Los pueblos de la Cerámica Cordada o del Hacha de Guerra
(Capítulo IV, sección 9)

Los pueblos de la Cerámica Cordada o del Hacha de Guerra

La última parte del período Neolítico en la mayoría del norte de Europa central, es marcado por la aparición de un enigmático grupo de pueblos, que decoraban su cerámica, mientras estaba húmeda, con impresiones de cuerdas. Y que también colocaban en sus sepulcros, hachas de guerra de piedra perforada, sospechosamente similares a las de la cultura Fatjenovo en Rusia meridional, y otras del Cáucaso. Estas hachas, nuevamente, tenían réplicas de cobre en Sumeria. Los límites del país arrollado por los Pueblos de la Cerámica Cordada, son los Vosgos al oeste, los Urales al este, el Báltico al norte, y los Alpes Dináricos al sur49. A pesar que estos invasores eran en parte agricultores, sus tumbas contenían más armas que azadones, y en unos pocos casos, huesos de caballos, probablemente de la variedad doméstica.

Su rol en el retrato económico y político de los restos neolíticos en Europa, permanece aún en duda. A pesar que estaban equipados para la guerra, no peleaban por el gusto de la guerra en sí. La localización de sus sitios sepulcrales cerca de las fuentes de riqueza natural, como el ámbar, sal, y más tarde zinc; muestra que ellos estaban interesados en comodidades fácilmente negociables de pequeño tamaño pero alto valor. Pudieron haber sido bandidos neolíticos extorsionando su botín de los trabajadores, o señores entre campesinos, o meramente caminantes industriosos y bien armados. Cualquiera que fuera su intención, fueran pacífica o al contrario, ellos estaban destinados a influenciar las culturas posteriores de Europa en un grado considerable.

El conjunto más típico de cráneos de la Cerámica Cordada, proviene de Silesia y Bohemia, donde una serie de 29 varones pudieron ser reunidos50. Este pertenece a un tipo físico muy distintivo y definitivo. El largo de la bóveda es grande, bien sobre los 190 mm. en la mayoría de los casos; su ancho es ligero, dando el bajo índice craneal promedio de 71; y la altura es grande, considerablemente excediendo el ancho. Combinado con esta exageradamente larga , angosta y alta forma de bóveda, usualmente se encuentra una frente alta y relativamente ascendente; arcos superciliares fuertes, y marcas musculares que son usuales con los tipos mediterráneos (familiares a nosotros) en Egipto, España y el Danubio; mientras que la forma facial incluye zigomatía comprimida, órbitas bajas y nariz leptorrina. Las alturas faciales eran probablemente grandes, y la mandíbula es baja y fuertemente marcada, a pesar de ser normalmente angosta. Desafortunadamente, en esta serie, estas descripciones faciales son mucho menos certeras que aquellas de la bóveda, porque pocos de los cráneos retienen sus segmentos faciales. Los huesos grandes son más pesados y más macizos que aquellos de las variedades mediterráneas más pequeñas, pero la estatura, que va desde los 157 cm. a los 170 cm. en 10 ejemplares masculinos, alcanzan el impresionante promedio de 164 cm. En otras series de la Cerámica Cordada, como veremos más tarde, es casi siempre alto.

Los cráneos de la Cerámica Cordada son más grandes que cualquiera de Egipto, y son métricamente muy similares a los cráneos de Elmenteita, en Africa oriental, los dos grupos podrían ser combinados sin perder su homogeneidad. En Mesopotamia, podrían ser favorablemente comparados con los 3 cráneos dinásticos desde Ur, a pesar que son de bóvedas más altas que otros, de los grupos más antiguos.

Ha habido mucha discusión sobre el origen de los pueblos de la Cerámica Cordada, y muchas áreas de nacimiento han sido propuestas. Childe, a pesar que muchas objeciones que él opone, prefiere originarlos en el sur de Rusia, donde los elementos culturales típicos de los pueblos de la Cerámica Cordada, se encuentran mezclados con otros factores. La denominada hacha-bote, la típica forma de hacha que ellos usaban, tiene símiles por todo el Cáucaso y más allá. Y el caballo, cuyo uso en la forma doméstica no está completamente confirmado, a partir de los ejemplos sepulcrales que se pueden concebir como caballos salvajes, fue domado inicialmente en Asia o Rusia meridional.

También en base a la evidencia física, es posible que los pueblos de la Cerámica Cordada, provinieran de algún lugar al norte o este del mar Negro. Los cráneos completamente neolíticos de la Rusia meridional, que ya hemos estudiado, incluyen tal tipo, también visto en medio del conjunto Kurgan de Sergi. Hasta que aparezca mejor evidencia desde algún otro lado, estamos obligados a considerar a la Rusia meridional, como la más posible estación de camino, desde donde los pueblos de la Cerámica Cordada se movieron rumbo al Oeste.

Hay un punto de cautela que debe ser hecho aqui, y es que: hasta el momento no hay razón justificable para asumir que los pueblos del Hacha de Guerra eran Nórdicos. Su tipo craneal, como lo sabemos, se aproxima a una o más formas que conocemos, en tiempos posteriores, que han sido asociadas con la rubicundez; pero también se asocia a aquellos de la meseta iraní y la de Ur, que probablemente eran morenos. Dejemos que nuestro juicio se refrene entonces, sobre las partes blandas y pigmentación, y miremos estos restos a la luz más científica, pero menos vívida, del tipo esquelético.

Este tipo esquelético de la Cerámica Cordada es familiar también en Polonia, donde es encontrado en los pseulcros de su cultura asociada; pero aquel país contiene también al tipo más usual Danubiano, asociado con la economía agrícola neolítica, y un cierto número de braquicéfalos y otros cráneos, que tienen afiliaciones norteñas, y que por lo tanto, serán tratadas más tarde51.

En Alemania meridional y occidental, restos de los pueblos de la Cerámica Coradada son nuevamente encontrados, y en comparativa abundancia. Florecieron especialmente en Sajonia y Turingia, y aparentemente eran más estables aquí que más al este. De 10 cráneos que pertenecen a la cultura de la Cerámica Cordada Saxo-turingia52, 4 de los 7 que pueden ser medidos, son mesocéfalos, y solo 3 son dolicocéfalos. En el grupo oriental de la Cerámica Cordada, el más alto índice fue 75. Los 3 dolicocéfalos parecen haber pertenecido al tipo usual.

Las estaturas de dos de ellos eran, en ambos, de 168 cm. El resto de los cráneos, hasta donde se puede decir, son ejemplares mediterráneos normales, los cuales pudieron haber tenido un ancestro Danubiano o Norafricano, o ambos. Los pueblos de la Cerámica Cordada, en el oeste y sur de Alemania se habían establecido y mezclado con los granjeros neolíticos.

Antes que dejemos esta sección, déjemme moverme aún más al oeste, hasta Baden, al antiguo cementerio neolítico de Altenburg53. Aquí, en el centro de una de las regiones más braquicefálicas de la Europa actual, estaban enterrados cuatro esqueletos masculinos, los cráneos de los cuales iban desde 65 a 71 en índices craneales; y dos cráneos femeninos de 77. Los huesos mayores eran pequeños, las estaturas cortas; los cráneos son delicados en apariencia y puramente mediterráneos, pero remarcables por la forma angosta de la bóveda en los hombres. 6 otros cráneos masculinos neolíticos, de Wörms, son similares54. Esta evidencia, aunque no completa, por lo menos revela que los pueblos de la Cerámica Cordada, en el sur y sudoeste de Alemania, fueron precedidos por una población agrícola de la variedad mediterránea más pequeña, sobre la cual ellos se impusieron.

Notas:

49 Childe, V. G., The Danube in Prehistory, pp. 145-160.
50 Reche, O., AFA, vol. 35, 1908, pp. 232-237. Stocký, A., AnthPr, vol. 7, 1929, pp. 65-78.
51 Lencewicz, Stanislaw, Swiatowit, vol. 10, 1912, pp. 53-64. Rosinski, B., WArc, vol. 9, 1924-25, pp. 29-50; ACIA, 2me Session, Prague, 1929, pp. 164-174. Westlawawa, Eleanora, PAn, vol. 9, 1935, pp. 80-84, French résumé, pp. 142-143.
52 Götze, W., JVST, vol. 24, 1936, pp. 91-100. Heberer, G., JVST, vol. 24, 1936, pp. 82-90. Strauch, K., MannusZ., vol. 7, 1915, pp. 249-262.
53 Mühlmann, Wm. E., ZFMA, vol. 28, 1939, pp. 244-255.
54 Virchow, R., ZFE, vol. 29, 1897, p. 464.