Los hombres civilizados de Egipto
(Capítulo IV, sección 4)

Los hombres civilizados de Egipto

Ciertamente, el área que mayor satisfacción da en el mundo entero, al estudio racial de un pueblo de la antigüedad, es el valle del Nilo. Más de 4.000 esqueletos egipcios, que cubren un período de unos 7.000 años, han recibido atención antropométrica. Una serie egipcia, que consiste de 900 hombres, es el grupo más extenso de cráneos de un solo sexo y de un mismo lugar, alguna vez reunido. Es posible, por lo tanto, estudiar la variabilidad y el cambio en este aislado valle, con una delicada precisión; porque en un distrito, la región del alto Egipto cerca de Abidos y Tebas, el material craneal es más abundante que el de cualquier época en cualquier otra región del mismo tamaño en el mundo.11

Es más, desde comienzos de la época dinástica hasta el arribo del Islam, los pintores y escultores egipcios grabaron fielmemente, a menudo en colores, la apariencia física de sus connacionales vivientes, así como numerosos y distintos grupos foráneos. Al mismo tiempo, el clima del valle del Nilo, y la habilidad de los embalsamadores, han conservado intactos el cabello, la piel y los músculos desecados, de momias naturales y artificiales, desde el período pre-dinástico hacia adelante. Con esta abundancia de evidencia, deberíamos estar más que familiarizados con las características raciales de los antiguos egipcios, así como con la gente de nuestros días.

Geográficmente, Egipto no es una unidad. En primer lugar, el Delta, que asemeja las condiciones climáticas de la antigua Sumeria, es una pantanosa serie de vías fluviales, contigua al litoral de Palestina y Libia, y fácilmente accesible desde ambas direcciones, así como desde el mar. Esto, y también en un menor grado el bajo Egipto, forman una fácil ruta de acceso desde Asia hasta el norte de Africa, sin tocar a la mayoría del propio Egipto. Por lo tanto, es posible que incluso en tiempos dinásticos, los movimientos de importancia racial pasaran desde Asia occidental a Noráfrica, por la ruta litoral, sin afectar de manera notable a la población de Egipto. El alto Egipto, por otro lado, es un estrecho valle rodeado de acantilados por ambos lados. Más allá de estos acantilados, se extienden mesetas, que durante los períodos pluviales están bien regados y cubiertos con pastizales y fauna. Solo había una entrada a Egipto desde el sur, el Nilo; y durante el período dinástico, los reyes egipcios mantuvieron guarniciones en sus confines meridionales, para prevenir migraciones desde aquella región.

El cinturón pluvial ciclónico que se movía hacia el norte, desde los desiertos Arábigo y del Sahara, en los reajustes climáticos generales post-glaciales, también tomaron una dirección hacia el oeste.12 Por esta razón, un clima favorable para cazadores y recolectores persistió por más largo tiempo en Egipto que en Mesopotamia. Al mismo tiempo, este movimiento puede haber tenido mucho que ver con la migración de pueblos que cruzaron Noráfrica, de este a oeste, manteniéndose adelante de las zonas de seria desecación. Marruecos fue la última parte de Noráfrica en desecarse, y en partes de ese país, aún sobreviven bosques de cedros y altas tierras de pastizales.

La secuencia arqueológica en Egipto, que ha sido muy bien desarrollada, comienza con el Paleolítico inferior, y continúa sin brechas hasta tiempos históricos. Durante períodos pluviales y post-pluviales arcaicos, sin embargo, el pantanoso y medianamente arbolado valle, no era el más favorable coto de caza, y los recolectores de alimento del Paleolítico y el Mesolítico, deambulaban preferentemente sobre los pastizales circundantes, haciendo solo ocasionales visitas a los bancos ribereños. A medida que la meseta se volvía crecientemente árida, muchos cazadores que no emigraron hacia el occidente, se mudaron al aún húmedo valle, tras la fauna de la que ellos vivían, hacia donde ésta debió converger. Una concentración de recolectores de alimento como esa, es hallada en la cultura Sebiliana del alto Egipto.13 Los restos esqueléticos de esta cultura, que aún no han sido exhibidos, se dice que anticipan el tipo físico de los tiempos pre-dinásticos, colocando al grácil tipo Mediterráneo en épocas pre-neolíticas.14

En otra parte del alto Egipto, los más antiguos de los agricultores esporádicos conocidos, que al mismo tiempo o más adelante comenzaron a explotar el medioambiente favorable del valle del Nilo, fueron los denominados Tasianos, así clasificados por el sitio de su cultura en Deir Tasa. En el apogeo de su ocupación, esta parte del valle del Nilo aún era pantanosa, con grandes árboles creciendo en los bordes del pantano. En vista de estas condiciones climáticas, se estima que esta cultura pudo haber sido introducida tan temprano como el 5.000 o incluso el 6.000 A.C.15

A pesar que el tipo físico de los Tasianos no ha sido aún completamente descrito, el informe preliminar de Brunton nos dice que los pocos cráneos que han sido encontrados son grandes, de paredes gruesas, y fuertes en marcas musculares, con prominentes arcos superciliares. La forma craneal, aunque prevalece el dolicocéfalo, incluye algunos braquicéfalos.16 Los rostros son anchos, las órbitas cuadradas, las mandíbulas inferiores bajas, anchas y cuadradas, con ángulos goniales crecientes y proyectantes, mentones partidos. Juzgando por los dibujos de un ejemplar, exhibido por Brunton, podemos deducir que eran ortognatos, y por lo menos en este caso, mesorrino. Parecen pertenecer a una categoría puramente blanca y podemos aventurar la suposición que ellos representarían una rama del Paleolítico superior del tipo Afalou o Natufiano temprano, formando parte de un vínculo entre Argelia y Palestina. Ellos no fueron, sin embargo, importantes en la última formación del pueblo egipcio, porque en tiempos posteriores parecen haber, cultural y racialmente, desaparecido.

Otra antigua civilización neolítica de Egipto, que no dejó claros vestigios en la cultura dinástica, fue el pueblo del Fayum y los Merimdianos del Delta, quienes, contemporáneos con los Tasianos, y siguiendo a los Sebilianos, cosecharon avena, trigo arcaico y otros cereales sobre las orillas del lago Fayum y en los estuarios del Delta. También criaban rebaños de ovinos y bovinos, y especialmente cerdos. Su tecnología sirve de puente entre la brecha del Mesolítico Cáspico y el Neolítico. Sus cerámicas, artefactos gruesos y negros decorados con incisiones, recuerdan los antiguos tipos cerámicos del occidente de la Europa neolítica y de Anatolia.

La importancia de estos pueblos es que probablemente representan al prototipo de los agricultores neolíticos que se mudaron en dirección occidente, a lo largo del litoral norafricano, hacia Marruecos y España, así esparciendo la economía neolítica, con cereales y cerdos, hasta los lagos suizos y el Rin.17 A pesar que pueden haber tenido poca importancia para Egipto, sí que tuvieron y mucha, para Europa. Su aparición en el Fayum y el Delta se fecha en alrededores del 5.000 A.C., y su desaparición cerca del 4.000 A.C. Mil años más tarde, ellos o pueblos como ellos, aparecieron en Europa occidental. Los cráneos de estas gentes, que consisten en su mayoría de mujeres y niños, son todos dolicocéfalos y Mediterráneos. No hay trazos de influencia negroide y los cráneos se dice que son más grandes que aquellos de los egipcios pre-dinásticos, descritos más adelante.18

Después de esta excursión, permítanme retornar al alto Egipto, a un número de sitios cercanos a aquella sección del valle en la cual los Tasianos habían previamente vivido. Del tipo de este sitio, Badari, provienen los más antiguos cráneos de un grupo definitivamente egipcio, que hayan sido descubiertos. Estos Badarianos vivieron alrededor del 4.000 A.C., después que el clima se hubiera vuelto considerablemente más seco que lo que era en tiempos Tasianos; tan seco, en efecto, que en muchos casos la piel y el cabello de sus muertos se ha conservado naturalmente. La piel aparentemente era blanco mate, mientras que el cabello era de color negro o castaño oscuro, abundante, de fina textura y usualmente de forma ondulada.

A pesar que los Badarianos, como los Tasianos y Merimdianos, aún cazaban y pescaban para reforzar sus grasas y variar su dieta, ellos vivían primariamente de la agricultura y del pastoreo de bovinos y ovinos. A diferencia de los Merimdianos, no criaban cerdos. Mediante el martilleo del cobre, estaban entrando en la transición del Neolítico a la Edad del Metal (Eneolítico). Ellos navegaban por el Nilo en barcos, cuyas formas son reveladas por los modelos cerámicos, pero no podemos estar seguros que ellos los manejaran. Estos Badarianos eran sin lugar a dudas unos recién llegados al alto Egipto, que desplazaron a los Tasianos y a lo mejor, a otros predecesores.

Es muy difícil identificar los sexos de los cráneos Badarianos, porque el tipo es uno delicado y femenino, mostrando muy poco desarrollo muscular.19 Por esta razón, varios investigadores que han medido los cráneos Badarianos, no han concordado ni en dos casos sobre su género, y los medios varían de acuerdo a eso, pero con la más extrema división, las cuotas de género son inusualmente pequeñas, incluso para algunas series egipcias.

La serie Badariana es la muestra craneal más antigua y más numerosa, que haya sido obtenida en ninguna parte del mundo. Es nuestra primera serie, unificada en espacio y lugar, la cual es los suficientemente amplia como para ser estudiada con métodos estadísticos exactos. Estos demuestran que la serie no es muy variable, sino que su variabilidad no es menor a la de cualquier población moderna. Por esto Morant concluye: "En los últimos 6.000 años, parece haber habido poco cambio en la variabilidad de las poblaciones raciales".20

El tipo Badariano representa a una pequeña rama del grupo racial mediterráneo. La cabeza es inusualmente alta en comparación con otras dimensiones, y el esqueleto facial es en la escala absoluta, inusualmente pequeño; la mandíbula es pequeña, angosta y ligera. Su diámetro bicondilar masculino neto es el más pequeño conocido, mientras que el diámetro bigonial de 91.6 milímetros, es también extremadamente bajo.

A pesar que el tipo Badariano está definitivamente relacionado con aquel del posterior pueblo pre-dinástico, se distingue de él de varias maneras. Los cráneos Badarianos son más prognatos que aquellos de sus sucesores, y tienen índices nasales más altos. El índice nasal es casi en la línea entre la mesorrinia y la camerrinia. En efecto, mientras el prognatismo y la forma nasal sugiere una tendencia negroide, esto no puede asegurarse, a partir del hecho que la forma del pelo definitivamente no es negroide.

Morant muestra que el tipo craneal de los Badarianos es claramente semejante a aquellos de los modernos cristianos de Etiopía septentrional - quienes incidentalmente no muestran características negroides en el cráneo - y también en el cráneo de los pueblos dravidiano-parlantes del sur de la India. Uno podría añadir que los actuales somalíes ostentan una cercana semejanza a este tipo físico en muchos aspectos, y que la mandíbula extremadamente angosta que los Badarianos parece que alcanzaron (a nivel mundial), pueden verse duplicadas por los somalíes y los habitantes de India meridional. En Europa, el paralelo más cercano al tipo Badariano se encuentra entre los modernos Sardos, pero esto no es tan cercano como en su relación con los externos y posteriores egipcios .

En base a estas comparaciones raciales, parece razonable sugerir que este tipo físico Badariano puede haber venido del sur, cerca de las cabeceras del Nilo Azul. Podría representar a una temprana rama racial Hamítica, la cual persiste, a pesar de alguna mezcla negroide, hasta el actual día en Etiopía y Somalía.

Los Badarianos fueron sucedidos en el alto Egipto, por una secuencia de culturas que debieran ser tratados bajo el término colectivo de pre-dinásticas. En tiempos del Egipto pre-dinástico, los habitantes del bajo Egipto, que es la región alrededor de Menfis y el moderno Cairo, eran física y culturalmente distintos de aquellos del alto Egipto. La escritura egipcia fue desarrollada en el bajo Egipto, donde los papiros, pájaros y otros objetos naturales típicos de aquel medioambiente, fueron incorporados en los signos alfabéticos y silábicos. En tiempos pre-dinásticos, habían dos reinos del bajo y el alto Egipto. La unión de los dos bajo el reinado de Menes, cerca del 3.000 A.C., marca el inicio de la tradición dinástica. Se puede considerar, por lo tanto, que los tiempos pre-dinásticos habían ocupado la mayoría del milenio precedente.

En el alto Egipto, el antiguo tipo físico pre-dinástico es muy bien representado por la serie de Naqada.21 El pueblo Naqada, a pesar que asemejaban a los Badarianos en muchos aspectos, aún así diferían bastante de ellos en otros aspectos, para darnos la seguridad que estos eran dos pueblos de orígenes separados, aunque relacionados. Los pueblos Naqada eran bastante altos, con un promedio de estatura de 167.5 centímetros para ochenta hombres. Probablemente eran más altos que los Badarianos, a pesar que no tenemos datos definitivos sobre la estatura Badariana. Ambos cráneos y rostros eran más anchos y más grandes que los de los Badarianos; las narices más angostas, y habían menos prognatismo.

Los menos numerosos Badarianos fueron probablemente absorbidos en la población Naqada, aunque no hay evidencia directa que confirme esta posibilidad.

En el bajo Egipto vivía otro grupo de gentes mediterráneas pre-dinásticas, que diferían de los del alto Egipto, en ciertos notables detalles. Los cráneos eran más anchos, los índices craneales más altos, alcanzando un promedio de 75, cuando el promedio del alto Egipto es cercano al 72. La altura de la bóveda es menor, el rostro no es tan ancho, pero bastante más alargado, y el índice nasal más bajo.

Los dos tipo del alto y el bajo Egipto representan los extremos de una población egipcia puramente nativa, pero a inicios de los tiempo dinásticos, cerca del 3.000 A.C., hasta los tiempo ptolemaicos, las numerosas series que generan un excelente cuadro del progreso de la continuidad y cambio racial en Egipto, muestran las interacciones de estos dos tipos. La historia racial de Egipto, en el curso de 3.000 años fue simplemente, el reemplazo gradual del tipo del alto Egipto, por el del bajo Egipto.22 A medida que uno mira en las tablas, de siglo en siglo, uno observa que los cráneos incrementan gradualmente su ancho desde 131 a 139 milímetros; y los rostros desde 124 a 129 milímetros. El antiguo Egipto permanece como el más notable ejemplo conocido en el mundo, de una región importante y aislada en la cual, los tipos raciales nativos se les permitió desarrollarse solos por varios miles de años, completamente sin la influencia de contactos foráneos.

Los Coptos modernos, que probablemente representan el tipo egipcio antiguo, con mayor fidelidad que la población musulmana, han diferido de los tipos más antiguos solo en una reducción de la longitud craneal, desde 183 a 177 milímetros. Por lo tanto, el cambio evolucionario en Egipto consisitió enteramente de una ligera reducción de la longitud craneal, y en algunos lugares, de un alargamiento del rostro, y un estrechamiento de la nariz; pero el cambio no ha sido notable. Los cambios en el tipo físico de cualquier parte de Europa, en los últimos 500 años han sido mucho más grandes que en Egipto, durante 5.000 años.

La riqueza en material ilustrativo contemporáneo desde las fuentes artísticas egipcias pueden ser divididas en dos clases; representaciones convencionales y retratos. Los primeros muestran un tipo definido y bien reconocido; longilíneo y enjuto, con caderas estrechas y pequeñas manos y pies. La cabeza y el rostro son de aquellos de una suavemente contorneada figura mediterránea.


Los retratos, por otro lado, muestran dos cosas en particular: que había una considerable variación individual en constitución física, como formas craneales y de rostro, en el rango de la dolicocefalia y mesocefalia; y que muchos de los oficiales, cortesanos y sacerdotes, representando a la clase alta de la sociedad egipcia, pero no la realeza, lucía asombrosamente como los europeos modernos, especialmente los dolicocéfalos. Esto se debe a lo mejor, al hecho que la nariz egipcia no era típicamente de raíz alta, como aquellas de los mesopotámicos descritos en su arte, a lo mejor, porque el retrato, por lo menos el de los hombres, muestra una enorme angularidad de línea y forma en comparación a las representaciones convencionales.

Debió haber habido cierta distinción de tipo en las familias reales, por que los gobernantes a menudo poseían una forma craneal extremadamente dolicocéfala, junto a una frente inclinada y un alto nasal aguileño, con altas fosas nasales excavadas; algo tan típico en la familiar momia de Ramses II, y como en el moderno emperador de Etiopía, Haile Selassie. Esta rama pudo haber provenido, en tiempos más arcaicos, desde las cabeceras del Nilo.

La pigmentación de los egipcios era usualmente un blanco mate; en las figuras convencionales de los hombres, son representados en rojo, las mujeres en un color a menudo más claro, incluso blanco. A pesar que el cabello es casi inevitablemente negro o castaño oscuro, y los ojos café; la reina Hetep-heres II, de la cuarta dinastía e hija de Cheops, el constructor de la gran pirámide, es mostrada en los bajorrelieves coloreados de su tumba, como definitivamente rubia. Su cabello está pintado en un amarillo brillante, veteado con finas líneas horizontales rojizas,23 y su piel es blanca. Esta es la más antigua evidencia de rubicundez en el mundo. Relieves egipcios posteriores, sin embargo, freceuntemente representaban a los Libios como rubios,24 y el los primeros tiempos egipcios, el territorio de los Libios se extendía hasta el mismo Delta. La representación egipcia de los extranjeros es muy exacta; al lado de los Libios, que tienen caracteres nórdicos, así como su pigmentación; asiáticos, con prominentes narices y cabellos rizados; pueblos costeros del Mediterráneo, con pieles más claras y características faciales más pronunciadas que los egipcios, son también mostradas; así como los negros. Los cabellos rubios de Hetep-heres II aparentemente pertenecía al Delta y a las conexiones exteriores con el este o el oeste, más que el Egipto propiamente, porque nunca recurrió como un rasgo importante o característico de los egipcios. La pigmentación mediterránea de los egipcios, probablemente no ha cambiado mayormente durante los últimos 5.000 años.

Notas:

11 Worant, G. M., Biometrika, 1925, p. 4.
12 Este sumario de cambios climáticos en Egipto está basado en Childe, V. G, Nueva luz sobre el más antiguo Oriente, pp. 49- 51 .
13 Childe, op.. cit., p. 35.
14 Leakey, L. S, B., Edad de Piedra Africana pp. 177 -178.
15 Brunton, Guy, Antigüedad, vol. 3, #12, Dec., 1929, pp. 456-457.
16 Menghin, O., Lecturas en la Universidad de Harvard, Abril 6, 1937.
17 Childe V. G., op cit., p. 64.
18 Terry, Douglas, SAWV, Jahrgang, 1932, #1 ?4, pp. 60-61.
19 Morant, G. M., Biometrika, 1927, vol. 27, pp. 293-309.
20 Ibid., p. 306.
21 Morant G. M., Biometrika, vol. 17, 1925, pp. 1?52.
22 Morant, op. cit., 1925.
23 Reisner, G. A., BBMF, vol. 25, #151, Octubre, 1927, pp. 64?79.
24 Bates, O., Los Libios orientales.