Sumario y conclusiones
(Capítulo V, sección 13)

Sumario y conclusiones

La Edad de Bronce cubrió, en la mayoría de Europa, el breve lapso de unos seis siglos, comparados con una extensión tres veces tan larga como en Egipto y Mesopotamia. Durante estos seis siglos, sin embargo, importantes cambios raciales tomaron lugar en muchas partes del mundo europeo, mientras que en dos valles de donde la civilización europea emanó, la población permaneció constante. Las partes de Europa más afectadas por los movimientos de pueblos de la Edad del Bronce, fueron el norte y el oeste; y por lo tanto esta actividades pudieron ser interpretadas como la fase tardía de los desplazamientos iniciados por el retroceso de los últimos glaciares, y continuaron por el descubrimiento de los principios de la producción de alimentos. Para finales de la Edad del Bronce, los centros de civilización habían comenzado su movimiento hacia el norte y el oeste, hacia Grecia e Italia, movimientos que iban posteriormente a empujar mucho más en esa misma dirección. No es, probablemente, coincidencia que, desde los inicios del Neolítico, la gente del este y el sur haya emigrado hacia el norte y el oeste, a la cabeza de esta progresión.

Entre los problemas que quedaron del Neolítico, los cuales la evidencia de la Edad del Bronce ha ayudado a clarificar, es aquel del inmediato origen de los Danubianos. En el Neolítico, los pueblos similares a los Danubianos, cultivaron el rico suelo del sur de Rusia y el Turkestán occidental. Sabemos ahora que deben haber formado un enorme bloque de agricultores ocupando Asia menor también, y probablemente el Cáucaso. De este modo ellos pudieron haber entrado en el valle del Danubio, o desde Rusia meridional o Anatolia, o desde ambos; y su antigua derivación desde las tierras altas agrícolas queda establecida.

Un segundo problema, que emerge solo durante la Edad del Bronce, es el origen de un nuevo tipo racial que aparece, un poco antes del 2.000 A.C., aparentemente desde la nada, en Asia menor, Palestina y Chipre. Este nuevo tipo era alto, braquicéfalo y frecuentemente planoccipital; si nariz prominente y angosta, su rostro triangular y de un largo moderado. En sus características morfológicas asociadas, se anticipa a la aparición de la raza Dinárica.

Los braquicéfalos de este tipo, siguieron la antigua ruta marítima Megalítica a Italia, las islas italianas, y España. En España algunos de ellos parecen haberse asociado con los fenómenos culturales conocidos como el complejo de los Vasos Campaniformes. Como el pueblo Campaniforme, estos recién llegados viajaron desde España hasta Renania y Europa central, donde ellos fueron los primeros en diseminar el metal. Habiendo aparecido en Renania, en grandes números, se mezclaron con el antiguo substrato Borreby que había permanecido allí desde el Mesolítico, y con el pueblo de la Cerámica Cordada que provenía del este. Esta triple combinación se movió masivamente por el Rin y a través del mar del Norte, hasta Gran Bretaña. De este modo, durante inicios de la Edad del Bronce, Inglaterra y Escocia fueron invadidas por un pueblo de tipos enteramente nuevos, que llegaron en números suficientes como para cambiar la población de aquellos países de un modo radical. Al mismo tiempo, otros movimientos de estos braquicéfalos desde el Mediterráneo oriental, pasó a través del mar, desde España a Irlanda, y desde Irlanda a Escocia.

La aparición de estos antiguos Dináricos en el escenario asiático y europeo, marca el advenimiento de un tercer tipo racial braquicéfalo importante, que hemos encontrado en nuestra investigación de la prehistoria post-glacial de la Raza Blanca. A diferencia de los tipos Borreby y Alpinos, no se puede explicar fácil y plausiblemente como un simple sobreviviente Paleolítico. Facialmente hablando es básicamente Mediterráneo; parece ser un tipo mediterráneo braquicefalizado por alguna entidad no-mediterránea104.

Estos Dináricos no provienen de Asia central, ni de Mesopotamia ni Egipto. Facialmente, se asemejan a los residentes dolicocéfalos de Asia menor y las tierras litorales del Mediterráneo oriental, del período durante el cual ellos aparecieron por vez primera, en que ambos tienen en común una nariz de puente y raíz alta, órbitas altas, y una frente ascendente. Hasta que no haya mayor evidencia, lo más seguro es sostener que los Dináricos portadores de cultura de la Edad del Bronce, se desarrollaron en las tierras altas de Siria, donde un tipo similar de braquicéfalos está ahora presente; que tratar de hacerlos provenir desde otra distancia.

Otro suceso de movimiento racial, de la Edad del Bronce, fue la gradual desaparición a través de la amalgamación, del pueblo de la Cerámica Cordada y de los Danubianos, y el surgimiento de una forma dolicocéfala intermedia. Este último, que habitó la inmensa franja de territorio entre Alemania y Austria, hasta las montañas Altai, ocuparon una posición intermedia en el registro total de las grandes variaciones raciales Mediterráneas.

En Austria y Bohemia, la alta bóveda y rostro angosto de las ramas Cordada y Danubiana, persistieron, pero desde Rusia meridional hasta el Altai, las bóvedas eran más bajas y los rostros más anchos. Las dos variantes aparecieron entonces, una occidental y una oriental. Hay evidencia que el grupo oriental, por lo menos, era en parte, sino predominantemente, rubio. Ambas divisiones, oriental y occidental, pueden con cierta certeza, ser comparadas a los pueblos Nórdicos que aparecerían históricamente, durante la Edad del Hierro.

A finales del Edad del Bronce, por un período de dos o tres siglos, la sombra de la cremación cae sobre la historia racial de Europa. Cuando el humo se levanta durante inicios de la Edad del Hierro, veremos qué cambios han ocurrido durante ese período de oscuridad.

Notas:

104 El principio de Dinarización será explicado en el Capítulo VIII, sección 6, y el Capítulo XII, secciones 11, 12 y 17. Ver también leyenda, Hoja 35.