi desconocidos 30 esqueletos de la Edad del Bronce, extraídos de los nichos cortos, fueron asociados con los de las Vasijas, en la mayoría de los casos, o por lo menos cuando se ha sabido de cerámica.

Las series en su conjunto70 (ver apéndice I, col. 26) son de huesos largos y esbeltos. Los cráneos, casi exclusivamente braquicéfalos, son a menudo de paredes delgadas. El relieve óseo es raramente tan prominente como en los especímenes británicos. Métricamente, los cráneos irlandeses son más angostos de cabeza y rostro que los escoceses, y son casi idénticos al grupo de Adlersburg, en Alemania, y bastante cercanos a las series de Chipre. La diferencia más notable del grupo británico, que confirma su similitud con los cráneos de Chipre, en su angosto ancho facial. De este modo y otros más, los cráneos escoceses son intermedios entre los ingleses y los irlandeses.

El pueblo de la Edad del Bronce irlandés, que fue sepultado en asociación a las Vasijas de Alimento, eran por lo tanto, miembros del tipo racial que estaba originalmente vinculado con el complejo campaniforme, sin los elementos asociados de Borreby y cordados. Childe encuentra posibles prototipos de los de las Vasijasm en Alemania y España. "Sin duda, en cualquier caso, hubieron movimientos desde el norte de España y los confines occidentales de los Pirineos, durante la Edad del Bronce, que trajeron las alabardas a Irlanda, y por lo tanto a Escocia, junto a otras innovaciones culturales. Estos movimientos fueron bastante posteriores, pero aún así, con toda probabilidad, fue la expansión del pueblo de las Vasijas de Alimento, que a menudo incineraban".

Es necesario escoger entre las dos rutas de invasión para la gente de las Vasijas, porque obviamente ellos no eran autóctonos. La primera, desde Alemania y Holanda, sería bastante separada de las invasiones de los Vasos Campaniformes, pero aún así, traería el tipo físico campaniforme más básico. La segunda, desde España, donde los pueblos campaniformes eran uno más de un número de grupo braquicéfalos relacionados entre si. Este último parece el más probable, racialmente hablando. Aún más, en las vasijas de alimentos escocesas a menudo hay impresiones cordadas, mientras que en las irlandesas, no. Por lo tanto, la dirección fue probablemente desde Irlanda a Escocia, y no viceversa71.

Notas:

64 Morant, G. M., Biometrika, vol. 18, 1926, pp. 56-98.
65 Obtenido por la aplicación de la fórmula de Pearson a 27 fémures masculinos adultos listados por Thurman. Thurman, J., MASL, vol. 1, 1865, pp. 120-168, 459-519; vol. 3, 1867, pp. 47-80.
66 Childe, V. G , La Prehistoria de Escocia, pp. 81-95.
67 Morant, G. M., and Reid, R. W., Biometrika, vols. 3-4, 1928. En posteriores publicaciones, en su mayoría en las series PSAS, aumentarían este número a por lo menos doce, pero de ningún modo alteraría las conclusiones.
68 Callander, J. G., PSAS, vol. 58, 1924, pp. 23-27. Callander. J. G., and Low, A., PSAS, vol. 64, 1930, pp. 191-199. Craw, J. H., and Low, A., PSAS, vol. 67, 1933, pp. 308-311. Edwards, A. J. H., PSAS, vol. 65, 1931, p. 421. Edwards, A. J. H., and Low, A., PSAS, vol. 66, 1932, pp. 418-426; vol. 67, 1933, pp.164-176. Gordon, J. T., and Waterston, D., PSAS, vol. 67, 1933, pp. 354-361. Low, A., PSAS, vol. 67, 1933, pp. 176-186. Ritchie, J., and Dow, D. R., PSAS, vol. 69, 1935, pp. 401-415.
69 Dow, D. R., PSAS, vol. 69, 1935, pp. 401-415.Low, A., PSAS, vol. 64, 1930, pp. 191-195; vol. 65, 1931, pp. 418-426. PAAS, 1904-06, pp. 133-142.Waterston, D., PSAS, vol. 67, 1933, pp. 354-361.
70 Un grupo compuesto de las siguientes fuentes: Haddon, A. C., PRIA, vols. 3-4, 1896-98, pp. 570-585.Martin, C. P., JSAI, vol. 62, 1932, p. 55; vol. 64, 1934, pp. 87-89. Martin, C. P., Price, L., and Mitchell, G. F., PRIA, vol. 63, 1936, sec. C, #7. Movius, H. L., PRIA, vol. 61, 1934, pp. 258-284; JSAI, vol. 59, 1929, pp. 99-115; vol. 64, 1934, pp. 73-85; vol. 65, 1935, pp. 213-222. Shea, S., JGAS, vol. 12, 1925, pp. 13-22. Ver también: Martin, C. P., El Hombre Prehistórico en Irlanda. Morant, G. M., JRAI, vol. 66, 1936, pp. 43-55.
71 Childe, La Prehistoria de Escocia, pp. 89-95.