Neolítico Norafricano
(Capítulo IV, sección 5)

Neolítico Norafricano

En vista de la importancia de Noráfrica como uno de los dos corredores principales de difusión neolítica en Europa, es extremadamente desilusionante, que muy pocos restos humanos de este período cultural hayan sido encontrados. Un puñado de cráneos de Redeyef y Tebessa, cerca de la frontera entre Argelia y Túnez, son seguramente los únicos sitios neolíticos que han sido descritos. 25

Estos son todos de baja estatura, de constitución delgada, de cabezas pequeñas, y de la variedad mediterránea dólico y mesocéfala, ya vista en Muge; más pequeños, en su conjunto, que la mayoría de los antiguos egipcios, y de cráneos más cortos que los de los pequeños Badarianos. No pueden ser derivados directamente del Egipto propiamente tal, ni de ninguna población conocida del Delta, si es que los pocos esqueletos Merimdianos ya mencionados, pueden ser considerados típicos de esta región. Este pequeño y geográficamente limitado grupo, es una forma local de los mediterráneos, de la misma variedad que, presumiblemente en épocas anteriores, habían cruzado los estrechos, hacia la península Ibérica.

Otros restos, encontrados en cavernas de Argelia oriental,26 son similarmente pequeños en tamaño corporal absoluto, teniendo un promedio de estatura de aproximadamente 160 centímetros, pero se asemejan más al tipo de Téviec que al de Muge. Podrían ser supervivientes atenuados de Afalou, pero no pueden se ciertamente adscritos al Neolítico. Muchos, si no todos, podrían ser Mesolíticos en fechación.26

El complejo cultural megalítico, surgido del Mediterráneo, vía marítima, en el Neolítico tardío, y expandiéndose hacia el norte a través de Gilbraltar, hasta las islas Británicas, Francia y Escandinavia, alcanzó el litoral norafricano. Pero, en este teatro menor de actividades megalíticas, los monumentos de piedra, que no aparecen al este de Túnez, pueden haber sido primeramente erectos en tiempos post-neolíticos, desde que la mayorúa de ellos contienen objetos de bronce, o incluso de hierro. En efecto, fueron ocasionalmente usados como bóvedas sepulcrales en tiempos romanos, y casi hasta el arribo de los musulmanes. Bajo estas circunstancias, no podemos esperar encontrar una raza puramente megalítica en los dólmenes tunecinos y argelinos,28 y hasta cierto nivel el material aún está a la expectativa. A través de los índices craneales, en unos 30 especímenes, que van desde 67 a 84, la mayoría de los cráneos son dolicocéfalos, y algunos de ellos son extremadamente alargados; mientras que la mayoría son leptorrinos, a diferencia de los cráneos mediterráneos ordinarios del Neolítico, más anchos de narices. Es más, la estatura de los pueblos de los dólmenes, es alta, con un promedio para los hombres, cercano a unos 168 centímetros.29 A menos que estos sean los esqueletos de Hamitas o Arabes, podemos inferir que los constructores de megalitos no eran los mediterráneos de baja estatura, propios de la tradición Mesolítica, sino un nuevo elemento étnico que deberemos poder estudiar más detenidamente, cuando los encontremos en más grandes números más al norte.

Notas:

25 Bertholon and Chantre, Récherches anthropologiques dans la Berbérie Orientale, pp. 237-242.
26 Ibid., pp. 240-242.
27 Boule, M., Verneau, R., Vallois, H., AIPH, Mem. 13, p. 190.
28 Hay muy pocos en Marruecos, y nada se conoce de sus contenidos esqueléticos.
29 Bertholon and Chantre, op. cit., pp. 243-249.