El Neolítico en las islas Británicas
(Capítulo IV, sección 10)

El Neolítico en las islas Británicas

El siguiente movimiento en este juego geográfico, es volver al extremo oeste nuevamente, y a Gran Bretaña. La antigua cultura neolítica de las islas Británicas, fue un eco periférico de los movimientos que influenciaron al resto de Europa occidental. La cultura denominada Windmill Hill, estrechamente relacionada con la expresión de Michelsburg en Alemania meridional, pudo haber sido originalmente, o de inspiración norafricana o de inspiración danubiana, o una mezcla de ambas. Childe, advirtiendo las similitudes Merimdianas en las cerámicas, sugiere, pero no insiste, la primera. De cualquier manera, no tenemos evidencia válida en la misma Gran Bretaña, que nos indique el tipo físico del pueblo que la trajo55.

El grueso de la población neolítica de las islas parece haber venido del mar56, con las invasiones megalíticas que también ocurrieron en Dinamarca y el sur de Suecia. En muchas partes de Escocia e Irlanda, los pueblos Megalíticos pudieron haber sido los primeros en traer la economía neolítica. En Inglaterra, era costumbre suya hacer los primeros entierros en largos fosos bajo tierra, sin cámara, en Yorkshire y Derbyshire; y con recámaras, en los condados más al norte.

Los restos craneales de los Hombres de Long Barrow (Túmulos Largos), como los ocupantes de estos monumentos son llamados, son abundantes57. A pesar que 160 cráneos representan este grupo, la distribución geográfica no es para nada uniforme. Wiltshire, Straffordshire y Gloucestershire, dan como total unas 120; solo catorce son de Escocia. Gales no está representada, como en la mayoría de Escocia; los pocos cráneos encontrados en este último país, fueron todos sepultados cerca del mar. El pueblo de Long Barrow, que habían llegado por vía marítima, seleccionaron un territorio abierto y limpio de bosques, para vivir. Una gran parte del área terrestre de las islas Británicas estaba, por lo tanto; o deshabitada o abierta para la exploración de los ocupantes humanos más antiguos.

La población de Long Barrow formaban un tipo distintivo y homogéneo; uno diferente de cualquiera que, hasta donde sabemos, hubiera previamente habitado las islas, desde los días de Galley Hill; y uno que no puede ser duplicado, excepto como un elemento de una población mestiza, en cualquier lado del oeste del continente europeo. Uno es llevado, por lo tanto, a concluir que el culto megalítico no era meramente un complejo de ritos funerarios, que se difundieron sin portadores visibles; y también que estos portadores evitaron la mezcla al llegar desde el mar.

En estatura y constitución física, el pueblo Megalítico pertenece a una gran variedad de los Mediterráneos. La estatura, para un gran número de hombres58 de Inglaterra, va desde un promedio de 167 a 168 cm., lo que no se contradice con la escasa evidencia de Escocia e Irlanda. Cuatro esqueletos de hombres, desde un sepulcro único en Kent59, podrían representar, más que la mayoría, al grupo de Windmill Hill; quienes son de algún modo, más bajos que el resto.

Los cráneos de Long Barrow son bastante grandes para la sub-raza mediterránea, pero no tan grandes como aquellos de los pueblos del Paleolítico superior. Son particularmente alargados, moderadamente angostos, y de altura mediana. Y a diferencia de los cráneos de los de la Cerámica Cordada, la altura es menor que el ancho. En la mayoría de los casos, el occipucio se proyecta bastante hacia atrás; los parietales son paralelos; la frente es moderadamente ascendente, y en contraste con el restringido ancho craneal, muy recta y amplia.

El rostro es de mediana longitud y ancho moderado; las órbitas son de dimensiones medianas, y en muchos casos se proyectan hacia abajo y hacia afuera, como si los confines del rostro fueran demasiado angostos para ellas. La depresión del nasión es de una profundidad media, bajo arcos superciliares medianamente desarrollados; y la rectamente perfilada nariz, es leptorrina. En su totalidad, el tipo de Long Barrow es extremo y sobresaliente.

Al buscar poblaciones relacionadas de igual edad, podemos eliminar de inmediato a las más pequeñas y menos dolicocéfalas ramas de la propia raza mediterránea, incluyendo a la Danubiana. Unos pocos cráneos individuales en la España e Italia neolítica calificarían, pero ningún conjunto de estos países. Los cráneos egipcios estándar, como grupos, son todos también, demasiado pequeños, como la solitaria dama de Grecia. En una característica particular, el índice nasal, el pueblo de Long Barrow se asemeja a los egipcios, más que la mayoría de los mediterráneos más septentrionales, porque los cráneos de Long Barrow son leptorrinos.

En su extremo dolicocéfalo, los cráneos de Long Barrow recuerdan al grupo de la Cerámica Cordada, pero la comparación no se repite para todos los caracteres. Los cráneos de Long Barrow son ligeramente más alargados, considerablemente más anchos, y de frentes mucho más amplias, que los especímenes de la Cerámica Cordada; y por supuesto, la bóveda de los cráneos de Long Barrow es mucho más baja60. Hasta donde uno puede decir, las órbitas de los dos conjuntos son en su mayoría las mismas, mientras que en lo que respecta a sus rostros, no hay suficiente evidencia en el grupo de la Cerámica Cordada, para una comparación válida.

Una similitud válida y verdadera, sin embargo, puede ser hallada entre las series inglesas de Long Barrow, y los primeros cráneos de Al Ubaid, en Sumeria; los que aunque pertenecen al 4.000-3.000 A.C., son en ambos casos, más antiguos que sus contrapartes británicas. La única diferencia, que dificulta la relación, es que los rostros y narices mesopotámicas son, de algún modo, más largos.

La corriente idea que el pueblo de Long Barrow descendía directamente de los habitantes del Paleolítico superior de Gran Bretaña, es claramente errónea. Los cráneos de Long Barrow son definitivamente más pequeños, más cortos, y más angostos que aquellos del grupo Paleolítico superior; pero de altura similar o mayor. Tienen el mismo ancho de frente, la misma altura facial, pero una mandíbula más pequeña; un rostro mucho más angosto, y órbitas más estrechas. Hay probablemente un vínculo genético, durante un largo período de tiempo, entre el tipo de Long Barrow o Megalítico, y una temprana variedad de Galley Hill o Combe Capelle, del hombre europeo; pero la continuidad no pudo, por razones históricas, haber tenido lugar en Inglaterra.

Los pocos cráneos de las costas escocesas, pertenecen al tipo estándar de Long Barrow, y lo mismo puede ser dicho del espécimen ciertamente neolítico de Irlanda, la bóveda masculina de Stoney island, Protumna y el condado Galway61. El cráneo masculino de Ringabella, condado de Cork62, que a lo mejor es también neolítico, es similar al de la raza Megalítica; mientras que el disputado espécimen de Kilgreany, cualquiera que sea su edad, es también, a pesar de su baja bóveda, un tipo básicamente mediterráneo de Galley Hill63. A pesar de esto, la gran mandíbula de este último, y su baja bóveda, lo hacen atípico. Así que, como los cráneos de Phoenix Park, en Dublin64, que pueden ser neolíticos o de la temprana Edad del Bronce, no es completamente característico de la raza de Long Barrow, y puede derivar sus peculiaridades de una fuente Mesolítica, como de una del inicio de la Edad del Bronce. Debemos repetirlo, en vista de estas aberraciones, el único cráneo con toda seguridad Neolítico en Irlanda, es el de la raza de Long Barrow.

El pueblo megalítico de Long Barrow debió haber venido del mar, y probablemente llegaron de algún lado del Mediterráneo. Ellos no encontraron las islas Británicas deshabitadas, y su homogeneidad, en unas pocas localidades restringidas, no puede explicar que ellos causaran la extinción de los pueblos más antiguos. Ni tampoco ellos se extinguieron, cuando invasiones posteriores de otro complejo físico, alcanzaron las islas Británicas65. Las montañas de Gales, las colinas de Cornwalles y Devon, y casi la totalidad de Irlanda, permanecen vacíos en nuestro primario mapa osteológico de las islas Británicas.

Notas:

55 Los denominados cráneos del Lecho del Río, extraídos del fondo del Támesis, son de aquellos mediterráneos de bajas bóvedas. Estos pueden incluir algunos ejemplos del Neolítico temprano, pero la evidencia no es concluyente (Garson, J. G., JRAI, vol. 20, 1890, pp. 20-25). Los tres cráneos de las cisternas de piedra en La Motte, Jersey, son similares (Marett, R. R., Archaeologia, vol. 63, 1911-12, pp. 203-230. Keith, Sir A., Antiquity of Man, vol. 1, pp. 52-65.).
56 Childe, quien escribió los capítulos II al VII, en el manuscrito anterior a la revisión, comenta este punto: "Encuentro difícil creer que el grueso de la población británica vino del mar. La cultura de Windmill Hill es predominante en las tumbas megalíticas, si no es incluso anterior". Mientras que Childe está, sin lugar a dudas, en lo correcto en cuanto a la importancia del pueblo de Windmill Hill, culturalmente hablando, hay muy poca evidencia de ellos en el sentido físico. Esta aparente contradicción no puede ser explicada sobre la base de los datos actuales. El hecho que los pequeños mediterráneos aparecen entre la actual población británica (ver capítulo X), indica que las observaciones de Childe podrían estar bien fundadas.
57 Morant, G. M., Biometrika, vol. 18, 1926, pp. 56-98.
58 Calculado por la fórmula de Pearson, en los fémures de numerosas series,incluyendo unos 86 individuos de Inglaterra, de los cuales muchos se repiten; 3 de Escocia, y uno de Irlanda. Fuentes: Crania Britannica; Thurman, J.; Garson, J. G.; Mortimer, J. R.; Keith and Bennett; Edwards, A. J. H., and Low, A.; Laing, S., and Huxley, T. H.; and Bryce.
59 Keith, Sir A., and Bennett, JRAI, vol. 43, 1910, pp. 86-100. "
60 En esto estoy confiando en el promedio de Morant de 135.5 mm. para 25 cráneos masculinos. Schuster (1905) da 137.8 mm. para 12; Garrison, 135.0 mm. para 4 de Howe Hill Barrow, Yorkshire. Por otro lado, 45 cráneos masculinos de Thurman (1867) cuando son seriados = 143 mm., 59 de "The Crania Britannica" y Thurman = 142.1 mm.
61 Martin, C. P., JSAI, vol. 64, June, 1934, pp. 87-89. Movius, H. L., Jr., op. cit., vol. 65, Dec., 1935, p. 282. Para fechación paleobotánica, ver Shea, S., JGAS, vol. 15, 1931, pp. 73 ff. White, Miss J. M., INF, vol. 3, 1934, pp. 270-274.
62 Martin, C. P., en O'Riordain, S. P., JSAI, vol. 64, Junio, 1934, pp. 86-87.
63 Fawcett, E., PBSS for 1928, vol. 3, #3, pp. 126-133. Martin, C. P., igual que arriba. Movius, H. L., Jr., igual que arriba. Tratman, E. K., ibid., pp. 134-136.
64 Haddon, A. C., PRIA, vols. 3, 4, 1896-98, pp. 570-585.Also, "Crania Britannica", cráneos 22 A y B.
65 Como sugirió Hooke, Beatrix, G. E., y Morant, G. M., en su artículo: Biometrika, vol. 18, 1926, pp. 99-104.