Islandia
(Capítulo IX, Sección 5)

Islandia

Islandia46 fue descubierta por primera vez por los Irlandeses, pero cuándo este hecho tuvo lugar, no lo sabemos. Nuestras primeras fuentes confiables sobre sus viajes a Islandia es el libro del monje Irlandés Dicuil, escrito en el 825 D.C. En esa época, y presumiblemente algunos años antes, los únicos ocupantes de la isla deben haber sido hermitaños Irlandeses, que encontraron su ártico retiro un excelente asilo para los males del mundo. Fue probablemente de los Irlandeses que los Normandos obtuvieron su conocimiento sobre esta isla, antes que se motivaran a ir y vivir allí.

Hacia finales del siglo IX el rey Harald Fairhair unificó Noruega bajo su férula, y entonces trató de extender su autoridad sobre los Normandos que vivían en las Orkneys y otras regiones adyacentes. Como resultado de sus actividades, los nobles que se rehusaron a someterse, navegaron en expediciones Vikingas y la población Normanda en las islas Británicas se incrementó. Islandia, sin embargo, siendo un país que estaba prácticamente deshabitado, ofrecía un refugio expedito para estos descontentos políticos, que componían, como se recalcó, la más alta nobleza de Noruega.

En 870 D.C., Ingolf Arnasson colonizó por primera vez Islandia, y un período de intensa colonización llegó, el cual duró desde el 874 hasta el 930 D.C. Los grandes nobles, incluyendo reyes, caballeros y nobles de rango menor, trajeron con ellos sus hogares enteros, que consistían de esposas, concubinas, amas de llave y esclavos. Cuatrocientos de estos líderes son mencionados en el Landnamabok, el único documento que describe en detalle la colonización de Islandia y la partición de su tierra. Varias estimaciones reconocen la población para el año 950 D.C. entre las cifras de 20.000 a 50.000. La cifra menor es probablemente más cercana a la correcta que la más alta. De cualquier forma, las probabilidades son que los siervos y otras personas no distinguidas componían la mayoría, y que a pesar que la proporción de los nobles era alta, no era lo suficiente como para predominar en el sentido numérico.

El Landnamabok nombra los orígenes de 1.003 de estos inmigrantes. De ellos, 846 llegaron desde Noruega, 30 de Suecia, 1 de las Faroes y 126 de las islas Británicas. De estos provenientes directamente de Noruega, los lugares de origen de 461 son conocidos, de la siguiente manera: Nordland, 51; Trøndelag and Møre, 95; Sogn og Fjordane, 128; Hordaland, 77; Rogaland 10 (3 de Jaeren); Agder, Telemark, Vestfold, 67; valles orientales, 33. De 113 lugares conocidos en las islas Británicas, la lista es: Irlanda, 52, Escocia, 31, Hébridas, 26, y las Orkneys, 4. De esta manera, los Normandos que llegaron de Noruega provienen mayoritariamente de las regiones costeras, y especialmente de Hordaland, Sogn og Fjordane y puntos más al norte. Pocos provienen de la región del valle oriental y muchos menos del núcleo braquicéfalo de Rogaland. Aquellos de las islas Británicas eran presumiblemente Normandos que no habían ocupado sus nuevos hogares lo suficiente como para perder su identidad Noruega.

Los Vikingos que llegaron de las islas Británicas trajeron con ellos a esclavos y concubinas Céltico-parlantes, quienes formaron una considerable comunidad y que son frecuentemente mencionados en las sagas. Algunos de los líderes tenían indudablemente madres Irlandesas. Sin embargo, la proporción exacta de esta gente con respecto a la población total es materia de controversia. Hannesson, quien midió a los modernos Islandeses, estima que los Irlandeses y otros elementos Célticos deben haber formado un 13 % del total. De cualquier manera, debido a que en el siglo X ningún nuevo inmigrante - en ninguna cantidad - entró en Islandia, obviamente los Islandeses modernos son descendientes directos e no asimilados de los colonos Vikingos y de sus siervos.

En un total de 33 de los poemas más largos47, los bardos que compusieron las sagas, dieron descripciones físicas de 67 antiguas personas Islandesas, todas importantes y sacadas mayoritariamente de la clase nobiliaria. De estos, 54 fueron descritos como grandes o altos, y solo 3 de estatura mediana. Con respecto a la cantidad de pelo, 8 de 9 hombres se dijo que poseían cabellos largos, y uno, gruesos. Seis de siete hombres tenían cabellos crespos, y uno, lisos. Los siguientes colores de pelo fueron observados para 19 hombres: gris 2, blanco 1, rubio dorado 2, rubio 3, rojo 3, castaño claro 1, castaño 4, negro 3. Una mujer tenía cabello negro. De tres colores de barbas mencionados, dos eran rojas y una gris. Un hombre tenía ojos azules, y dos mujeres, negros. A pesar que estas observaciones no forman una serie estadísticamente válida o una muestra al azar, aún así pueden ser catalogadas como amplia prueba que los ancestros de los Islandeses eran de pigmentación variable. Debido a que las personas descritas eran todas de alto rango, las posibilidades son que la mayoría fueran Noruegos puros, y que el mapa de pigmentación de Noruega occidental no fuera muy diferente unos mil años atrás, de lo que es hoy día.

Los Islandese modernos, con un promedio de estatura de 1.736 mts. son más altos que la mayoría de los grupos Noruegos, y se acercan bastante al grueso general de las poblaciones de Valle y Trøndelagen. En proporciones corporales, también parecen ser moderadamente macizos y fuertemente musculosos, y de cuerpos anchos y relativamente largos. En estos caracteres somáticos generales ellos revelan el hecho que sus ancestros provenían más de la costa que del interior de Noruega.

Sus cráneos, siendo muy alargados, con un promedio de 197.3 mm. y más bien anchos (154.1 mm.), solo pueden ser asemejados en talla en Valle y en Irlanda. Una altura craneal de 126 mm. encaja bastante en el cuadro general del oeste de Noruega, como lo hace el índice cefálico de 78.1.

Los Islandeses, con una altura nasión-mentón de 130.1 mm. son de rostros muy alargados, pero su exceso sobre los Noruegos en este carácter es en parte asunto de técnica48. Realmente no son más alargados en este aspecto que la gente de Valle. Los anchos faciales, los mínimos frontales, bizigomáticos y bigoniales (106.5, 140.6, y 108.5 mm.) son todos más anchos que las dimensiones correspondientes a Noruega en su conjunto, pero son comparables a aquellas halladas en las provincias desde donde los ancestros Islandeses provenían. El exceso de ancho maxilar sobre el de la frente podría indicar una adaptación resultante de las rigurosas condiciones alimenticias49, como la Sra. Schreiner también lo observó en el norte de Noruega50. Las narices son muy elevadas (58.8 mm.) y de ancho moderado, con un índice nasal de (60.2) en el extremo inferior de la leptorrinia. La mitad de los perfiles nasales son rectos, un tercio cóncavo; el restante 17 % es mayoritariamente ondulado, con unos pocos convexos. En su totalidad, se encuentra menor convexidad aquí que en la mayoría de los distritos de Noruega e Irlanda.

Hannesson, a pesar que usó la carta de Fischer, divide sus categorías de color de cabellos de tal manera, que uno no puede distinguir el rubio ceniza del rubio dorado. Otra evidencia, sin embargo, claramente indica que de los dos, el último es el mayoritario. De cabello rubio puro (Fischer #12-24) él encuentra un 8 % contra un 13.1 % para Noruega51, y un 5.5 % para Sogn og Fjordane, la provincia de la cual el mayor número de colonos Islandeses provino. En su clase de castaño claro (Fischer #7-11, 25-26), que incluye lo que otras autoridades generalmente denominan rubio ceniza, él ubica un 52 % de sus series, comparado con el 64.8 % de Noruega y el 59.8 % para Sogn og Fjordane.

Por lo tanto, a pesar que los Islandeses aún son predominantemente de cabellos claros, ellos son más oscuros que cualquier población puramente Noruega, en este país. En Noruega, el cabello negro está en todos lados, excepto entre los Lapones, en una muy pequeña minoría; en Islandia se eleva a la cifra de un 9 %, mientras que el cabello rojo cuenta con más del 3 %. La preseîcia de estos dos colores en tales cantidades es una excelente indicación de la persistencia de una fuerte rama Irlandesa.

Esta indicación es reforzada por un estudio del color de ojos de los Islandeses. El radio de ojos mixtos claros y muy claros (Martin #13-16) se eleva a un 76 %, tan alto como los rangos de Trøndelagen. Pero en Trøndelagen la mayoría son de ojos mixtos claros (Martin #13-14), mientras que en Islandia, así como en Irlanda52, más de la mitad de todos los ojos son azul puro.

En conjunto, los Islandeses representan una población racial que está más estrechamente relacionada a los habitantes medievales de la costa occidental Noruega, desde Hordaland a Trøndelagen; ellos encajan tipológicamente en un punto intermedio entre los dos extremos de la categoría Trønder. Ellos ostentan ciertos desarrollos propios, particularmente en su excesivo ancho facial, y lo que parece ser una modificación Ártica del palatal y maxilar. En algunos aspectos muestran perceptibles afinidades Irlandesas; como en la retención de una excesiva talla craneal, y en la disarmonía entre ojos muy claros y cabellos de un rubio intermedio. En estas series, incluso más que en el material Noruego viviente, la semejanza a los tipos faciales y craneales del Paleolítico superior es menifiesta53.

Notas:

46 El grueso de esta sección se deriva de Hannesson The bulk of this section is derived from Hannesson, G., Körpermasse und Körperproportionen der Isländer, and from Seltzer, C. C., The Physical Anthropology of the Mediaeval Icelanders, no publicadas, en el Museo Peabody. Autorizado por el autor.
47 Heinzel, R., SAWV, vol. 97, 1881, p. 107.
48 En el material recopilado utilizado en la Somatología del nasión está aparentemente localizado más debajo de lo que corresponde con las técnicas de Hannesson o la Sra. Schreiner. Una serie de Islandeses medidos por Ribbing incluye un promedio de altura facial de 122 mm; cf. Ribbing, L., LUA, N. F. Afd. 2, vol. 8, #6, 1912, pp. 1-8.
49 Hooton, E. A., AJPA, loc. cit.
50 Schreiner, A., Die Nord-Norweger.
51 Recalculado from Bryn and Schreiner.
52 See Capítulo X, sección 2.
53 Seltzer, C. C., op. cit. Seltzer ncuentra un tipo similar al Crô-Magnon en las series craneales medievales de Haffiarderey, recopiladas para el Museo Peabody por Vilhjalmur Stefansson. Sus opiniones con respecto a esta semejanza son substanciadas por las comparaciones métricas y morfológicas.