Declaración de objetivos y propuestas
(Capítulo I, sección 1)

Declaración de objetivos y propuestas

El actual libro es un texto diseñado para el uso de los estudiantes que han o estan tomando parte de un curso preliminar de Antropología. Mucho de esto, sin embargo, está escrito de un modo no-técnico, para que así los estudiantes de las disciplinas aliadas puedan usarlo como referencia. La cuestión principal para ser estudiada consiste en el cuerpo de estadísticas materiales recopiladas por los antropólogos físicos del mundo, que conciernen los caracteres somáticos de los pueblos que pertenecen a la Raza Blanca. Este material debe ser dividido en (A) esqueletos, y (B) datos métricos y observaciones en ejemplares vivos.

Por el uso de este material, proponemos seguir la historia de la Raza Blanca desde sus comienzos en el Pleistoceno1 hasta el presente, y proveer una clasificación de las sub-razas que están en completa concordancia con los hechos que ahora sabemos. Proponemos la tesis que el hombre, como un animal doméstico, es extremadamente variable; y que él ha estado sujeto, en sus peregrinajes, a todos los medioambientes terrestres, y por lo tanto sujeto a una modificación medioambiental, de una forma no igualada por otras especies. Incluso sugerimos que el hombre, a través del desarrollo de las culturas humanas, ha modificado su forma corporal por sus propios medios.

Durante el período del Pleistoceno hubieron numerosas especies de primates que habían retenido cierto grado de cultura humana, por la adquisición de implementos de piedra, del fuego, y del habla. En el período interglacial o actual post-glacial, en conformidad con la reducción general de las variedades de fauna, el hombre se ha reducido a una especie única, única en un solo gen. Durante el Pleistoceno, unas especies, por lo menos, se habían desarrollado de una forma de simio terrestre fetalizado y son estas especies las que cargan hoy con la rama principal del Homo Sapiens. Otras especies, incluyendo al hombre fósil de Java, el de Pekín, y el Homo Neanderthalensis, se habían desarrollado al mismo tiempo con una forma endocrina maciza e hipermasculina, con prominencia de mandíbulas, dientes y crestas óseas.

Proponemos demostrar que estas especies no-fetalizadas no se extinguieron por completo, sino que por lo menos algunos de ellos fueron absorbidos en el tronco principal humano, en algún momento de a mediados o inicios del Plesitoceno tardío. De este amalgamiento, fue producto el numeroso, correoso y relativamente no-fetalizado grupo del Hombre del Paleolítico superior en Europa, norte de África y Asia septentrional. Este tipo de hombre pasó por el estrecho de Bering los primeros tiempo post-glaciales, si no antes, y proveyó del ancestro genético básico del cual los amerindios se desarrollaron, en combinación con arribos posteriores. De una rama de este grupo hiperbóreo, evolucionó en el Asia septentrional, la rama ancestral de la entera y especializada familia mongoloide.

Sugerimos que los ancestros de los blancos, en su mayor forma, de desarrollaron durante los períodos pluviales del Pleistoceno, en partes de lo que es ahora la árida zona que abarca desde el Sahara hasta el norte de la India; que en tiempos post-glaciales muchos fueron forzados a emigrar de sus hogares por la desertificación, y que algunos de ellos originaron la agricultura y la cría de animales en el noreste de Africa y el sudoeste de Asia. Desde estos centros, agricultores pioneros siguieron las zonas climáticas post-glaciales hasta Europa, gradualmente estableciéndose en las tierras anteriormente congeladas. En la mayoría de las regiones que ellos ocuparon, ellos superaron avasalladoramente a los descendientes de los cazadores y pescadores, cuyos ancestros habían allí vivido desde tiempos glaciales, y muchos de ellos habían seguido el retroceso del hielo hacia su último núcleo en deshielo.

La ocupación de todas las tierras arables, y aquellas aptas para la pastoreo, no fue completada en un siglo o en un milenio; el proceso fue uno gradual, y el retroceso de los antiguos habitantes en aquellas vastedades de protegido medioambiente fue igualmente gradual. Los ingresos de alimento de los productores de víveres de Asia y Africa, no tomaron una ruta única, o evolucionaron en un pueblo único; fue una compleja secuencia de migraciones a través de diversos puertos de entrada. Las varias ramas de los productores de alimento, se mezclaron con los recolectores de alimento que ellos encontraron, unos con otros, hasta que actualmente ningún grupo de recolectores ha permanecido en territorio del hombre blanco.

Los productores de alimento parece que han sido variaciones de una única rama racial central, la Mediterránea básica. Este grupo básico Mediterráneo varió en muchos aspectos, especialmente en estatura y pigmentación, pero en sus cualidades esenciales, que la apartaron de los no-blancos, eran remarcablemente uniformes. No sabemos si los supervivientes de los recolectores de alimento, a quienes los productores de alimento Mediterráneos absorbieron, eran blancos en su morfología de partes blandas. Y hay algo de evidencia que sugiere que algunos habían comenzado a evolucionar en una dirección mongoloide, y otros a lo mejor, negroide. Tales variaciones pueden ser vistas en la actual composición de la amalgama racial blanca.

De cualquier forma, la conclusión principal de este estudio será que las actuales razas de Europa derivan de una mezcla de (A) pueblos productores de Asia y Africa, de forma racial básicamente Mediterránea, con (B) los descendientes de los recolectores glaciales e interglaciales, producto a su turno, de una mixtura de Homo Sapiens básicos, relacionados con los remotos ancestros de los Mediterráneos, con algunas especies de forma general Neandenthaloide. Las acciones e interacciones del medioambiente, selección, migración y cultura humana sobre variadas entidades dentro de esta amalgama, han producido a la Raza Blanca en su actual complejidad.

En vista de estas circunstancias, la clasificación exacta de los blancos actuales en sub-razas, tales como Nórdicos, Alpinos, Dináricos, etc., no necesitan hacerse hasta este punto, sino que pueden esperar (A) el estudio histórico de la Raza Blanca que continuará en los capítulos II al VII; y (B) una visión panorámica de los actuales como un todo, que será hecho en el capítulo VIII. En los capítulos IX al XII, incluso, haremos una descripción regional más detallada de los actuales pueblos de Europa, para respaldar las secciones anteriores.

Notas:

1 El término Pleistoceno es usado aquí para referirse al espacio de tiempo que, en Europa, comenzó con el avance de la primera glaciación cuaternaria y que terminó con el retroceso de Würm II.