Sumario y Conclusiones
(Capítulo II, sección 12)

Sumario y Conclusiones

A pesar que los hombres del Pleistoceno hace tiempo desaparecieron, y trabajadores industriales descienden a sus trabajos donde los cazadores del Magdeliense alguna vez encerraron ciervos, el problema de los orígenes raciales humanos, y el desarrollo humano durante el Pleistoceno, aún son de gran importancia. Sobre las bases de nuestro conocimiento sobre el hombre del pleistoceno, en Europa, en Asia, y en Africa, debe ser erigida la interpretación de los movimientos raciales posteriores y más complicados, supervivencias raciales, continuidad genética y cambios genéticos. Por esta razón parece más aconsejable constatar sin trepidar, la reconstrucción de los eventos raciales del Pleistoceno, que los hechos mismos sugieren, que seguir opiniones más cautas y a lo mejor más sabias.

Estas conclusiones, que por ningún motivo son nuevas71, pueden ser resumidas brevemente en:

El Homo Sapiens era completamente evolucionado en fechas tan tempranas, si no antes, como a mediados del Pleistoceno.

El más antiguo Homo Sapiens conocido, como se representa por numerosos ejemplos de Europa y Africa, era un arcaico Hombre Blanco dolicocéfalo, de corta estatura y con un cerebro de tamaño moderadamente grande.

El grupo Negro probablemente evolucionó paralelo a esta rama Blanca, desde un ancestro Sapiens relacionado. En qué punto los ancestros de los negros y los blancos divergieron, NO se sabe.

Durante mediados del Pleistoceno, sino en otras épocas también, una mezcla tomó lugar entre los antiguos dolicocéfalos blancos, y una o más especies de homínidos no-sapiens, incluyendo al Homo Neanderthalensis.

El resultado de esta mezcla fue el desarrollo de una raza híbrida razonablemente estable, que se caracterizaba por un exceso en la talla de la bóveda craneal y la constitución corporal. A pesar de diferir métricamente del resto o del total de los Homo Sapiens, su carácter era sin lugar a dudas completamente Sapiens, y solo un pequeño porcentaje Neanderthaloide o No-Sapiens. Dentro de las especies Sapiens, su relación era con los Blancos.

El carácter predominantemente Sapiens puede que haya sido parte el resultado de tendencias evolucionarias convergentes, de parte del ancestro No-Sapiens.

El hombre blanco moderno debe incluir ambas entidades raciales e individuales, que respectivamente poseen o adolecen de esta rama No-Sapiens, a partir del hecho que todas las ramas del grupo blanco no se mezclaron con ella.

Sobre la base del fenómeno cultural del Paleolítico, uno no puede asumir que el elemento No-Sapiens absorbido a través del mestizaje, era menos inteligente, o en el sentido social e intelectual, menos humano que las especies sapiens originales. Los modernas razas europeas que poseen el antiguo elemento no muestran signos de inferioridad intelectual, o de ninguna otras diferencia mental discernible.

La mayoría, sino todas, de las variaciones básicas en forma corporal y craneal, incluyendo la braquicefalia, que ocurren entre los hombres blancos, ya existían durante finales del Pleistoceno. Los materiales para la diferenciación de las razas blancas y sub-razas en épocas post-glaciales, estaban todas presentes.

Notas:

71 Aichel, Marett, y más recientemente Krogman, toman posición esencialmente similar a lo siguiente. Aichel, O., Der deutsche Mensch, pp. 12-36. Marett, J. R. de la H., "Race, Sex, and Environment". Krogman, W. M., "Cranial types from Alishar Hüyük" in H. H. von der Osten, "The Alishar Hüyük", Oriental Institute Publication #30, part IV, pp. 213-293.